Para el dirigente magisterial Gustavo Macedo, de filiación nacionalista, es “correcto” denunciar ante el resto de los trabajadores una década “que generó muchas injusticias”, entre ellas la eliminación de los Consejos de Salarios y la pérdida del salario real. “Las políticas neoliberales perjudicaron especialmente a los trabajadores y los sectores más pobres. Es un hecho de la realidad, y decirlo no implica una pérdida de autonomía de la central. No queremos repetir lo que pasó en esa época”, sostuvo el representante magisterial, que en las internas votó a Jorge Larrañaga (ver recuadro). Macedo no comparte “aspectos de la metodología” de la Operación Memoria, que culminará con un paro general parcial el próximo jueves, pero entiende que si los órganos correspondientes toman una definición “todos nos ponemos atrás de lo que se decidió”.
Lejos de eso, Gustavo López, del frente sindical de Asamblea Popular (AP), evalúa que esta movilización representa un “nuevo paso en la subordinación” del movimiento sindical a la lógica del gobierno del Frente Amplio, y un “pisoteo” a la independencia de clase. “La central sigue siendo furgón de cola del Frente. Es vergonzoso que el PITCNT denuncie el neoliberalismo de los noventa y se calle frente al neoliberalismo de nuestros días, que se mantiene intacto y que seguirá así, porque ya se sabe que la economía será conducida por [Danilo] Astori, el nene mimado del FMI, el Banco Mundial y el capital transnacional”, apuntó.
López piensa que esta “operación electoral” del PIT-CNT profundiza la “burocratización y adscripción” del sindicalismo a la fuerza de gobierno. “Están cada vez más parecidos a lo peor de la burocracia del sindicalismo peronista. Por ejemplo, se está aprobando una cláusula de paz en la negociación colectiva que reglamenta la acción sindical, y el PIT-CNT, en lugar de tomar acciones contundentes, prefiere hablar de la década del noventa”, disparó el militante del gremio del taxi.
El dirigente de Sutel José Luis Ituño, del ala batllista del Partido Colorado, discrepó con los “llamados a votar al FA” que han surgido desde estrados del PIT-CNT. “No se puede hablar de autonomía y pedir un voto prestado. No sé si llamarlo peronización, pero recuerdo la visita de Astori al gremio de la bebida, y a un dirigente diciendo que sólo se aceptaban aplausos. A mí en los gobiernos colorados me trataban de alcahuete y ahora nadie dice nada”, se quejó Ituño, que en las primarias integró la lista de Daniel Lamas.
Nunca prescindir En tanto, el metalúrgico Marcelo Abdala (Partido Comunista) consideró que la marcha que lleva adelante el PIT-CNT por todo el país “pone nerviosa a la derecha social y política”, y recuerda, como por si acaso, que las cámaras empresariales gastaron más de 120 mil dólares en la campaña publicitaria contra la Ley de Negociación Colectiva impulsada por el gobierno. En una columna que salió publicada ayer en el semanario El Popular, Abdala pronostica que la Operación Memoria “marcará la cancha” del “panorama político e ideológico”, y que no es casualidad que “los órganos de prensa de la derecha y el gran capital financiero” estén molestos. Al PIT-CNT “nunca le será indiferente” quién dirige el “timón del Estado”, y por eso esta movilización respeta las “mejores tradiciones de lucha” del movimiento popular, dijo Abdala.
Por su parte, el presidente de AEBU, Gustavo Pérez (Articulación), pronostica una “crisis de proporciones” si el próximo gobierno pretende “arrebatarles las conquistas” a los trabajadores. “Lo que pasó hace veinte años es una referencia, es cierto que los noventa estuvieron signados por la máxima de que el mejor sindicato es el que no existe, pero no peleo sólo contra eso, sino por mantener las conquistas que tengo e ir por más. Prefiero la esperanza antes que la memoria”, matizó.
Durante el gobierno del Frente Amplio hubo “múltiples conflictos” en todos los gremios, y eso permite pensar que la autonomía del PITCNT “no está en juego”. “No somos un apéndice de los gobernantes de turno. Por más que haya una predominancia de dirigentes de izquierda, la pluralidad interna garantiza la independencia. De todas formas, las alertas siempre son saludables”, opinó Pérez.
Sorpresa y 1/2 Algunos referentes sindicales blancos y colorados no ven con buenos ojos un segundo gobierno de Lacalle. El dirigente magisterial Macedo, que integra la Secretaría de Asuntos Sociales (SAS) del Partido Nacional, aún no resolvió si votará al candidato nacionalista en octubre. “Todavía no lo tengo claro, estoy ahí... Más allá de la maduración que pueda tener Lacalle, me acuerdo de cosas que me generan muchas dudas”, reconoció. Por ejemplo que el líder herrerista eliminó la SAS durante su administración. El representante colorado en las telecomunicaciones, Ituño, confió que en un escenario de segunda vuelta entre Lacalle y Mujica ya tiene decidido votar al líder tupamaro. “Lacalle fue propulsor de la venta de empresas públicas, entre ellas Antel, y por eso representa el pasado. Personalmente prefiero a Mujica”, señaló.