-Hace algunos días se refirió a la necesidad de un mayor involucramiento de los frentistas en las políticas sociales, ¿a qué apuntaba?
-Me refería a un apoyo más allá de lo discursivo, de respaldo a la gestión de gobierno. Los movimientos de usuarios de la salud, los movimientos territoriales del Mides, el Plan Juntos cuando esté aprobado o las cooperativas de vivienda, todos son lugares de militancia para promover las políticas sociales, como una forma de construir poder popular. Debe haber muchos puntos de encuentro entre los frenteamplistas del gobierno y los de la organización, y las políticas sociales son uno de ellos.
-En algunos temas, como las cajas de auxilio, muchas críticas a la reforma de la salud provenían de frenteamplistas.
-En la asociación de escribanos hay connotados frenteamplistas, que tienen una contradicción entre su interés económico y el político. Tanto en el movimiento sindical como en la organización frenteamplista, los sectores que pusieron alguna traba al Fonasa son notoriamente minoritarios, aunque su expresión pública pareció mayoritaria. Quizás no nos involucramos demasiado en demostrar los beneficios que tenía la universalización del Fonasa.
- Se le ha cuestionado el ensañamiento con algunos colectivos, como los escribanos.
-(El secretario de la Presidencia) Alberto Breccia decía, en la entrevista que tuvimos con los escribanos, que las políticas universales priorizan el colectivo respecto a lo individual, y puede haber situaciones que se comprometen. La clave está en el tratamiento igual para todos, quizás falta una comprensión del carácter proto-socialista de la reforma, y eso no se logra ver en la lógica de la casuística individual de los efectos de la reforma.
- ¿En algún momento ha sentido que la solidaridad se ha perdido como un valor de izquierda?
-No sería tan estricto, pero sí creo que cuando la solidaridad se enfrenta a la casuística individual las reacciones son disímiles, y algunas de ellas son contrarias al principio de solidaridad.
-Juan Castillo decía el domingo en El País que el gobierno de Mujica ha avanzado poco hacia el socialismo. ¿Qué opina?
-No estoy de acuerdo. En primer lugar se trata de un concepto bastante abstracto, lo concreto son las formas de gestionar la economía y la sociedad. Por ejemplo, la reforma de la salud, como decía, es protosocialista por cuatro razones: la accesibilidad de la política social sin que haya relación alguna con la capacidad económica de las personas; es el Estado el que toma las decisiones respecto al modelo de gestión; hay participación social en las políticas de dirección de las reformas sociales y la cuarta es el lineamiento del equipo económico de apoyar todo lo anterior con recursos.
- ¿Qué opina de la idea del diputado Álvaro Vega de que ASSE tenga siete directores?
-No me parece necesario. Los diseños no se pueden cambiar porque uno evalúe que hay un problema de funcionamiento con alguno de los delegados sociales. Los representantes sociales en ASSE, sobre todo el de los trabajadores, no ha tenido una integración a la visión de la reforma de la salud. Es parte de su concepción, pero no por eso vamos a cambiar el diseño. Hay que hacer el esfuerzo por mejorar. En realidad, ya tenemos una mayoría de cargos (3) designados por el Ejecutivo, lo que pasa es que la propuesta de Pepe -que apoyé fervientemente- de incluir a la oposición, generó un diseño muy particular, que obliga a los dos delegados frenteamplistas la generación de alianzas. Ha pasado, en algunos casos de gestión administrativa, que han habido diferencias con el delegado de los trabajadores, más que con el de los usuarios, pero no en las grandes líneas conceptuales, como el presupuesto de ASSE. También ha pasado que el directorio de ASSE ha aglutinado demasiadas funciones políticas y administrativas, cuando en realidad son las gerencias las que tienen que conducir. Es un tema que estamos discutiendo, cuáles son los roles del directorio y cuáles de las gerencias.
-¿Qué opina del pedido del SMU de integrar la ASSE y la Junasa?
-Hay que discutir dos cosas. La primera es si los médicos realmente están participando como tales en el diseño de la reforma y creo que la respuesta es que sí. En el MSP tenemos al viceministro (Jorge Venegas) y a cuatro directores generales del MSP (Leonel Briosso, Gilberto Ríos, Enrique Soto y Luis Gallo). Y no son médicos que fueron ajenos a la vida gremial, que estaban por allá atendiendo una policlínica y se me ocurrió llamarlos. Todos son notorios militantes del SMU en algún momento, y tienen la visión médica de la reforma. No se puede decir que ellos estén ajenos al proceso, lo otro es el lugar formal. Para nosotros, el lugar de los trabajadores (en ASSE y la Junasa) no tiene otro dueño que el PIT-CNT, que es la organización más representativa. Es un error que el SMU no esté en el PIT-CNT. Debería acercarse y el PIT-CNT debería dar señales de acercamiento. Crear dos cargos porque hay dos tipos de trabajadores sería validar la fragmentación entre trabajadores.
