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Nuseirat, el 23 de noviembre, en el centro de la Franja de Gaza.

Foto: AFP

La Fundación Humanitaria para Gaza, en cuyos puntos de reparto de alimentos fueron asesinadas más de 2.100 personas, anunció el fin de sus operaciones

3 minutos de lectura
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Israel lanzó ataques en Gaza y Líbano, pese a los acuerdos de cese del fuego; un bombardeo contra un edificio en Beirut mató al número dos de Hezbolá.

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La cuestionada Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), una organización privada estadounidense que contrató mercenarios y exmilitares para repartir ayuda humanitaria a los palestinos, anunció este lunes el fin de sus operaciones.

Desde mayo, después de dos meses de bloqueo total de la ayuda humanitaria por parte de Israel, el gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, acordó con Estados Unidos que la GHF se ocupara del reparto de alimentos en la Franja de Gaza.

Esa organización privada reemplazó los cerca de 200 puntos de reparto de ayuda humanitaria que gestionaban dependencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e instaló apenas cuatro puntos: tres en el sur y uno en el centro del territorio palestino. Esta concentración de la ayuda obligó a los palestinos a sufrir nuevos desplazamientos y dejó el norte de Gaza desprovisto de insumos básicos.

Cerca de los puntos de reparto y de los camiones de la GHF murieron más de 2.100 personas que fueron tiroteadas cuando intentaban acceder a la escasa ayuda humanitaria que ingresaba. Además, otros 19.000 palestinos fueron heridos en esos puntos que se suponía que debían ser lugares seguros.

Nada de esto se menciona en el comunicado en el que la GHF anunció el fin de sus operaciones. “En un momento crítico, la misión de ayuda de emergencia liderada por Estados Unidos ayudó a sentar las bases para el alto el fuego y el futuro de Gaza”, afirma el texto. “Con la creación del Centro de Coordinación Civil-Militar para Gaza y un renovado compromiso de la comunidad humanitaria internacional, la GHF cree que ha llegado el momento del cese de operaciones”, manifestó su director ejecutivo, John Acree, en alusión al plan del presidente estadounidense, Donald Trump, para ese territorio.

Distintas organizaciones sociales y la propia ONU advirtieron que el sistema de reparto de la GHF profundizó la escasez de alimentos y aumentó el número de muertes. La organización Human Rights Watch definió tiempo atrás este sistema como “repartos de comida convertidos en baños de sangre”.

Este lunes, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que “a todas las misiones de la ONU destinadas a recoger cargamentos de ayuda en el cruce de Kerem Shalom se les denegó el acceso”, informó la agencia Efe. Así fue hasta el 22 de noviembre, última fecha de la que contaba con datos la OCHA.

Antes de ese anuncio, el subsecretario general de la ONU para la Coordinación Especial del Proceso de Paz en Medio Oriente, Ramiz Alakbarov, manifestó al Consejo de Seguridad que si bien se declaró el cese del fuego, la población de Gaza todavía enfrenta “graves riesgos humanitarios y condiciones de vida insostenibles”.

Ofensivas en Gaza y Líbano

Cientos de personas despidieron este lunes al jefe militar y segundo al mando del grupo chiita libanés Hezbolá, Haytham Ali Tabatabai, a quien Israel mató el domingo. El ejército israelí bombardeó un edificio de apartamentos en Beirut para asesinarlo, y junto con él mató a otros cuatro integrantes de esa organización.

Hezbolá confirmó su muerte y recordó que Tabatabai tuvo un papel relevante en enfrentar al grupo yihadista Estado Islámico cuando ingresó a Líbano desde Siria, en 2014. A su vez, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, manifestó que “Israel está decidido a actuar para lograr sus objetivos en cualquier lugar y en cualquier momento”, y calificó a Tabatabai como “un asesino en masa” con las manos “manchadas de sangre de muchos israelíes y estadounidenses”. También advirtió que no permitirá que Hezbolá se rearme y sea una “amenaza”.

El jefe del ejército israelí, Eyal Zamir, visitó este lunes el norte de Israel, en la zona fronteriza con Líbano y Siria, y dijo que se están reconstruyendo “los cimientos” para “la próxima campaña” militar.

Por su parte, el presidente de Líbano, Joseph Aoun, pidió una “intervención internacional” para evitar que la violencia avance en la región, y afirmó que el ataque es “una prueba más de que Israel ignora los reiterados llamamientos para que cese su agresión contra Líbano”.

Israel también lanzó ataques en la Franja de Gaza, en los que murieron cuatro palestinos. Así aumentó a 343 el número de personas a las que Israel mató en ese territorio desde que se declaró el cese del fuego, el 10 de octubre.

Este lunes dos jóvenes murieron al ser atacados con drones durante una aglomeración de personas cerca de Jan Yunis, y las otras dos personas fueron víctimas de disparos israelíes en el norte de la ciudad de Gaza.

El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Sa'ar, dijo que a su país le gustaría “mantener un alto al fuego total”, pero que sus soldados “son atacados una y otra vez en la Franja de Gaza”. Advirtió que Israel responderá “con mucha fuerza” a toda “violación del alto el fuego” por parte de Hamas. A su vez, Hamas manifestó en un comunicado que Israel busca “arrastrar al Líbano y a la región a una confrontación que sólo beneficia a los intereses” israelíes.

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