El Senado de Colombia votó en contra de la convocatoria a una consulta popular propuesta por el gobierno de Gustavo Petro. Con esa iniciativa, el oficialismo intentaba reimpulsar algunos puntos de su reforma laboral, que fracasó tiempo atrás en el Congreso.
La consulta incluía varias preguntas a los votantes. Buscaba que se contabilizara como horario nocturno el tiempo trabajado desde las 18.00 hasta la 6.00, que se pagaran doble las jornadas de trabajo en domingos y feriados, y que se crearan permisos laborales y licencias para tratamientos médicos y para quienes sufren períodos menstruales incapacitantes.
También incluía incentivos para “las micro, pequeñas y medianas empresas productivas, preferentemente asociativas”, y cuotas para que por cada 100 trabajadores contratados por un empleador se incluyeran dos con discapacidad.
Con otras preguntas el gobierno proponía “eliminar la tercerización e intermediación laboral” en las plataformas de delivery, así como los contratos “que violan los derechos laborales”, y apuntaba a formalizar otras situaciones laborales irregulares.
El plenario del Senado votó a favor de volver a discutir la reforma laboral inicial, que impulsaba estas medidas y que había sido archivada por una comisión de esa cámara del Congreso. Por eso, algunos dirigentes opositores, entre ellos el presidente del Senado, Efraín Cepeda, argumentaron a favor de recorrer el camino parlamentario y no el de la consulta popular, que implica mayores gastos.
Para algunos opositores, además, Petro impulsó la consulta para movilizar al oficialismo en momentos en que Colombia se acerca a un nuevo período electoral, con primarias a fines de este año y elecciones nacionales en marzo de 2026. Esto aumentaba la resistencia de senadores de otros partidos a apoyar el proyecto.
En cualquier caso, las condiciones en las que se votó, a última hora del martes, si convocar o no a esta consulta no favorecieron a quienes la defendían.
Según informó el medio colombiano La Silla Vacía, Cepeda, el presidente del Senado, del Partido Conservador, dio apenas dos minutos o dos minutos y medio al proceso de votación, al que podía haber dedicado media hora para que más senadores llegaran y sumaran sus votos. Si bien su decisión no implica una irregularidad, pudo dejar afuera algunos pronunciamientos.
En esta votación rápida, un senador que había salido de sala, Edgar Díaz Contreras, cuyo partido, Cambio Radical, había decidido votar en contra de la consulta, entró al recinto de apuro y en lugar de ir hasta su banca y ejercer el voto por la vía electrónica, optó por la vía manual, que consiste en transmitirle al secretario del Senado, Diego González, cuál es su voto.
De acuerdo con el medio colombiano, Díaz, quizás confundido, le hizo un gesto a González, moviendo el dedo índice hacia arriba y hacia abajo, lo que el secretario interpretó como un Sí, pero después el senador anunció que había votado No. Su negativa dejó un resultado de 49 votos en contra y 47 a favor, cuando un empate hubiera llevado a prolongar el tiempo de la votación o incluso a repetirla, como reclamó el oficialismo.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, manifestó en una conferencia de prensa: “Trampa y fraude fue lo que hubo. Voy a poner la denuncia ante la Fiscalía y ante la Procuraduría y la Corte Suprema”. Denunció que el voto por el Sí de Díaz fue tachado y cambiado por un No después de que la votación ya estaba cerrada.
El propio Petro, desde China, donde se encontraba en visita oficial, publicó en X que “ante el fraude evidente y la burla a la Constitución de los que dirigen el Senado, se tomarán decisiones que se votarán en todos los cabildos populares en todos los municipios”. Los cabildos están previstos en la Constitución de Colombia, pero no para este tipo de situación.
El presidente le pidió al Senado que repitiera la votación, pero también llamó a los colombianos a “mantenerse en calma, reunirse en plazas públicas, organizarse y tomar decisiones”. Convocó a organizaciones sindicales, juveniles, campesinas e indígenas a “la coordinación del movimiento popular” para “dar el paso siguiente”.
“Llegó la hora del pueblo”, dijo Petro y agregó que la respuesta popular “será tranquila, alegre y no ejercerá violencia sobre nadie”.
A su vez, su alianza de gobierno, el Pacto Histórico, rechazó las “maniobras irregulares y fraudulentas” que “bloquearon la expresión mayoritaria” en el Senado.
Cepeda respondió que “la democracia habló en el Senado de la República” y que “no es momento de mensajes incendiarios, es momento de respetar las instituciones, la democracia”.
En cuanto a la reforma laboral original, el Congreso tiene tiempo hasta el 20 de junio para debatirla, negociarla, aprobarla o archivarla una vez más.