La consolidación del liderazgo de Pedro Bordaberry se produjo, según el análisis de Flores Silva, tras el “colapso del tercer batllismo”, un proceso al que definió como “muy traumático” para el partido. El primero y el segundo corresponderían al período de José Batlle y Ordóñez y Luis Batlle Berres, respectivamente. Y en lo que parece un juego de palabras, con “segunda ala” pretende instalar el “cuarto batllismo”.
“La tercera, que abarca 1985-2005, tuvo un comienzo republicano en sus primeros cinco años. Había convención, había debate, un programa hecho en serio. Todo cae con la derrota del 89 y luego la convención estuvo 13 años sin reunirse; el PC se desrepublicanizó. El programa fue sustituido por un pensamiento mágico, eso de ‘voten a [Jorge] Batlle o a [Julio María] Sanguinetti, que van a resolver los problemas’. Ellos se convirtieron en el programa mismo”, definió.
El “colapso republicano” le abrió el camino a Bordaberry: “Generó una oportunidad de crecimiento importante de sectores más colorados que batllistas. Era lógico. Sin embargo, Bordaberry, a medida que pasa el tiempo, se da cuenta de que el PC sin batllismo tiene un techo bajo”, aseguró. Flores Silva ya blanqueó esta postura en una reunión con Bordaberry en su calidad de secretario general del partido y le adelantó sus intenciones. “El futuro del PC depende del crecimiento del ala batllista”, resumió.
Planes
La meta es que en 2011 la nueva corriente “tiene que estar trabajando coordinadamente”. Para entonces “la instancia decisiva” será el Congreso Ideológico. “El congreso tiene que ser el constructor de una propuesta republicana de futuro. ¿Qué es eso? El republicano es un tipo que piensa que la ingeniería institucional es una tarea cotidiana. No se hizo bien la autocrítica de su derrota [la del PC] pero no es tiempo de eso, el partido ahora tiene que estar cargado de futuro y tiene que dar una propuesta republicana y socialdemócrata”, propuso Flores Silva.
En ese marco “está refundando” la Corriente Batllista Indpendiente (CBI), que surgió en los meses previos al plebiscito de 1980 en marcada oposición a la dictadura. “Va a ser un componente, una formadora de cuadros. La segunda ala va a ser algo mucho más grande que la CBI. No es que reaparece para ser ella la segunda ala sino como un motor. Para eso tenemos un programa de construcción de poder”, indicó.
Entre sus planes para lo que queda del año figura penetrar con la propuesta en el interior y lanzar en noviembre su medio de comunicación, que ya tiene nombre: Monitor Republicano. Aunque la iniciativa está “verde”, apostará a las elecciones juveniles para captar y formar “cuadros políticos”. No aspira a tener un impacto “cuantitativo”, es decir, en los resultados electorales, pero sí a encontrar los “mecanismos de construcción de poder para la discusión de un discurso”.
Líderes y relaciones
Flores Silva no arriesga quién ocupará el rol de nuevo líder, pero da pistas: “Soy uno de los pocos -si no el único- dirigente colorado que nunca trabajó una hora al servicio de modelos no republicanos, y no es porque no se me ofreciera sentarme a la mesa del festín cupular. Lo que pasa es que yo no puedo no ser republicano”. Cuando se le preguntó directamente sobre este punto afirmó que “el problema de la segunda ala no es que sobren líderes sino que le faltan”. “Los dirigentes tendremos que ponernos de acuerdo, darle contenido de propuesta al cuarto batllismo, y en el ejercicio de la línea política correcta surgirán. Es claro que al PC le falta un segundo liderazgo”, insistió.
No hizo alusión directa a Proba, pero al mencionársela aclaró que el relacionamiento con los otros grupos colorados se definirán en el Congreso Ideológico, aunque adelantó que un “elemento importante” del nuevo sector es que intentará “ser bastante unitario”. “No vamos a reproducir las reyertas personales Julio-Jorge. Sea el que sea el candidato a la presidencia en 2014 ya no será un mago, no va a ser en sí mismo un programa, sino que estará para cumplirlo. Por eso esto tendrá que ser un espacio bastante grande”, precisó, antes de referirse a la agrupación que tiene como referentes a los senadores Tabaré Viera y José Amorín.
“Proba hace su esfuerzo y lo respetamos. Nosotros queremos trabajar en la generación de discursos políticos y de propuestas. También creemos que no hay oposición de los partidos a la hegemonía del Frente Amplio. No es que Proba sea capaz de algo o no sea capaz. Los compañeros tienen diferentes énfasis. Nosotros vamos a trabajar en dos campos: propuesta y crítica”, precisó. Tras el primer congreso, celebrado el 4 de setiembre, Proba emitió una declaración en esa misma dirección, dejando en claro que su objetivo es “convertir esta corriente en el sector mayoritario del PC, contribuyendo al engrandecimiento y la unidad de este último”. También reafirmaba su compromiso “para organizarse y trabajar asumiendo al batllismo como el mejor cuerpo de ideas para gobernar”, y para ejercer “la defensa inclaudicable de la libertad, el sistema democrático-republicano de gobierno”.
Consultado sobre si invitará a trabajar a los referentes de Proba, Flores Silva dijo que “formalmente” no conoce cómo se dará el vínculo, aunque reconoció que se reunió con Viera varias veces como “representante de Proba” para “conversar”. la diaria procuró hablar con Viera pero en su despacho informaron que estaba en el exterior. Por su parte, Amorín reivindicó el “crecimiento político” de Proba y resaltó que luego de las elecciones continuaron las incorporaciones. “Me parece bien que Flores Silva, con la tantísima experiencia política que tiene, se exprese en libertad porque es un liberal y porque cuanta más gente haya trabajando, mejor para el partido”, declaró. “Los sectores no son la suma de sectores. Es la propia dinámica de las ideas la que va aunando a la gente o haciéndola disentir. De la dinámica programática van a surgir los liderazgos, pero también las coaliciones políticas internas dentro de un partido”, puntualizó Flores Silva.