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Daniel Viglietti, el miércoles, durante el lanzamiento de la campaña a favor del voto epistolar.

Foto: Javier Calvelo

Sí o No

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Piden al Estado que financien consultas populares.

Las organizaciones civiles que promueven los plebiscitos entienden que el Estado debe financiar estas campañas para poder informar correctamente a la ciudadanía. Actualmente esto no está previsto ni en una ley ni en la propia Constitución, lo cual es considerado un déficit democrático, entre otras cosas, porque sí está previsto el financiamiento para los partidos políticos. “Convencer es fácil, informar es difícil”, expresó a la diaria Gabriel Seré.

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El 10 de agosto, la Coordinadora Nacional por la Nulidad de la Ley de Caducidad envió una carta a Andebu y los medios de comunicación para solicitar espacios gratuitos “de la misma forma que lo han ofrecido a los partidos políticos” para que “la ciudadanía esté bien informada y ejerza su derecho libremente, según su conciencia”. Otra carta le hicieron llegar al Frente Amplio para que les den respaldo económico. Seré, integrante de la Coordinadora, subrayó a la diaria que, a diferencia de los referendos (derogación total o parcial de una ley), que tienen papeletas por el Sí y por el No, los plebiscitos (reforma constitucional) sólo tienen papeletas por el Sí. Para que se anule la Ley de Caducidad o se habilite el voto de los uruguayos en el exterior es necesario que la mitad más uno de los votos emitidos (incluidos los sufragios en blanco y los anulados) sea por el Sí. Esto significa, explicó Seré, que la ciudadanía no puede “abstenerse” de incidir en el resultado de un plebiscito, ya que si no se coloca la papeleta es un voto en contra. “En primer lugar sería sano que hubiera papeletas por el No”, ya que esto permitiría al votante plantarse en la disyuntiva de tomar una decisión y evitar de esta forma que “no coloque la papeleta del Sí por ignorancia”. “Esto debe estar previsto en la Constitución, pero no hay tiempo para eso. Lo mejor en este momento es asegurar la información”, señaló Seré. El vocero indicó que están financiando la campaña por el Sí mediante contribuciones voluntarias y venta de bonos, y reclamó que aún no obtuvieron respuesta de Andebu, de ningún medio de prensa. Del FA tampoco. “Es de cajón que para estas cuestiones tiene que haber una reforma que otorgue a la ciudadanía una herramienta para que pueda votar cabalmente. Ni siquiera habría que esperar a una Asamblea Constituyente, puede resolverse en el Parlamento con una ley que prevea el financiamiento estatal”, opinó. Y recordó que los plebiscitos que se resuelven en octubre se habilitaron mediante mecanismos diferentes. Mientras que para la anulación de la Ley de Caducidad se reunieron las firmas del 10% de los ciudadanos inscriptos en el registro cívico, el voto en el exterior fue un proyecto de reforma que el FA envió con la firma de dos quintos del total de legisladores de la Asamblea General. En este punto, Alicia Porrini, integrante de la Comisión Nacional por el Voto de los Uruguayos en el Exterior, recordó que el primer intento de habilitarlo fue a fines de 2007 con un proyecto de ley que fracasó porque el FA no contaba con la mayoría especial de dos tercios en ninguna de las cámaras. La comisión decidió entonces juntar firmas, pero el FA acortó el camino y envió en marzo el proyecto a la Corte Electoral. Porrini explicó que, si bien la iniciativa surgió a instancias de la ciudadanía, “ahora el FA no tiene más remedio que hacerse cargo de la campaña por el voto en el exterior”, tema que “no está integrado a la agenda política”. De todas formas sostuvo que es importante que se implementen alternativas para que la sociedad civil cuente con financiamiento propio para que no siga dependiendo de las “grandes organizaciones”. Al respecto, Seré observó que la recolección de firmas por la nulidad obligó a generar una base social militante por la causa, algo que no tuvo lugar con el voto en el exterior. “Ésta es una de las preocupaciones como organizaciones sociales: cómo se llega a promover e informar con independencia un plebiscito o un referendo. Es elemental para mejorar la calidad de la democracia”, concluyó Seré.

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