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Fieles y peregrinos caminan por la calle Della Conciliazione al llegar a la plaza de San Pedro, tras el fallecimiento del papa Francisco, en el Vaticano, el 21 de abril de 2025.

Foto: Alberto Pizzoli, AFP

¿Cómo se elige al nuevo papa y quiénes son los posibles sucesores de Francisco?

4 minutos de lectura
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Para que haya “humo blanco”, el Colegio Cardenalicio de la iglesia católica se debe reunir en un cónclave y elegir por dos tercios al nuevo pontífice.

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Este lunes murió el papa Francisco, el arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, lo que desencadena un estricto protocolo en la interna del Vaticano para la designación de un sucesor.

La película que ganó el Oscar al mejor guion adaptado, Cónclave, trata sobre cómo es la instancia en la que se elige a un papa, el conductor de la iglesia católica. Para elegir a un nuevo pontífice, se debe convocar al Colegio Cardenalicio, integrado por todos los cardenales, a un cónclave. Los cardenales son religiosos cooptados por el papa, a quienes este les otorga el máximo título honorífico que tiene la iglesia católica. Existen cardenales obispos, presbíteros y diáconos. Su función principal es, precisamente, la de elegir al papa.

Si bien en este momento hay 252 cardenales, sólo 138 son electores del sucesor de Francisco. Según el derecho canónico, cuando los cardenales cumplen 80 años, pierden la potestad de elegir al papa.

En el cónclave (palabra proveniente del latín que significa “con llave”), los cardenales se reúnen en la capilla Sixtina del Vaticano y, durante varios días de “retiro espiritual” y aislamiento (no pueden salir ni comunicarse con el exterior), proceden a elegir al nuevo papa. La elección del papa necesita de dos tercios de los votos de los cardenales. Si la votación no llega a ese porcentaje, en la estufa de la capilla Sixtina se queman las papeletas con los votos junto a productos químicos que tiñen el humo de negro, y se produce la “fumata negra”, que hacia afuera comunica a los feligreses y al mundo que todavía no hay papa electo.

Cuando algún candidato consigue los dos tercios, se queman los votos con productos que tiñen el humo de blanco, y se produce la “fumata blanca”, o humo blanco, que significa que hay papa electo. Posteriormente, el cardenal protodiácono se asoma a los balcones del Vaticano y pronuncia la frase “habemus papam” (en latín, tenemos papa).

De los 138 cardenales electores, sólo quedan 29 creados por Juan Pablo II y Benedicto XVI, los pontífices que antecedieron al argentino Jorge Bergoglio. El resto (110) fueron creados por Francisco, quien durante su papado, además, redujo significativamente el peso de Italia y Estados Unidos en el Colegio Cardenalicio, y creó cardenales en países que no tenían, como Uruguay, por ejemplo.

De los 138 electores, 36 pertenecen a órdenes religiosas, como el propio Francisco, que era jesuita. Los salesianos tienen cinco cardenales electores (entre ellos Daniel Sturla), los franciscanos también son cinco, los jesuitas cuatro, los franciscanos conventuales tres, y luego hay varias congregaciones menores que tienen dos o uno. El Opus Dei no tiene ningún cardenal elector.

A su vez, por continentes, los electores son 54 de Europa, 24 de Asia, 22 de América del Sur, Central y del Caribe, 18 de África, 16 de América del Norte y 4 de Oceanía. Los países con más cardenales continúan siendo Italia, con 17, y Estados Unidos, con 10. Pero uno de los logros de Francisco fue “equilibrar” el Colegio Cardenalicio, y países como Brasil (7 cardenales) o la India (5) multiplicaron su representación. Además, Francisco diversificó las nacionalidades de los cardenales, elevando el número de países con representación en el Colegio Cardenalicio.

Los posibles candidatos a papa

Hay que repasar algunas consideraciones que los cardenales seguramente tendrán en cuenta a la hora de elegir al nuevo pontífice. Costó mucho elegir a un papa no italiano. El primero fue Juan Pablo II, polaco, en 1978, y posteriormente ya no se volvió a elegir uno nacido en Italia. Benedicto XVI era alemán y Bergoglio argentino. Difícilmente el cargo recaiga nuevamente en un latinoamericano. Es más probable que prime el criterio de rotar los continentes, de acercarse más a Asia, por el peso de China a nivel mundial, o de nombrar a un africano, para darle visibilidad a un continente con millones de fieles, pero sin peso político dentro de la iglesia.

También están los que piensan que se debe dar continuidad a la línea de Francisco y profundizar las reformas comenzadas por el argentino, y los que creen, al contrario, que hay que asegurar una alternancia entre papas reformistas y papas conservadores, para que todo el universo católico se vea representado. Finalmente, a nadie sorprendería que se volviera a elegir a un papa italiano.

Pero otro factor a tener en cuenta es la edad. Si los cardenales quieren un papado prolongado, van a elegir a un candidato con menos de 70 años.

El número dos de la iglesia católica, mano derecha de Francisco, y que ostenta el cargo de secretario de Estado del Vaticano, tiene 70 años, es italiano y se llama Pietro Parolin. Es uno de los primeros cardenales creados por Bergoglio, en el consistorio ordinario de febrero de 2014. Parolin es uno de los candidatos fuertes, vinculado a la burocracia vaticana, con experiencia diplomática y que ha jugado un rol clave en crisis internacionales.

Con 67 años, el cardenal Luis Antonio Tagle, de Filipinas, es el actual prefecto del Dicasterio para la Evangelización, y es conocido por su carisma pastoral de cercanía con los fieles, su capacidad de comunicación y su defensa de la justicia social y de una iglesia inclusiva. Su elección significaría la continuidad de una línea como la de Francisco y un acercamiento con Asia, que hace décadas la iglesia viene construyendo.

Gerhard Ludwig Müller, alemán, de 77 años, ha sido prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica. Siempre los teólogos de peso, como lo fue el también alemán Benedicto XVI (Joseph Ratzinger)​, y que pasan por la Congregación para la Doctrina de la Fe, son candidatos fuertes y una opción que puede descomprimir la contradicción entre conservadores y reformistas.

Por su parte, Matteo Zuppi, italiano de 69 años, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es otro de los candidatos considerados como continuadores de la línea de Francisco. Está vinculado a un grupo católico comprometido con el diálogo interreligioso y la mediación en conflictos.

Entre los candidatos africanos está Peter Turkson, de Ghana. Con 76 años fue prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, y tiene una línea apegada a la doctrina social de la iglesia, la justicia social y el desarrollo sostenible, lo que lo hace ser considerado como un seguidor de Francisco.

Otro con 76 años es Raymond Leo Burke, de Estados Unidos. Sin embargo, este cardenal, exprefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, es uno de los principales opositores a la línea reformista de Bergoglio y su posición es la de una iglesia tradicionalista y rígida en materia doctrinal.

Más allá de los nombres que se manejan, el cónclave podría derivar en la elección de un cardenal de perfil bajo, poco conocido, y que termine siendo tan sorpresivo como cuando Jorge Bergoglio se convirtió en papa.

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