"Diez o cien mil"
El viernes 2 en la mañana el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, se reunirá con el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT en la sede de la central, ubicada sobre la calle Jackson. "Tuvimos algunos contactos con centrales sindicales de Argentina y de la región, nos reunimos con la Unión de Exportadores y alguna otra cámara empresarial que está complicada ahora, y venimos trabajando en un documento para trasladar nuestra preocupación al canciller", dijo Juan Castillo. Según el dirigente portuario, hay situaciones "complicadas" con algunas empresas textiles que hacen "una especie de dumping" que está "limitado" por el Mercosur, pero son las menos y "es un tema básicamente con Brasil". Con respecto a las trabas de la vecina orilla, Castillo cree que "por un problema de escala" la industria uruguaya no debería afectar al mercado argentino. "El gobierno, el sector empresarial y el movimiento sindical, cada uno con sus razones, deberíamos buscar caminos de entendimiento para cambiar esta situación. A nosotros nos preocupan los puestos de trabajo, sean diez o 100.000", afirmó.
Cuando las negociaciones con Argentina sobre las licencias no automáticas impuestas a las importaciones recién se estaban encauzando, una nueva restricción comercial del gobierno de Cristina Fernández comenzó a afectar el comercio con el vecino país. Desde el 1º de febrero se puso en marcha el registro denominado Declaración Jurada Anticipada de Importación, por el cual las empresas argentinas están obligadas a presentar un detalle de las compras que quieren hacer en el exterior, de manera que quedan incluidas en los controles destinados a limitar la compra de dólares.
La suma de esta nueva traba volvió a poner el tema en debate y renovó las críticas de los industriales exportadores al gobierno. El domingo en declaraciones al diario La República, el presidente José Mujica dijo que la situación "no es sencilla" y cuestionó a los empresarios por "la enorme ingenuidad" con que plantean el tema, pidiendo, por ejemplo, una denuncia ante la Organización Mundial de Comercio, y dijo que no se consulta a las inmobiliarias o al "mundo de los servicios", donde los resultados comerciales con Argentina son diferentes.
Mujica anunció que se trabajará "con todos los industriales" buscando medidas alternativas y paliativas. Si bien reconoció que no es partidario de las "medidas espejo", planteó que "algo hay que hacer" a pesar de que habría industrias que no tienen otra salida porque al único mercado donde venden es Argentina. Éste es "un asunto complicado que debe ser analizado renglón por renglón y rubro por rubro", finalizó.
El sector empresarial ha salido reiteradamente a hablar de su situación y a expresar su postura ante el tema, mientras que el PIT-CNT recién está relevando la situación de los trabajadores que han sido afectados o podrían serlo si el tema no se resuelve.
Las ramas de actividad protegidas por Argentina serían 11 y si bien "no tenemos un panorama global y concreto, sabemos que están complicados el sector de la vestimenta, el textil, el gráfico y una parte del automotor correspondiente a las autopartes", sostuvo Juan Castillo, coordinador del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT.
Críticas en Argentina
Las trabas comerciales impuestas por el gobierno argentino también están afectando a la industria del vecino país, ya que las medidas proteccionistas han trancado el ingreso de insumos. Miguel Ponce, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores de la Argentina, dijo en declaraciones a Radio 10 que "80% o 90% de lo que está faltando hoy en la industria se debe a Licencias No Automáticas". Según Ponce, no hay ninguna rama que no haya sido afectada por faltantes de insumos, se están pagando sobrecostos, perdiendo competitividad, y "hay pymes nacionales que están al borde de quebrar". El vocero empresarial argentino alertó que estas acciones provocan suspensiones y despidos de trabajadores.
Libros y neumáticos
En la industria gráfica está afectado en particular el rubro editorial. La imprenta Pressur, una de las más grandes del país, que funciona en la zona franca de Colonia Suiza, cuenta con unos 200 trabajadores que han venido siendo enviados al seguro de paro en forma rotativa. Si bien llegó a mandar “a la mitad de la plantilla”, actualmente hay 31 en esa situación, dijo José Coronel, dirigente del Sindicato de Artes Gráficas (SAG). Uno de los problemas particulares de esta imprenta de libros es que estaba compitiendo de manera “desleal” porque producía en zona franca y exportaba a Argentina “sin pagar impuestos”. Según Coronel, existe un acuerdo entre los sindicatos gráficos y las patronales argentinas para proteger la producción del país que importa el 80% de los libros que consume, cifra que se quiere reducir.
Otras imprentas afectadas pero que no tienen organización sindical son Impresora Sudamericana (subsidiaria de la estadounidense Volt Information Sciences), que produce guías telefónicas para varios países de Latinoamérica y habría perdido el mercado argentino, y Zonalibro Sociedad Anónima, otra exportadora de libros, con 30 empleados, que ha enviado personal a seguro de paro porque desde octubre tiene trabadas las ventas a la vecina orilla.
La industria de la vestimenta también se ha visto afectada. Actualmente las empresas más comprometidas son las textiles Belmur, con 40 trabajadores en seguro de paro, y Dincotex, que envió a unos 30. Sin embargo, en caso de que solucionen la situación, existe un potencial de 1.000 trabajadores que podrían verse afectados, indicó Flordeliz Feijo, secretaria general del Sindicato Único de la Aguja (SUA). “Se ha ido solucionando el problema en cuanto a prendas de vestir en general, pero ahora lo tenemos con sábanas, acolchados, mantas y toallas” porque son productos con escaso valor agregado, dijo Feijo, que complejizó aun más el asunto: “Nosotros apostamos a la complementación productiva en el Cono Sur y estamos ante un problema en el que los trabajadores somos rehenes. Estos productos son hechos con materia prima china y las toallas, por ejemplo, vienen en rollos, se cortan, se cose el borde y así se exportan. Muy a pesar nuestro, tenemos que reconocer que los argentinos no dejan de tener cierta razón; la idea sería que se fabricaran con telas nacionales”.
La firma Serisur, la única empresa que se dedica en el país a la recuperación y destrucción de residuos de neumáticos de camiones y camionetas, está al borde del cierre porque Argentina y Brasil no cumplen los laudos arbitrales que le dieron razón a la industria uruguaya. La empresa llegó a tener 45 trabajadores y ahora conserva sólo 15 aunque “es muy difícil continuar si no se soluciona este diferendo”, dijeron desde la dirección de la firma. Además, “estamos buscando otros mercados, pero la fábrica fue diseñada para un volumen en escala de Mercosur”, agregaron.
La industria de autopartes es otra de las afectadas en forma directa, ya que las exportaciones a Argentina representan 85% del total exportado por ese sector. Otro rubro en el que los empresarios plantearon dificultades fue en la exportación de alimentos panificados. Sin embargo, “por el momento no tenemos dificultades con las fuentes laborales ni envíos al seguro de paro”, aunque hay algunas plantas exportadoras que venden a Brasil y Estados Unidos y que “a veces cortan la producción”, dijo Marcos Di Paulo, dirigente de la Mesa Coordinadora de Sindicatos de Panificadoras.