En un documento denominado “Lineamientos programáticos 2015-2020”, el MPP sintetiza algunas de las propuestas en materia de política económica que ha venido haciendo en los últimos años. El sector se muestra partidario de “dar la discusión” respecto de la necesidad de “gravar más a las rentas del capital”, aumentar el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas de 25% a 30%, establecer un impuesto a las transferencias de fondos al exterior de 5%, “cambiar la política de exoneraciones tributarias, que hoy implican un importante sacrificio fiscal” e incrementar la presión tributaria al sector sojero. Se plantea además revisar el marco que regula las zonas francas, “ya que muchas empresas, la mayoría de servicios, trabajan bajo este régimen como forma de eludir los aportes al Estado”.
Amigos y enemigos
El documento del PCU llama a defender lo logrado por los gobiernos del FA. Pero apunta: “Vivimos momentos que se califican como de bonanza sin que amplios sectores del pueblo trabajador disfruten de sus consecuencias y sin garantía de que se mantengan las mejoras conquistadas”. Alertan sobre la “insuficiente elaboración y concreción de una perspectiva revolucionaria” y sobre la “falta de disposición del gobierno para salir de los esquemas del gran capital”. Afirman que la contradicción principal está dada entre el bloque “de poder” y el “contrahegemónico”. En el primero ubican a “los representantes directos del imperialismo, los capitalistas de bandera nacional cuyas ganancias se asocian al capital transnacional, las cámaras empresariales, los sectores reaccionarios y fascistas de las FFAA, los dueños y operadores privilegiados de los grandes medios masivos de comunicación, la cúpula de los partidos tradicionales y otros actores políticos”. En el segundo ubican al FA y al PIT-CNT junto al “movimiento estudiantil, las organizaciones de jubilados y pensionistas y el movimiento cooperativo”.
El PCU propone también gravar en forma progresiva al capital -a la concentración de la tierra y a las ganancias extraordinarias-. En el documento denominado “Bases de discusión para el XXX Congreso”, el PCU se muestra partidario de establecer una política de subsidios al alquiler, de regular sus precios y de desarrollar instrumentos para limitar la especulación inmobiliaria. “Las posibilidades de mayores avances sociales y económicos en nuestro país y de enfrentar la crisis económica mundial se obstaculizan por algunos rasgos de la política económica que pueden resumirse en el mantenimiento intocable de las reservas internacionales, la implementación de una política fiscal que no grava la riqueza del gran capital, el pago de deuda, y el sobredimensionamiento de la promoción de la inversión extranjera directa”, entiende el PCU.
Por otra parte, el MPP incorpora en su documento prácticamente todos los conceptos contenidos en el documento de la unidad programática de Economía Social y Solidaria del FA, en el que participó como referente más notorio del gobierno el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker. “Las formas de propiedad y autogestión de los trabajadores, junto a las empresas públicas, integran una propuesta sistémica de alternativa al capitalismo, que es posible desarrollar en la etapa actual. Por ello la importancia del Fondes [Fondo de Desarrollo Social] y la necesidad de promover una banca de fomento para el desarrollo de nuevas formas de producción”, indica el documento. Esta banca de fomento debería estar dirigida, a entender del MPP, a la asistencia de emprendimientos autogestionados y a proyectos de desarrollo estratégico agroindustriales y de acceso a la tierra. El MPP también propone utilizar las compras públicas como instrumento para promover la autogestión. Consultado sobre la utilidad de este instrumento durante una actividad en el Día del Comité de Base del FA, el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, manifestó el 25 de agosto que las compras públicas no le parecían el instrumento más idóneo para promover la autogestión.
Integración y alianzas sociales
En materia de inserción internacional, el MPP entiende necesario “mantener el criterio que instaló la política exterior durante el gobierno de Pepe [José Mujica]: desarrollar y fortalecer las relaciones bilaterales con Argentina y Brasil”. El PCU alerta sobre la “gravedad” de la iniciativa de formar parte de la Alianza del Pacífico. La consideran una iniciativa “promovida por Estados Unidos para recuperar espacios de hegemonía y superar la derrota del ALCA”. Proponen en cambio fortalecer el Mercosur, la Unasur, el Alba y la Celac.
En materia de seguridad, el MPP entiende que la política debe estar centrada en “el ejercicio de la autoridad, la práctica de la reciprocidad y el desarrollo de la convivencia”. En defensa, el MPP concibe a las Fuerzas Armadas como “el elemento profesional y permanente del factor militar”, que debe tener “la capacidad y la doctrina propicia para integrarse con el pueblo todo para una auténtica defensa militar de nuestro país”. Sugieren, por tanto, profundizar en el concepto artiguista del “pueblo reunido y armado”.
Tanto en el documento del MPP como en el del PCU se señala la necesidad de otorgar 6% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación. En materia de salud, el PCU propone “disminuir el precio de los tickets tendiendo a su eliminación, y acelerar los tiempos para la atención médica”. Además, defiende la continuidad de la participación directa de los trabajadores en los organismos de conducción de la salud y de la educación. No obstante, señala que se requiere una mayor organización del movimiento sindical para “la superación práctica de elementos de retroceso ideológico en sectores de trabajadores, que reflejan la penetración de valores dominantes como la falta de perspectiva, el inmediatismo,el consumismo y el individualismo”.