Latinoamérica es la región más peligrosa del planeta para los defensores de los derechos humanos, y en 2022, Colombia, México, Brasil y Honduras fueron los países con los mayores índices de asesinatos. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo de Colombia y después de la firma del acuerdo de paz en 2016, la desinformación (tanto a escala territorial como en cuanto a las redes sociales) ha sido una de las causantes de este fatídico incremento, debido a la estigmatización social y política de estos defensores.
La estigmatización de los líderes sociales y sus poblaciones no es un hecho reciente en el conflicto colombiano; lamentablemente, masacres como las de Segovia y Remedios estuvieron marcadas por este fenómeno. Poblaciones campesinas e indígenas fueron estigmatizadas como opositoras por parte de personas armadas por defender sus territorios y reclamar sus derechos. Como consecuencia, se convirtieron en objetivos militares, sufriendo amenazas, desplazamiento y, en el peor de los casos, asesinatos y desapariciones.
La desinformación (especialmente, noticias falsas) que fue diseminada en internet durante el plebiscito por la paz de 2016 produjo la fragmentación del país en extremos políticos. Esta polarización ha afectado a los defensores de los derechos humanos, mas no exclusivamente a quienes encabezan causas ambientales. A diferencia del pasado, en la actualidad las redes sociales han facilitado una extensa producción de información inexacta o falsa, que es reproducida en la sociedad a través de rumores y opiniones sesgadas que ponen inadvertidamente en peligro la vida de estas poblaciones.
La búsqueda por información confiable
El fact-checking, también conocido como periodismo de verificación, ha tenido un crecimiento sin precedentes en Latinoamérica. Los periodistas que se dedican a esta área se han visto en la necesidad de desarrollar un conjunto de habilidades y herramientas para aplacar los efectos nocivos de la desinformación mediante la detección de errores, información incompleta y noticias falsas en los medios de comunicación y las redes sociales. Recientemente, la pandemia de la covid-19 llevó a la creación regional y conjunta de estrategias especializadas, como Latam Chequea, para limitar la infodemia, es decir, los bulos y rumores alrededor del virus.
El periodismo colombiano también ha estado luchando activamente contra la desinformación. Aunque sus acciones coinciden temáticamente con los países de la región, este se ha visto en la necesidad de crear estrategias especializadas, dada la naturaleza de los conflictos políticos internos del país, como el conflicto armado, las negociaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, el plebiscito de 2016, la comisión de la verdad, los discursos políticos en períodos de elecciones y la estigmatización de los defensores de derechos humanos.
Las redes sociales han facilitado una extensa producción de información inexacta o falsa, que es reproducida en la sociedad a través de rumores y opiniones sesgadas que ponen en peligro la vida de estas poblaciones.
Como resultado, se han creado diferentes proyectos que buscan mitigar los efectos nocivos de los bulos enfocados en estas temáticas para las audiencias colombianas. Algunos ejemplos de ello son iniciativas como ColombiaCheck, Proyecto Desintoxicar, Linterna Verde y el recientemente creado Verifico. Este último busca monitorear exclusivamente la diseminación de desinformación existente en redes sociales y medios de comunicación contra defensores de derechos humanos.
¿Una plataforma más de verificación?
Verifico es un sitio web desarrollado por el medio nativo digital Verdad Abierta y por la organización internacional sin ánimo de lucro Protection International. Usualmente este tipo de plataformas desarrollan un sistema de clasificación de la información inexacta o falsa que, pedagógicamente, aspira a mostrar a los usuarios los tipos más comunes de errores e imprecisiones. A su vez, cuentan con una sección en la que amplían la razón de esta catalogación y proveen una explicación que verifica o desmiente el contenido.
Este proyecto desarrolló particularmente ocho criterios de clasificación de los contenidos estigmatizantes: el ataque político, la descontextualización, el engaño, la discriminación, la ironía, la difamación, el género y lo étnico, que no son similares a los de otras plataformas. A diferencia de estas, que pretenden, esencialmente, verificar bulos sobre diferentes temas, Verifico tiene como objetivo contrastar información para evitar y aplacar el potencial incremento de asesinatos de poblaciones y dirigentes sociales en Colombia.
Los casos abordados en esta plataforma sobre estigmatización y desinformación son, sobre todo, de líderes políticos y de opinión del país, quienes han publicado mayormente en Twitter. A pesar de que esta red social es utilizada por apenas el 4% de la población del país, este contenido logra afectar a los defensores de derechos humanos, pues sus mensajes se amplifican e influencian el debate virtual y los medios de comunicación en el país.
Ser o no ser
Verifico, como proyecto que aspira a reducir los efectos nocivos de la desinformación contra los defensores de derechos humanos, tiene una naturaleza ciertamente problemática, pues entre más casos de estigmatización que verifiquen, lamentablemente, más líderes y poblaciones están en riesgo.
Si bien esta plataforma trabaja de la mano de las comunidades afectadas, el reto es hacer que su mensaje llegue a todos los sectores de la sociedad, especialmente a aquellos que han sido persuadidos por este tipo de contenidos y lo comparten creyendo que es real, sin cerciorarse de que la estigmatización y la desinformación matan.
Gustavo Rivero es profesor adjunto de la Universidad de la Salle, Colombia. Magíster en Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes. Este artículo fue publicado originalmente en latinoamerica21.com.