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¿Por qué conmemorar la Agenda Mujeres, Paz y Seguridad en Uruguay?

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El 31 de octubre de 2000, la Resolución 1325 (R1325) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) dio nacimiento a la Agenda Mujeres, Paz y Seguridad (MPS). Se constituyó así un mojón feminista de la seguridad internacional y se puso sobre la mesa del ecosistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el cuadrinomio mujeres/paz/seguridad/desarrollo. Merece subrayarse que fue la primera resolución en el ámbito del CSNU en recuperar el vínculo entre mujeres, paz y seguridad, con aprobación unánime. Es decir, este novedoso reconocimiento jerarquiza las coordenadas feministas sobre asuntos de seguridad internacional.1

¿Cómo explicar este atisbo de “humanización” –y “giro normativo” como lo entiende Barbé Izuel (2016)– del CSNU? Varios fenómenos se conjugaron en el ámbito de la ONU durante la década de 1990 en pos de visibilizar el rol de la mujer en la promoción de la paz, a la vez de alertar sobre la magra proyección de las mujeres en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP). El aumento de la violencia contra mujeres y niños interpelaba a la opinión pública internacional. El horror de genocidios como el de Ruanda en 1994 y el de Srebrenica (Bosnia) en 1995 impusieron la necesidad de tomar conciencia y llevar al ámbito jurídico internacional a los perpetradores de esas violencias.

En este contexto, la seguridad se consustanció de manera diferente. Una referencia obligada apunta al trabajo previo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, específicamente con el Informe de Desarrollo Humano de 1994 que formaliza la seguridad humana. ¿Cuál es la importancia de este nuevo enfoque de la seguridad? Que traslada la seguridad tradicional centrada en el Estado hacia las personas y las comunidades.

En suma, el escenario internacional de fines del siglo pasado imponía una reflexión más comprometida sobre el impacto y las consecuencias de los diversos conflictos armados sobre las mujeres y los niños. Dicho esto, fue por demás importante que se anclara en el CSNU el debate que ponía sobre la mesa que las vivencias entre hombres y mujeres en conflictos eran diferentes, porque son objetos de distintos tipos de violencias. A la par, los movimientos sociales transnacionales de mujeres a favor de la paz se consolidaban internacionalmente. Al hilo de esto, la proyección de la R1325 fue por dos caminos: el de la protección y también el del empoderamiento de las mujeres, en tanto les reconocía voz y agencia al promover su participación en ámbitos de reconstrucción y pacificación posbélica.2

El largo recorrido de la acción feminista contra las violencias

El impulso de algunos miembros no permanentes del CSNU –como Canadá, Namibia y Bangladesh–, en conjunción con otras agencias especializadas de la ONU, fue el sustrato de la Agenda MPS. No obstante, fue trascendental el extendido esfuerzo colectivo de múltiples organizaciones de mujeres y activistas feministas, junto a la acción de otras organizaciones no gubernamentales. El trayecto no ha sido simple ni breve. La R1325 se nutrió de acciones previas –por rescatar algunos de los instrumentos más reconocidos–, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de 1979, así como de las cuatro conferencias mundiales sobre la mujer: México 1975, Copenhague 1980, Nairobi 1985 y Beijing 1995. Estas y otras instancias nuclearon a miles de mujeres activistas de todas partes del mundo, incluido Uruguay.

Durante las siguientes décadas, la R1325 fue respaldada por otras tantas resoluciones del CSNU. Otro puntal superlativo ha sido la adopción de la Agenda 2030, en particular a través del Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 sobre equidad de género, aunque, hilando más fino, pueden encontrarse sus huellas en varios de los 17 objetivos que la componen.

¿Por qué fue necesaria la célebre aseveración de Hillary Clinton “Los derechos de las mujeres son derechos humanos”? ¿No era acaso una realidad a todas voces? No, no lo era y no lo es.

