La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aplicar aranceles de un 50% contra Brasil implica “un sacudón muy grande” que puede tener “consecuencias importantes para América Latina y Uruguay” en caso de que sea aplicada, dijo a la diaria el economista Gabriel Papa, exasesor del Ministerio de Economía y Finanzas.
Esta situación se suma a los problemas que enfrenta América Latina para adoptar una posición unificada ante las medidas unilaterales de Trump, añadió Papa, remarcando que implica un “golpe muy grande” para un país del Mercosur.
Asimismo, sostuvo que el “único foro político de la región”, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), no tiene ninguna respuesta ante las medidas de Estados Unidos debido a que “hay líneas económicas políticas muy divergentes” entre los países miembros.
“Mientras tanto, Uruguay tiene una política de volar por debajo del radar del conflicto, de la tensión con Estados Unidos, buscando que se consolide el arancel más bajo posible, que probablemente sea del 10%. Pero esto muestra las dificultades de la región para asumir en conjunto una respuesta”, indicó.
La semana pasada, Trump le envió una carta al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la que anunció una suba arancelaria del 50% sobre los productos del país sudamericano que ingresen a Estados Unidos, que entrará en vigencia el 1° de agosto.
Por su parte, Lula afirmó que la respuesta a los impuestos anunciados por Trump se concretará mediante la Ley de Reciprocidad. Esta normativa, aprobada por el Congreso en abril de este año, autoriza a Brasil a adoptar medidas comerciales en respuesta a medidas unilaterales de otros países o bloques económicos, recordó el portal Metrópoles.
La finalidad de la legislación es apoyar al gobierno brasileño en la respuesta a presiones externas que podrían influir en las políticas internas o crear desventajas comerciales consideradas injustas como una forma de proteger la economía nacional.
Asimismo, Lula dijo, durante una entrevista a la emisora TV Record, que Trump “no puede pensar que fue elegido para ser el sheriff del mundo”. “Puede hacer lo que quiera dentro de Estados Unidos. Aquí en Brasil, quienes mandamos somos nosotros, los brasileños”, zanjó.
Impacto económico
Las medidas de Trump implican un “sacudón y reordenamiento muy grande” para todos los países del mundo, indicó Papa. En el caso de Brasil, su primer cliente exportador es China, con un 30%, y luego le sigue Estados Unidos, con un 12%, afirmó.
“Estados Unidos es un mercado muy importante para Brasil. Si entran en una escalada de imposición de aranceles recíprocos, gran parte de la exportación brasileña queda descartada. Por tanto, es un cimbronazo para Brasil y va a implicar un reordenamiento de sus exportaciones hacia otros mercados”, dijo Papa.
El experto indicó que esta situación podría generar competencia entre Brasil, Uruguay y otros países latinoamericanos por terceros mercados. “Incluso las cámaras empresariales están llamando a que negocien y a que Estados Unidos retroceda, porque va a tener consecuencias importantes”, añadió.
Asimismo, consideró que Brasil podría buscar fortalecer aún más sus vínculos con China o el Mercosur en caso de que esta amenaza de Estados Unidos sea efectiva.
“La exportación de Brasil a Estados Unidos es en términos de petróleo y minerales, café, jugo de naranja, celulosa, productos de agroexportación y bienes industriales. A su vez, los bienes industriales están muy integrados en cadenas de producción con Estados Unidos. Dicho de otra manera, las multinacionales norteamericanas instaladas en Brasil seguramente están ejerciendo toda la presión posible en Washington para que no continúe este enfrentamiento”, indicó.
Los hechos
Estados Unidos es el segundo socio comercial más importante de Brasil, únicamente superado por China. En 2024, las exportaciones brasileñas al mercado estadounidense alcanzaron los 40.300 millones de dólares, mientras que las importaciones de productos fueron por 40.600 millones de dólares. Este resultado demuestra un déficit para Brasil en el comercio entre ambos países.
Sin embargo, en la carta enviada a Lula, Trump alega que existe una “relación comercial prolongada y muy injusta generada por los aranceles y las barreras arancelarias y no arancelarias de Brasil”, afirmación que fue negada por el presidente brasileño.
