El proyecto de presupuesto incluye la creación de una Agencia del Sistema de Transporte Metropolitano, encargada de la gestión de proyectos en acuerdo con las intendencias de Montevideo, Canelones y San José. La novedad institucional es muy pertinente para el abordaje de cuestiones estratégicas: en los tres departamentos involucrados reside el 58% de la población del país, y la movilidad entre ellos presenta problemas de gran envergadura, que no se resuelven con medidas parciales de corto plazo.
En las últimas décadas, una gran cantidad de personas pasaron a residir fuera de la capital por motivos económicos o en busca de una vida distinta, sin dejar de trasladarse a Montevideo con frecuencia.
Cuando comenzaron a plantearse iniciativas para agilizar su desplazamiento cotidiano, fueron atendibles las posiciones de quienes consideraban que no era sensato facilitar la migración hacia zonas con carencia de servicios, cuando al mismo tiempo estaban despoblados barrios montevideanos con todo lo necesario. Hubo planes para desalentar el éxodo que fracasaron o no llegaron a implementarse; la migración es un hecho y continúa.
Se avanzó y se avanza en lo referido a la infraestructura para las áreas cuya población creció, pero se han multiplicado otros trastornos. Entre ellos, los vinculados con el tiempo destinado a traslados y la cantidad desmesurada de automóviles particulares, que congestionan el tránsito durante una parte del día y quedan estacionados durante una mucho mayor.
La evidencia internacional señala que el remedio indicado es mejorar el transporte público colectivo y las autoridades consideran distintos proyectos en este sentido. Se justifica que las decisiones dependan de una articulación entre el gobierno nacional y los departamentales, porque todos los proyectos introducen nuevas herramientas, implican una reestructura integral y exigen inversiones cuantiosas durante períodos prolongados, en los que además el desarrollo de las obras afectará diversas actividades.
Estas características determinan que haya dudas razonables, potenciadas en una coyuntura de restricciones presupuestales. Sin embargo, es muy valioso y reconfortante que se piense en afrontar el largo plazo, superando los cálculos basados en costos y beneficios inmediatos.
La rambla de Montevideo es una obra magnífica, que caracteriza y distingue a la ciudad en el mundo. Pasó una década entre la propuesta y el inicio de las obras, que continuaron durante 13 años con un costo enorme y distorsionaron la vida cotidiana durante sucesivos gobiernos. Hubo críticas feroces de todo tipo, pero hoy a nadie se le ocurre cuestionar aquella inversión, que cambió para siempre a la capital y es una parte entrañable de su identidad.
Lo urgente no es lo único que importa. El gobierno, como el tránsito, requiere alternar el uso de las luces cortas y las largas, tener claro el rumbo y apelar a los cambios en el momento justo. Son virtudes que distinguen a quienes saben conducir.