Olesker por dos
Ingreso al Fonasa: Hoy están cubiertas 1,6 millones de personas por el Seguro Nacional de Salud y llegaríamos a 2,8 millones de personas en julio de 2015.
Salud Rural: Tenemos casi pronto un decreto que obliga a todos los prestadores a tener puestos de salud a una distancia menor a los trece kilómetros. Es poco viable llegar a eso sólo con políticas de mercado. Es más rentable decirle a gente de Cuchilla del Perdido que haga 22 kilómetros hasta la capital departamental.
- ¿No ser médico complicó en algún momento la gestión?
-Vengo trabajando en la salud desde mucho antes, más ligado a las organizaciones sindicales. Cuando asumí había cierta incertidumbre respecto a los profesionales, y creo que las señales que hemos dado han ido bajando las tensiones. Hoy los cuestionamientos pasan por otro lado, más allá de que no sea médico.
Discusión sana
-En el debate por tributación al agro quedaron claras dos posturas distintas. ¿Cómo quedaron parados usted y Kreimerman?
-Ambos apoyamos la propuesta del presidente Mujica. La experiencia internacional muestra que este tipo de impuestos tienen que ser sobre la propiedad.
- ¿Se habían dado alineamientos tan claros en otros temas del Consejo de Ministros?
-El gobierno tiene un programa para cumplir. No es una federación de ministerios, en la que cada uno va y dice lo que le pasa, sino que los temas se discuten entre todos. Eso a los ministros no nos posiciona mal, es un Consejo de Ministros con mucha discusión política. Y el presidente conduce muy bien las discusiones.
- ¿Es difícil cuestionar al Ministerio de Economía y Finanzas?
-No creo que sea un tema de cuestionar o no. Este impuesto responde a una realidad de crecimiento del valor agropecuario y no altera el diseño del sistema tributario, ni por monto, ni por su orientación. Hubo diferencias en el instrumento. Es evidente que cada uno tiene su especificidad, se pueden cuestionar las políticas de la reforma de la salud, pero la última palabra la tiene el MSP.
- ¿Cómo evalúa el papel del PS en la administración de Mujica?
-El Partido Socialista tiene claro que éste no es un gobierno en disputa, es un gobierno del FA, del que los socialistas somos parte. En algunos temas plantea sus diferencias, como en el caso de AFE, pero con los lineamientos del programa de gobierno. Hay que tener en claro el rol de los partidos, que no necesariamente son lo mismo que sus ministros. El PS jamás votaría contra la versión final de un acuerdo.
- ¿Comparte las críticas del PS a la reforma de AFE?
-Sí, la preocupación por el pasaje del derecho privado hay que discutirla en su contexto. Para los trabajadores hay preocupación, y es importante que haya certezas.
- Existe una sensación generalizada en algunos frenteamplistas de que este gobierno no avanza, ¿a qué la atribuye?
-Los avances del primer gobierno eran contra el colapso. Ahora la gente ya se empoderó de los cambios del primer período. En materia de empleo, por ejemplo, ya no está el fantasma del desempleo y afortunadamente hablamos de mejoras salariales, y los diez mil pesistas tienen razón cuando se quejan. Esa situación le pone un manto, o una nube a los logros. Hoy tenemos un rumbo más micro que en el período anterior, porque la institucionalidad macro ya está armada, salvo en vivienda. Es nuestra responsabilidad mostrar estos cambios.
- ¿Abrir tantos frentes de discusión no complejiza la situación?
-La complejiza sí. El tema es que si no lo abrimos nosotros, los frentes se abren igual. Si vas a poner un impuesto al agro, hay gente que va a reaccionar, si metés al sistema de salud gente que tiene una posición privilegiada, también va a protestar. Es muy difícil no abrir tantos frentes cuando tenés un plan estratégico de cambios. Después está la discusión de si no se abre alguno de más. Hay en este gobierno una vocación de poner los temas a discusión popular, y en algunos casos puede ser que se vaya más allá de lo necesario. Puede ser otro elemento más de la nube, que dificulta la discusión de otros temas centrales para el gobierno. Hay temas de largo plazo que se ven poco.
-¿Por qué?
-Hay de todo, seguramente hay problemas de comunicación del propio gobierno, pero también una tarea que tenemos los militantes es lograr que se vean. El FA tiene que ser una parte importante de la difusión de los logros, tiene que ser parte de la tarea militante.
-¿Cuesta cerrar los temas?
-Puede ser... el de salud se cerró, el de vivienda se viene cerrando, y el impuesto al agro también se viene cerrando.