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Barcos petroleros en la terminal de contenedores de Khor Fakkan, uno de los principales puertos de contenedores del estrecho de Ormuz, vía fluvial por la que pasa una quinta parte de la producción mundial de petróleo.

Foto: Giuseppe Cacace, AFP

Para el politólogo Carlos Luján, el ataque de Estados Unidos a Irán “internacionaliza” el conflicto

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Destacó que la pregunta “que uno se debe hacer” es “cuál es el umbral de dolor” que Irán, Israel y Estados Unidos tienen, y que estos “son muy altos”.

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El docente y politólogo especializado en política internacional Carlos Luján analizó este viernes, en diálogo con la diaria Radio, la situación en Medio Oriente a raíz del ataque de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares de Irán el sábado. El académico apuntó que el ataque previo de Israel a Irán “regionalizó totalmente el conflicto” y que ahora, con la acción del país norteamericano, se “internacionaliza”. “Ya estamos pensando en un conflicto internacional, [con] competencias extrarregionales, como es el caso de Estados Unidos”, señaló.

Acerca de qué conserva Irán del programa nuclear, Luján destacó que esa instalación “es la más importante” y aventuró que se desconoce si las bombas llegaron “hasta el fondo”, así como “si llenaron los túneles con arena para disminuir la penetración”. “Estos cientos de kilos de uranio enriquecido no parecen ser una cantidad tan difícil de trasladar, con protección, plomo, lo que fuera, media tonelada, y van para aquí y para allá, y estos ataques eran previsibles ya hace algunos días”, mencionó.

Consultado sobre si imagina una desescalada en el conflicto, Luján dijo que “hay que ser muy cuidadosos” en “no confundir nuestros deseos con las posibilidades”, y recordó que el presidente estadounidense, Donald Trump, “inicialmente hablaba de terminar con el programa nuclear, [y ahora] está pidiendo una rendición incondicional”. “Si se estuviera insistiendo en poner fin al programa nuclear, podría pensarse en una desescalada”, resaltó.

“Lamentablemente, acá la pregunta que uno debe hacerse es cuál es el umbral de dolor que las sociedades iraníes e israelíes tienen, y lo mismo con respecto a Estados Unidos”, indicó, y agregó que “en ambos casos, tanto Irán como Israel, estos umbrales son muy altos, o sea que nos tenemos que preparar para ver situaciones muy terribles”.

Por otro lado, una posibilidad estratégica de Irán que surgió luego del ataque es la iniciativa aprobada por el Parlamento iraní para cerrar el paso del estrecho de Ormuz, por donde circula aproximadamente el 20% del petróleo y el 30% del gas natural licuado, que abastecen gran parte del sistema energético mundial.

Al respecto, Luján dijo que de los “20 millones de barriles, 5.400.000 van hacia China”. Esto significa que “el principal perjudicado con el cierre del estrecho de Ormuz” es el país asiático, por lo que esto se convierte en “una carta de negociación de Irán”. “Los contactos entre China e Irán son permanentes, y la pregunta es: si cierra y perjudica a China, qué le pide a China a cambio de apoyo”, planteó, en el marco de que “es irreal pensar que se cierre el estrecho y pasen los cargueros chinos y no los otros, o se cierra o no se cierra”.

En ese sentido, dijo que “el más beneficiado con el cierre del estrecho de Ormuz sería Rusia”, ya que, en ese caso, “el petróleo se dispararía al doble”. “La principal fuente de ingreso de Rusia es la venta de petróleo. China perdería su principal fuente de abastecimiento, que viene del Golfo. ¿Quién puede sustituirla? Rusia”, remarcó. Mencionó que el cierre también perjudicaría a Europa y, en “menor medida”, a Estados Unidos, que “hoy es portador neto de petróleo”, pero de todos modos “le generaría un proceso inflacionario”.

“Yo creo que mientras que la infraestructura petrolera iraní no sea atacada y destruida en la ecuación, a Irán le conviene más vender el petróleo y mantener el estrecho abierto que cerrarlo”, sostuvo Luján.

Acerca de los próximos pasos de Irán y de posibles ataques, Luján dijo que el “primer paso” es que la respuesta de Irán implique un incremento de los ataques a Israel; en segundo lugar, iría por las bases norteamericanas en la región; y en última instancia, “es globalizar la guerra y llevarla al Río de la Plata”.

Luján hizo mención a esto último “por la situación en Argentina”, que es “un aliado de Israel muy fuerte”, y porque ya ha habido ataques como el de la Asociación Mutual Israelita Argentina y el de la embajada de Israel, en la década de 1990. “Recordemos que el viernes en que se produce el ataque de Israel, el presidente [Javier] Milei iba a tener su visita hasta el domingo y ese día, horas antes del ataque, vuelve a Argentina, o sea, claramente estaba informado de que salía en ese momento de Israel”, subrayó.

En ese sentido, dijo que “los atentados [de Irán] van a darse en los lugares más débiles”, y que si se pone en “una balanza la eficiencia de los servicios de inteligencia y seguridad internos estadounidense y argentino”, es “claro que la debilidad es mayor aquí que allá”. “Yo creo que hoy en Estados Unidos debe haber una situación de máxima alerta frente a las posibilidades de ataques de grupos iraníes”, apuntó, y agregó que “un ataque en territorio estadounidense de parte de los iraníes podría legítimamente para el pueblo norteamericano, incluso para el Congreso, desencadenar un ataque masivo de destrucción”.

Por último, consultado sobre el comunicado de la cancillería de Uruguay sobre la situación en Medio Oriente, Luján expresó que “hay que pensar en el objetivo, en cómo se contribuye a la desescalada y a la paz y quién tiene la posibilidad de algún tipo de incidencia”, por lo tanto, “los países aislados no pueden hacer mucho”.

Luján destacó que “vamos a un mundo muy complejo” y que “se empieza a normalizar la invasión rusa a Ucrania, el ataque israelí y [norte]americano a Irán”, y que “si yo tengo armas nucleares hago lo que deseo y no puedo ser castigado”.

El politólogo dijo que para los académicos latinoamericanos el “gran temor” es que “esto sea un incentivo para reactivar programas nucleares”. “Es terrible que pensemos en esos términos, y eso me lleva a que mañana supongamos [que si] hubiera regímenes autoritarios en nuestros vecinos y tuviéramos un diferendo y se solucionaran las cosas por la fuerza, nuestra apelación al derecho internacional sería un saludo a la bandera”, manifestó.

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