“La información sobre el supuesto déficit estadounidense en la relación comercial entre Brasil y Estados Unidos es falsa. Las propias estadísticas del gobierno estadounidense demuestran un superávit de 410.000 millones en el comercio con Brasil en los últimos 15 años”, remarcó Lula.
Para justificar el aumento arancelario a Brasil, en la carta Trump se refirió a Jair Bolsonaro y calificó el juicio que está enfrentando el exmandatario en el Supremo Tribunal Federal como “una vergüenza internacional”.
En la misiva, el magnate republicano también afirmó, sin aportar pruebas, que la decisión de aumentar los aranceles a los productos brasileños se tomó “en parte debido a los ataques insidiosos de Brasil a las elecciones libres y a la violación fundamental de la libertad de expresión de los estadounidenses”.
Según expresó Trump, el arancel del 50% se aplicará a “todas y cada una de las exportaciones brasileñas enviadas a Estados Unidos, independientemente de todos los aranceles sectoriales ya existentes”.
“Singularidad importante”
Para Papa, en el escenario mundial se ha desplegado una dinámica de una “globalización” con una “creciente fragmentación”, que actualmente se está profundizando con las medidas de Trump.
Sin embargo, el caso de Brasil tiene una “singularidad importante”, dijo el experto, quien recordó que la política de aranceles comenzó en abril, cuando Trump anunció que iba a imponer medidas a todos los países y para América del Sur rondaban en un 10%. No obstante, desde la semana pasada se empiezan a conocer de manera “muy peculiar” los nuevos aranceles, que fueron publicados desde la cuenta de Trump en redes sociales.
“Si se compara lo dicho en abril y lo anunciado en el correr de esta semana, más o menos son los mismos aranceles para todos los países, con algunas excepciones. El caso de Brasil sale totalmente de esa generalidad, porque pasa a tener un arancel del 50% cuando había sido anunciado un 10%, como en el caso de Uruguay y todos los demás de América del Sur”, indicó.
En casi todos los países, las notificaciones de Estados Unidos tenían el mismo formato, pero en el caso de Brasil “cambia y desde el primer párrafo se introduce un elemento totalmente nuevo, que es político, que son las consideraciones de Trump acerca del juicio que se le realiza a Bolsonaro, un tema que hace a la soberanía de Brasil”, remarcó.
Después de esta consideración, vuelve a utilizar el mismo formato que en el resto de los países, pero con un “pequeño detalle que habla de un déficit que no es tal”, añadió Papa.
“La relación comercial con Brasil es favorable a Estados Unidos. Este cambio implica ya no una lógica del proteccionismo en el plano comercial, sino que es una sanción motivada por razones geopolíticas, políticas”, agregó.
Papa consideró que es “muy difícil” una negociación posterior entre ambos países, ya que ceder ante la demanda de Trump implicaría para Brasil una “pérdida” de su soberanía.
Implicancias para Uruguay
Esta situación implica un “desafío muy grande” para el gobierno uruguayo, que no se resuelve con reuniones puntuales de diplomáticos, consideró Papa. “Tiene que haber detrás de cada una de esas reuniones una agenda de trabajo, y deben estar comprendidas en una agenda nueva de vinculaciones con el exterior”, agregó.
Sostuvo que será necesario “inteligencia comercial” y que se deben identificar los obstáculos con cada uno de los mercados. “Hay que poner el aparato del Estado a levantar esos obstáculos y a potenciar esos negocios. De lo contrario, quedarían como una instancia bilateral simplemente de amistad”, indicó.
Consideró, por último, que probablemente Estados Unidos impondrá 10% de aranceles para Uruguay. “Washington es un gran cliente en un área que Uruguay tiene mucha fortaleza y tiene que a su vez desarrollar más, que es el área de servicios. […] Pero en ese nuevo escenario, donde los países buscan diversificar los mercados y sus relaciones, nuestro país no puede quedar en declaraciones”, concluyó.