La apuesta de Uruguay a la Agenda MPS

En el marco de un tradicional compromiso del Estado uruguayo con el multilateralismo, en particular con lo encarnado por el sistema de la ONU, múltiples piezas construyen su respaldo a la Agenda MPS. Por mencionar algunas trascendentes, el ejercicio de la copresidencia del Grupo Informal de Expertos sobre MPS, así como el copatrocinio junto con Canadá durante el vigésimo aniversario de la R1325, y hasta setiembre de 2021 –siendo el primer Estado latinoamericano en hacerlo–, de la Red de Puntos Focales sobre MPS. Desde este rol, Uruguay se ha destacado en el ámbito internacional. Junto con su copatrocinante y en pos de consustanciar la Agenda MPS, ha forjado redes entre estados, diferentes organizaciones regionales y la sociedad civil, consolidando espacios dirigidos a robustecer la implementación de la Agenda MPS.

A su vez, Uruguay ha sido el único Estado latinoamericano –y uno de los ocho a nivel global– en participar en la Evaluación de Barreras implementada por el Geneva Centre for Security Sector Governance y la Universidad de Cornell, cuyo objetivo es identificar los obstáculos que existen en el incremento de la participación del personal femenino (militar y policial) en las operaciones de paz de la ONU. Más aún, el compromiso uruguayo con la Agenda MPS se mantiene en el tiempo: no sólo ha liderado, sino que continúa apoyando la llamada “Acción por el mantenimiento de la paz”, iniciativa del secretario general de la ONU que hoy ya es respaldada por más de 150 estados.

En sintonía con lo anterior, Uruguay ha participado activamente en diferentes proyectos destinados a identificar las barreras al despliegue y el desarrollo de capacidades para aumentar el número de mujeres en las OMP implementados por la llamada Iniciativa Elsie. En línea con este proyecto, el Ministerio de Defensa Nacional presentó una propuesta junto con ONU Mujeres y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional como sus aliados estratégicos. Así se erigió como el primer país del mundo en acceder al Fondo de la Iniciativa Elsie, luego de haber completado la evaluación de la Metodología de Evaluación de las Oportunidades para las Mujeres en Operación de Paz. Este estudio fue a su vez el primero realizado en las Américas. Asimismo, la adopción del Primer Plan de Acción Nacional (PAN) sobre MPS (2021-24) y los trabajos preparativos para el Segundo PAN, tanto como la participación institucional y de la sociedad civil en la Red de Mediadoras del Cono Sur y la Red Iberoamericana de Mujeres Mediadoras, son muestras contundentes de la labor y responsabilidad asumidas.

Algunos trazos para la reflexión

Grosso modo, ha de reconocerse el potencial de la Agenda MPS en la instalación de la perspectiva de género en el ámbito de la seguridad internacional. Se evidencia en algunas apuestas estatales que la han implementado por medio de políticas públicas externas e internas. Sin embargo, la esencia de la Agenda MPS se esfuma casi por completo al dirigir el foco hacia la guerra y el genocidio actuales. Queda explícito en aquellos que por su mayor trascendencia geopolítica se llevan la atención del mundo. Es menos evidente en otras descarnadas realidades de conflictividades desdibujadas a lo largo de décadas, y que por no incrustarse en zonas de interés geoestratégico no son noticia.

Advirtió Simone de Beauvoir, a mediados del siglo pasado, que las crisis ponen bajo cuestión los derechos de las mujeres, ya que nunca se dan por adquiridos. Por eso no hay que perderles pisada. Prueba de ello es la célebre aseveración de Hillary Clinton durante su discurso en la Conferencia de Beijing de 1995: “Los derechos de las mujeres son derechos humanos”. ¿Por qué fue necesaria esa afirmación? ¿No era acaso una realidad a todas voces? No, no lo era y no lo es.

Mónica Nieves Aguirre es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y coordinadora académica de la Maestría en Relaciones Internacionales de dicha institución.


  1. Ruiz-Giménez Arrieta, Itziar (2016). “Mujeres, Paz y Seguridad: controversias feministas en torno a la paz liberal”. En García Segura, Caterina (Dir.): La tensión cosmopolita. Avances y límites en la institucionalización del cosmopolitismo (322-369). Madrid: Tecnos. 

  2. Mujika Chao, Itziar (2021). “Veinte años de la agenda internacional sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS)”, Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 127, pp. 15-38, DOI: doi.org/10.24241/rcai.2021.127.1.15

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