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Por una rehabilitación de calidad

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El 15 de junio se realizó una conferencia de prensa en la que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) comunicó la vuelta del centro de rehabilitación para personas ciegas y de baja visión Tiburcio Cachón al local de la calle Quesada.

Muchos compañeros de la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU) lucharon por esta causa y es gratificante que las autoridades decidieran la reubicación.

Corresponde expresar que la directiva actual de UNCU no estaba de acuerdo con que el Centro Cachón funcionara en el Instituto Artigas. Antes de que se anunciara la relocalización que mencionamos, nos habíamos entrevistado con la directora del Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis), María Gabriela Bazzano. Entre los temas tratados mencionamos que estimábamos inconveniente que el Centro Nacional para la Rehabilitación de las Personas con Discapacidad Visual se mantuviera en el Instituto Artigas, sito en Camino Maldonado y Libia.

Los argumentos que manejamos son de dominio del colectivo. Difícil acceso en ómnibus; el ingreso por Camino Maldonado sin pavimento podotáctil; semáforo sonoro instalado frente a la zona de tránsito de vehículos de clientes y proveedores de una gran superficie; entrada al predio carente de señalamiento; se acondicionó la entrada por la calle Libia, por la que circula escaso transporte público.

Respecto de la convivencia del centro Cachón con la escuela 387 nos interesa resaltar que nuestra postura es de diálogo con las autoridades del Mides, tal como se lo manifestamos a la directora de Pronadis en dicha reunión. Entendemos que no es conveniente que funcionen simultáneamente las dos instituciones. La escuela 387 se dedica a la habilitación y contención de personas con discapacidades múltiples, mientras que en el Cachón se realiza la rehabilitación de personas ciegas y con baja visión. Cada uno de estos colectivos tiene barreras diferentes a sortear, que imposibilitan el uso en común de un mismo espacio. Compartir el edificio perjudica a unos y otros.

Lejos está de nuestra intención promover el desalojo de los usuarios de la escuela 387. Se trata de buscar una solución que sea conveniente para todos.

Entendemos que se avecina un futuro en que tanto el área de cuidados como la de discapacidad verán resentido el cumplimiento de sus objetivos.

En su momento nuestro país adhirió a los principios definidos en la Convención de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006. En 2010 se promulgó la ley 18.651 de Protección Integral a las Personas con Discapacidad.

En esa legislación se reconocen nuestros derechos, hoy vulnerados. Sostenemos que no se puede tomar más decisiones sin nosotros. No queremos recibir los resultados, sino acompañar el proceso y ser parte de las decisiones. En definitiva, “nada sobre nosotros sin nosotros”.

Asimismo, desde UNCU nos preocupa la calidad de la rehabilitación en nuestro país, el apoyo técnico, el equipo docente, los recursos económicos y todo lo que tenga que ver con ella. La rehabilitación posibilita a las personas con discapacidad visual insertarse en la sociedad lo antes posible para desarrollar una vida autónoma.

Por otra parte, por la prensa tomamos conocimiento el 1° de julio de la creación de la Secretaría de Cuidados y Discapacidad, integrada por el Sistema Nacional de Cuidados y el Pronadis. Se anunció como directora de la nueva repartición a Bazzano. El subsecretario del Mides, Armando Casteingdebat, dijo que “el cambio va en línea con achicar los costos”. Posteriormente se hizo público que se exceptuaba al Mides de las disposiciones del Decreto 90/2020 por el que se fijaba el límite máximo de ejecución presupuestal en 85% del ejercicio anterior. En definitiva, se trasladó al Mides el importe de las asignaciones familiares pertenecientes al Banco de Previsión Social, sin asignar mayor presupuesto para llevar adelante esa gestión. Entendemos que se avecina un futuro en que tanto el área de cuidados como la de discapacidad verán resentido el cumplimiento de sus objetivos.

Ante lo expuesto, consideramos urgente una comunicación directa entre las autoridades del Pronadis y nuestra institución.

Alejandra Gossio es presidenta de la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay.

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