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Daniel Placeres, de Envidrio, el presidente José Mujica y Héctor Ordoqui, de Fábricas Nacionales de Cerveza, luego de la recorrida de la planta de Envidrio, en el PTI del Cerro.

Foto: Victoria Rodríguez

A pruebas de balas

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A dos años de su creación, la cooperativa Envidrio produce tres millones de envases mensualmente.

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El 8 de agosto de 2008 eran 57 los trabajadores que prendieron por primera vez el horno de Envidrio, en lo que significó una lucha ganada luego de que Cristalerías del Uruguay apagara el suyo y sus dueños dijeran que era inviable una industria con esas características. Ahora son 108 las personas que dependen directamente de esa unidad productiva, cuya planta se encuentra en el Parque Tecnológico Industrial (PTI) del Cerro, mientras que otras 400 se vinculan indirectamente.

Ayer a los festejos concurrieron delegados sindicales, empresariales y autoridades de gobierno, encabezando la comitiva el presidente José Mujica. Durante la recorrida por las instalaciones, los logros y los números del proyecto fueron aflorando al ritmo de la producción. Por mes se fabrican entre 2.800.000 y 3.000.000 de envases con una eficiencia promedio de 92%, según explicó Daniel Placeres, representante de la cooperativa. “Es un logro de los compañeros haber logrado en su gestión esos niveles competitivos de eficiencia. Aquí no hay mandos medios y los trabajadores son jefes de sí mismos”, acotó el cooperativista.

Además de Mujica, entre la lista de invitados figuraba el director nacional de Trabajo, Luis Romero, que también tiene en su historia haber participado en la recuperación de FUNSA. Completaban el cuadro el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta; el subsecretario de Industria, Edgardo Ortuño, y, entre otros, Ruben Ordoqui, director de Fábricas Nacionales de Cervezas.

La asociación con esta compañía, reconocieron todos ayer, tuvo mucho que ver con el crecimiento de Envidrio, ya que desde el inicio le compra toda la producción de envases de cerveza. El empresario valoró “la importancia que tiene la cooperación con proveedores locales, haciendo énfasis en el punto de vista técnico, dado que Envidrio ha dado cumplimiento pleno a nuestras especificidades en ese sentido”.

El binomio se ha asegurado un nuevo negocio conjunto. La cooperativa producirá 12.000.000 de envases de cerveza para la exportación de aquí a fin de año. El propio Placeres destacó que el destino será el sur de Brasil, “donde irá no sólo la botella de vidrio sino también el contenido, elaborado con cebadas uruguayas”. “La distancia nos permite ser competitivos porque nos facilita mucho la logística, a diferencia de otros destinos”, apuntó. En otro rubro, el vocero de la fábrica contó que desarrollaron un modelo de vidrio incoloro para el embotellado de un litro y cuarto de Pepsi, lo que les permitirá incrementar la producción.

En el cumpleaños no faltaron los líquidos, las alegrías ni los abrazos. Tampoco las reflexiones de Mujica, quien aclaró: “Nuestra amistad con este proyecto va mucho más atrás de nuestra circunstancia de presidente”. Y se posicionó como “militante social, que he sido en toda mi vida” para definir: “Acá estamos en un banco de pruebas para la sociedad toda y en este Uruguay en el que nos toca vivir”.

“¿Cómo conciliamos el hoy, donde tenemos que multiplicar los peces y los panes porque si no no tengo para distribuir con el hombre corriente? Y por otro lado, ¿cómo mantengo vigente la perspectiva de un mundo donde lo mío y lo tuyo no nos separe?”, se preguntó Mujica, y se respondió: “Éste es un banco de prueba, un taller de convivencia social de cosas distintas pero que conviven, luchando por multiplicar los panes y cumplir con el hoy. No cometamos el error de negarnos los unos a los otros”, exhortó. Sobre Envidrio, Mujica destacó que “un puñado de trabajadores pudo cumplir el deseo de ser autopatrones. Pero no por el hecho de tener a otros obreros que trabajen para ellos, sino para asegurarse una fuente de trabajo y manejarse con sus criterios”.

Mientras Mujica hablaba para los demás invitados, flanqueado por Placeres y Ordoqui, detrás suyo podía verse una bandera roja y negra con una clásica consigna sindical y que durante la ocupación de Cristalerías, que duró 407 días a partir de su cierre en 1999, se podía volver a leer cada vez que uno pasaba por la esquina de Rivera y Comercio: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”.

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