La nota más aburrida de la elección

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Esta nota es muy aburrida porque habla de las encuestas. Y como elección tras elección sigue todo exactamente igual, resulta aburrido.

Correlación

Hace 25 años que sigo las encuestas y escribo sobre ellas. En este tiempo me han insultado, prepoteado, amenazado, baboseado, mandado a estudiar y a trabajar en lo mío, pero nunca nadie expuso un argumento en contra de la siguiente afirmación: “En Uruguay las encuestas no son independientes, sino que están correlacionadas”.

Vamos a explicarlo una vez más: si se hacen encuestas independientes unas de otras, cada una con su muestra, su estratificación y su ajuste posterior, sin relación alguna con la encuesta de al lado, la estadística indica que los valores para cada candidato se tienen que dar (se tienen que distribuir, se dice) unos por arriba del valor real y otros por debajo, de manera que al graficarlos formen una campana de Gauss.

Eso se puede simular¹ de forma bastante sencilla con las herramientas de hoy en día. Abajo se ve una gráfica del resultado de simular un millón de encuestas para un hipotético candidato que sabemos que tiene 47% del electorado.

El eje de las Y muestra la frecuencia: cuántas encuestas del millón le dieron al candidato 47% exacto, cuántas 46%, cuántas 48% y así sucesivamente. No es una gráfica recortada: en un millón de encuestas nunca llegó a 55% ni bajó de 39%. Esa es la magia de las encuestas: bien hechas dan resultados interesantes.

El corchete negro muestra dónde deberían caer las encuestas reales, en el famoso rango de +/- 3,1. Ahora disponemos de una herramienta que nos permite en una mirada ver si todo es razonable o no lo es.

El balotaje

Cuando aplicamos esta técnica al balotaje, simulando un millón de encuestas, y aplicando el rango de las 11 encuestas finales², obtenemos la siguiente gráfica:

A simple vista vemos problemas: las encuestas reales dan para Álvaro Delgado un rango que está donde debe, pero es muy angosto, en el entorno de un tercio de lo esperable. Y para Yamandú Orsi, que tienen un rango también angosto, están completamente fuera de lugar.

Por suerte, tenemos herramientas para saber si estos rangos de encuestas, a pesar de la distorsión, son aún razonables o se trata de situaciones con muy baja probabilidad de ocurrir y que por tanto denotan correlación. Simulamos un millón de veces 11 encuestas independientes y controlamos los rangos que resultan para Orsi y Delgado.

Para Orsi, sólo 141 veces del millón de simulaciones los resultados de las 11 encuestadoras quedaron en el rango real de Uruguay. Y para Delgado, 271 veces. La probabilidad de independencia de las encuestas de Orsi fue de 0,014%, y la probabilidad de independencia de las encuestas de Delgado es de 0,027%.

Conclusión: es casi imposible que las encuestas del balotaje fueran independientes, porque para ser independientes se tendrían que haber distribuido en otros rangos, más amplios y en torno al valor real.

Otro cisne negro

Todavía queda el argumento del cisne negro, una metáfora propuesta por Nassim Taleb³ para describir la ocurrencia de un suceso de probabilidad ínfima, casi nula. ¿No será que en noviembre las encuestas sí fueron independientes, pero tuvimos un suceso fortuito, de esos que suceden una vez cada mil años?

Malas noticias: en octubre tuvimos otro cisne negro. Usando el mismo procedimiento de simulación, a simple vista se nota que los resultados de las encuestas reales para el Partido Nacional son más que sospechosos. Vale notar una rara avis en las encuestas uruguayas: el FA sí da como era de esperar.

Volvemos a simular un millón de veces, grupos de seis encuestas⁴ en este caso, para las elecciones nacionales. Y los datos confirman lo que se ve en el dibujo: el 72% de las veces las encuestas caen en el rango para el FA, 30% para el PC, y 0% para el PN. Las encuestas publicadas para el Partido Nacional en las elecciones de octubre no son independientes, sino que están fuertemente correlacionadas.

Una bandada de cisnes negros

Deberíamos invitar a Nassim Taleb a Uruguay para mostrarle que somos un país excepcional: todos los ciclos electorales desde 1999 a 2024 producimos cisnes negros de forma generosa.

Conclusión (lo más aburrido de todo)

En Uruguay, le duela a quien le duela, las encuestas están lejos de ser independientes unas de otras. Los números muestran con contundencia que tienen correlación estadística, o como lo bautizó Nate Silver⁵: se mueven en rebaño. Lo que publican las encuestadoras no son encuestas de verdad, con valor estadístico, sino opiniones que tiene dos insumos: una encuesta y lo que publicaron los colegas.

Esto hace un daño enorme a la democracia, porque generan escenarios que nada tienen que ver con la realidad. Elección tras elección. En este ciclo, la idea en las nacionales de que Delgado era un mal candidato y se estaba hundiendo, así como la idea de la paridad milimétrica del balotaje no son más que fantasías de un grupo de encuestadores que tienen mucho espacio en los medios. Por eso, para proteger y fortalecer la democracia, es necesario regularlas.

Daniel Mordecki es docente de Usabilidad.