Sin el apoyo de la frenteamplista Constanza Moreira, la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo que dispone la inexcarcelabilidad del homicidio intencional (cuya pena mínima pasa de 20 meses de prisión a 24 meses de penitenciaría), y que este delito sea considerado muy especialmente agravado cuando sea cometido contra jueces, fiscales y policías.
El proyecto formó parte de los acuerdos multipartidarios impulsados por el presidente Tabaré Vázquez durante 2016, a propuesta del Partido Nacional. El senador nacionalista Luis Alberto Heber, de todos modos, aprovechó la oportunidad para cobrarle al oficialismo la demora en aprobar la iniciativa.
A continuación, el senador colorado Pedro Bordaberry se congratuló de que, aunque sea en forma tímida, el Frente Amplio “haya perdido el miedo a agravar penas”. También propuso un agregado al artículo en el que se considera especialmente agravado el homicidio contra jueces, fiscales y policías, para que incluya a los funcionarios de la Prefectura Nacional Naval y los de la Policía Aeronáutica. “Ambos prestan similares funciones a los policías, y en este caso no es cambiar lo que se acordó, es mejorar el texto”. El aditivo fue respaldado por el resto de la oposición, pero no fue aprobado y terminó primando el artículo original, que sí contó con el respaldo de Moreira.
A su turno, esta senadora fundamentó su rechazo al resto de los artículos y al proyecto en general, citando informes de la Cátedra de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República en los que se sostiene que las modificaciones parciales del Código Penal alteran la unidad del sistema penal y la “dosimetría” de las penas. Además, argumentó que al eliminar la excarcelabilidad del delito de homicidio intencional, se impide a los jueces prever o evaluar circunstancias atenuantes o agravantes del delito. Finalmente, y citando al grado 5 de esa cátedra, Germán Aller, dijo que “es una locura que la rapiña no sea excarcelable” en el país. “Una vez más estoy yo acá en el Parlamento protestando y luchando por las mismas cosas, por recoger lo que era una tradición de este país como la benignidad penal, que se aplica con la retroactividad de los crímenes de lesa humanidad pero brilla por su ausencia en estos”, dijo.
Bordaberry respondió que “hay muchos teólogos que no van a la realidad y, desde la comodidad de sus despachos y cargos bien pagos, no piensan en los ciudadanos que son rapiñados, matados y violados. Desde esa comodidad dicen ‘la cárcel no es solución’, y, ¿cual es la solución que proponen? ¿Volver a largar 1.200 presos a la calle? ¿Bajar las penas?”.