Camaradería
La gestión de Ana Olivera en la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) no será de “preeminencia roja” y el Partido Comunista del Uruguay (PCU) no le reclamará cargos a la jerarca, según aseguró su secretario general, Eduardo Lorier. “No le exigimos la Secretaría General ni ninguna dirección. Será una intendencia fuertemente frenteamplista, porque cualquier otro escenario sería el mayor error político que podríamos cometer”, comentó Lorier, camarada de Olivera. Puso como ejemplo de la “apertura” del PCU que sólo una de las ocho direcciones del Ministerio de Desarrollo Social, orientado por la comunista Ana Viñoly, fue asignada a un dirigente del sector. Mientras tanto, los demás sectores del FA montevideano preparan sus listados con nombres para entregarle a la futura intendenta. El MPP, por ejemplo, le transmitió a Olivera después de la elección del 9 de mayo sus aspiraciones de tener un representante del sector en la Secretaría General. “Es algo de resorte de ella y la decisión correrá por su cuenta, pero entendemos que el MPP tiene una vasta experiencia municipal y hay compañeros que podrían estar en ése y en otros lugares”, comentaron fuentes del sector mayoritario del FA. Además, los emepepistas quieren volver a discutir la estructura de la IMM, incluyendo entre otros temas la propuesta de que desaparezca el Departamento de Descentralización y se incluyan los flamantes ocho municipios en el esquema organizativo.
El senador comunista Eduardo Lorier piensa que la presidencia del FA debería ser el último tema para considerar en este marco de balance autocrítico que inició el oficialismo después del magro desempeño de las departamentales. “Y siempre será consecuencia y no causa. Hay un conjunto de factores fundamentales para discutir antes, que pueden desembocar finalmente, o no, en cambios en la presidencia”, opinó. Lorier opina que sería contraproducente para el FA ingresar ahora en una “danza de nombres”, y optó por iniciar intercambios con “alto contenido ideológico y organizativo”.
La diputada Daniela Paysée (Asamblea Uruguay) apuntó que el debate por la eventual sucesión de Brovetto no ha sido planteado en los ámbitos políticos correspondientes. “Se pueden tirar ideas, pero como sector ni siquiera tenemos agendada la discusión. La presidencia se renueva en un Congreso Ordinario, y no hay ninguno convocado, así que ninguna circunstancia amerita que tomemos decisiones”, continuó.
El mayor déficit del FA, según Paysée, ha sido su incapacidad para designar al vicepresidente de la fuerza política. “Ése sí sería un paso importante y sano para dar”, reflexionó la diputada, que considera “prioritario” un análisis interno sobre el “tirón de orejas” que recibió el FA. “Necesitamos una reflexión serena, que no sea ni autocomplaciente ni autoflagelante, sin apuros pero sin demoras”, sintetizó.
En el Movimiento de Participación Popular (MPP) discrepan con el posicionamiento público de la senadora Constanza Moreira, que propuso a la vertientista Margarita Percovich para esa responsabilidad. “No es un tema para poner en la agenda ahora. Recién se está instalando el gobierno y no deberíamos meternos en ese enredo.
Empezar ahora con una danza de nombres está totalmente fuera de coyuntura y no es tiempo político para dar esa discusión”, marcó el diputado emepepista Esteban Pérez. Ese representante por Canelones dijo que la senadora del Espacio 609 puede dar una “posición personal”, aunque aclaró que eso “no implica para nada al MPP”. “Las cuestiones tácticas inmediatas tienen que quedar para el final del debate, ahora son tiempos de pensar en una mirada estratégica”, continuó.
La Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L) dará comienzo el 2 de junio a un ciclo de charlas para reflexionar sobre el futuro del FA. En esos paneles estarán como anfitriones Pablo Álvarez y Eleuterio Fernández Huidobro, y además dirigentes de otros grupos como la ex senadora Percovich y la politóloga Moreira. “Estamos en una discusión sobre el tema de la presidencia y es probable que después de estos debates estemos en condiciones de hacer una propuesta. De hecho la elección de los panelistas no es casual”, reconoció Camilo Álvarez, de la CAP-L.
A su entender, el FA tiene que “reconsiderar” la forma en que se relaciona con sus votantes y cómo discute internamente en la previa a las decisiones. “No es sólo cambiar por cambiar, porque no necesariamente por poner caras jóvenes estaríamos renovando”, puntualizó el dirigente del grupo orientado por Fernández Huidobro.
“Lo primero que vamos a hacer en la Alianza Progresista es revisar la casa y ponerla en orden. Todos los sectores del FA tenemos problemas políticos y al FA no lo arreglamos juntando todas nuestras miserias. Estamos en un proceso de reformulación propia para luego ver cómo contribuimos al debate general”, explicó el delegado aliancista en la Mesa Política, Julio Pérez. De todas maneras, y hecha esa aclaración, Pérez admitió que resulta “difícil” procesar un debate de reformulación del FA con su actual conducción política. “Pero ¿qué hacemos entonces? ¿Cambiamos la conducción para luego empezar a discutir? ¿En base a qué criterios la cambiamos? Es evidente que ahí tenemos una contradicción”, concluyó Pérez.