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Pintada frente al Palacio Legislativo. (archivo, junio de 2009)

Foto: Victoria Rodríguez

Cede terreno

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Constanza Moreira entiende que el FA está perdiendo peso en sectores que tradicionalmente son de izquierda.

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El viernes, en la casa Bertolt Brecht, una mesa redonda denominada “Participación organizada: ¿Para qué?”, analizó el actual desinterés por la militancia política en la izquierda. Para el integrante del secretariado ejecutivo del PIT-CNT, Marcelo Abdala, el gobierno está viviendo una fase de “transición”, que puede desembocar en el desplazamiento del actual bloque de poder económico, mientras que la senadora Constanza Moreira (Espacio 609) advirtió que afirmar que Tabaré Vázquez es el único candidato que puede ganar en 2013 es una forma de “hacer declinar a los representantes en función de los líderes”, lo que implica una “pérdida de la igualdad de oportunidades”.

También estaban en el panel el secretario de organización del Frente Amplio (FA), Alfredo Curbelo, el integrante de la comisión de organización del Partido Comunista del Uruguay (PCU), Carlos Yaffé y el responsable de la secretaría de asuntos gremiales de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), Pablo Blanchard.

No hay reproches

La ex ministra de Desarrollo Social, Ana Vignoli, asistió al debate organizado por las comisiones de Organización, Programa y Educación del PCU, sector al que ella pertenece.

Consultada por la diaria sobre su remoción, respondió que es una decisión que el presidente José Mujica “tenía el derecho de tomar”, aunque reconoció que la forma elegida no fue la mejor. “Fue demasiado sobre el momento, sin tener posibilidades de hablar con él antes (…) lo que más te hace sentir mal es no poder terminar lo que empezaste, fue sólo un año y medio, y parte de eso se fue en conocer el ministerio”, expresó.

En cuanto al liderazgo que se le exige al MIDES dentro del gabinete social, Vignoli recordó que mientras ella estuvo al frente del ministerio “siempre se manejó mucho si había liderazgo o no, pero eso depende de qué se defina por liderazgo, porque hay muchos tipos de líderes”. Según su opinión, el ministro designado, Daniel Olesker, es una persona “fantástica” para el cargo, ya que “tiene una experiencia vasta que viene desde su actuación sindical y en Salud Pública”.

La ex ministra aún no sabe todavía qué hará en el futuro: medita si jubilarse o volver a la intendencia, donde mantiene su cargo de funcionaria municipal.

Una idea atravesó todas las intervenciones: es difícil estimular la participación sin saber para qué.

El metalúrgico Abdala considera que la participación organizada “podría ser innecesaria e incluso contraproducente” si el proyecto que se define implica “la mera administración del capitalismo”. “Las condiciones materiales de superación del capitalismo están maduras hasta el hartazgo”, evaluó el dirigente sindical, quien entiende que “si no hay horizonte hacia donde ir, la participación no es necesaria”.

Según dijo, la actual administración del FA es un “escenario de tránsito”, en donde “o bien el bloque de poder económico logra hacerse del gobierno para instalar sus representantes o bien logramos generar la transformación necesaria y desplazamos al bloque de poder”. Para lograr este último escenario, Abdala consideró fundamental convocar la Convención Nacional Constituyente para generar la “transformación de las fuerzas sociales y políticas”.

Atracción fatal

La senadora Moreira, por su parte, centró su exposición en los problemas concretos que atraviesa el FA. Desde su perspectiva, la izquierda uruguaya ha aportado “más democracia al sistema político uruguayo y ha colaborado con su mantenimiento”, frente a una derecha que históricamente ha sido “más autoritaria, apática y menos organizada”, No obstante, la senadora consideró que ser “democráticos a ultranza” implicaría lograr un cambio en algunas formas de actuar de la izquierda, como por ejemplo, la necesidad de que todos los militantes puedan opinar de todos los temas: “¿por qué el plebiscito consultivo es válido para el aborto y no para Aratirí?”, ejemplarizó. Además, destacó que es necesario que los representantes del pueblo en el poder político sean vistos como “representantes mismos y no cómo líderes”. “Decir que con Tabaré Vázquez es con el único candidato que se puede ganar la elección por el FA es una forma de hacer declinar a los representantes en función de los líderes; y ahí hay una pérdida de la igualdad de oportunidades”, sostuvo. Para Moreira, el FA tiene un problema de militancia: “¿Qué tan atractivo es para las personas que militen en la fuerza política?” se preguntó la politóloga, y luego aseveró: “toda la construcción de militancia de la izquierda con los intelectuales, con los derechos humanos y con el feminismo, el FA la está perdiendo: no tienen vínculo y nadie los escucha”. “Imagínense a las militantes feministas con el veto al aborto de Vázquez o a los de derechos humanos con el fracaso del interpretativo de la Ley de Caducidad. Ahí hay un trabajo que no tenemos”, sostuvo.

Curbelo también se focalizó en la interna del FA: evaluó como “un poco desmesurado” que existan dentro de la fuerza política 29 sectores políticos, además de los “6 o 7 que están pidiendo ingreso”. “Cuando se discute con esta diversidad, lograr acuerdos se vuelve difícil”, expresó, antes de alertar por los problemas al momento de “mantener la identidad de los sectores, que en ocasiones nos han llevado a tener problemas con una mayoría parlamentaria en el límite”.

Desde la FEUU, Blanchard explicó que internamente existen realidades muy “disímiles”, ya que hay centros de estudiantes exitosos, que han logrado captar muchos militantes, y otros que no han logrado los mismos resultados. “Los exitosos han tenido un trabajo bien pensado para integrar nuevos estudiantes”, destacó, aunque también aclaró que “no existe ningún centro con una política de formación planificada”. Según dijo, la FEUU tiene más problemas para llegar a consensos respecto a la agenda política actual que sobre temas de la Universidad de la República. Por su parte, Yaffé dijo que su partido, el PCU, no escapa al actual “bajón en la militancia”.

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