A partir del segundo intento de subastar los siete aviones Bombardier que pertenecieron a Pluna SA, el 1º de este mes, se han sucedido episodios que causaron confusión y sospecha por su propia naturaleza, por el interés de algunos comentaristas en crear alarma y descontento, o por una mezcla de ambos factores. Los datos disponibles aún no permiten comprender con claridad todos los aspectos del proceso, pero ya es posible ordenar un poco el panorama.
- Según versiones de prensa, la empresa española Cosmo ya comunicó al Poder Ejecutivo que desiste de la compra de los Bombardier. Esa firma había sido la única habilitada a participar en la subasta mediante la presentación, avalada por el Banco República, de la garantía requerida para ello, por valor de 13,6 millones de dólares.
Su oferta, de 137 millones, le permitía disponer de los aviones como quisiera si concretaba el pago. Pero pronto surgieron dudas de que éste fuera a realizarse, porque la suma parecía desproporcionada en relación con el capital y el volumen de negocios de Cosmo, que ni siquiera abonó en el plazo debido unos 836.000 dólares que correspondían al rematador como comisión.
Según las mencionadas versiones, ahora la empresa sostiene que “el ruido mediático” le impide lograr financiamiento para pagar lo que prometió. Eso significa que no tenía los 137 millones de dólares sino que esperaba conseguirlos, o quizá que el plan era ganar una buena posición para lograr, en negociaciones con el Poder Ejecutivo, que el desembolso real resultara bastante menor.
- Después de la subasta, el empresario Juan Carlos López Mena, dueño de Buquebús, le comunicó al Poder Ejecutivo su interés formal en alquilarle los Bombardier a Cosmo para hacerse cargo de todas las líneas que manejaba Pluna, si no se le exigía pagar al Estado por ello, ni hacerse cargo de las deudas de Pluna ni tomar a la mayor parte de sus ex empleados. Muchos piensan que Cosmo no ofertó por interés propio en los Bombardier, sino como pantalla de una maniobra de López Mena. Hoy sabemos que el representante de Cosmo en la subasta, que se presentó como Antonio C Sánchez, se llama Hernán Antonio Calvo Sánchez, trabajó para Buquebús en Europa y es muy amigo del hijo de López Mena, Juan Patricio.
Buquebús amplió sus negocios de transporte al incursionar en la navegación aérea, y quiere mejorar su posición con el menor costo posible. Es un objetivo empresarial legítimo; la duda es si el procedimiento elegido incluyó algunas avivadas poco presentables.
Quizá nunca sepamos si López Mena urdió la intervención de Cosmo, ni si esa intervención tuvo en verdad el respaldo de 13,6 millones de dólares. Probablemente no habrá un tercer intento de subasta de los Bombardier, sino que algún otro interesado en utilizarlos para operar desde Uruguay comprará a Cosmo la condición de promitente comprador de los aviones, tras una negociación con el Poder Ejecutivo sobre obligaciones y beneficios para la nueva aerolínea (que quizá no termine poniendo 137 millones), y en ese marco cambiarán de titular las obligaciones asumidas por Calvo Sánchez.
Cosmo, o López Mena detrás de Cosmo, podían beneficiarse negociando con la subasta ganada. Lo que no se ve es qué podía ganar el gobierno nacional facilitando la concreción de tal maniobra, ya que cuanto menos se le pague, más obligaciones deberá afrontar por su cuenta.
La foto que registró la reunión en el restaurante Lindolfo, el miércoles 3, del ministro de Economía, Fernando Lorenzo, uno de sus asesores, López Mena, su hijo y Calvo Sánchez no prueba que durante el almuerzo o antes hayan existido acuerdos entre ellos sobre algo ilegal o inconveniente para los intereses del país. Se especula sobre la expresión de sorpresa e incomodidad en el rostro de Lorenzo, pero es interesante tener en cuenta las que indican todo lo contrario por parte de los López, padre e hijo, casi posando para que se les vea con claridad.
- Es improbable que este episodio sea utilizado en las pujas internas del Frente Amplio (FA), porque todos los grandes sectores han mantenido vínculos con López Mena, pero la oposición tiene mucho para pescar en este río revuelto.
El registro de la conferencia de prensa que ofrecieron el martes 9 los ministros Lorenzo y Enrique Pintado está disponible en el sitio www.presidencia.gub.uy y es provechoso para comprender un poco mejor el asunto, pero dura casi una hora y media y eso impedirá que sea un punto de referencia masivo. La repercusión política depende de relatos simples o simplificados y el FA tiene viento en contra, porque la cantidad de explicaciones que debe dar sobre esta compleja historia y sus detalles atenta contra las posibilidades de disipar dudas. Quizás haya sólo dos beneficios de todo esto para el gobierno: la posibilidad de aprender que no es prudente confiar en algunos empresarios “amigos”; y el hecho de que los debates sobre este escándalo sustituyen a los vinculados con la asociación a Leadgate, que ya parece parte de la prehistoria.