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No hay consenso sobre prohibición del “transfuguismo” en el Parlamento

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Para el secretario general del PC, el proyecto que establece que las bancas son de los partidos es “poco efectivo”.

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La Comisión Especial de Partidos Políticos, Financiación y Publicidad del Senado sigue estudiando la forma de prohibir que los legisladores electos por un lema conserven su banca luego de abandonar el partido por el que asumieron. El proyecto a estudio del organismo se basa en el artículo 126 de la Constitución, que permite al Parlamento agregar prohibiciones e incompatibilidades a las que actualmente rigen para los legisladores, cuya violación implica “la pérdida inmediata del cargo”. La iniciativa establece que una vez electos, los legisladores “no podrán abandonar el lema partidario por el que ingresaron al Poder Legislativo, ni adherirse, afiliarse o integrar un partido político distinto a aquel por el que fueron electos”.

Hasta el momento, el Partido Independiente (PI) es el único que ha planteado en comisión un rechazo frontal a la iniciativa. Lo hizo su máximo dirigente, el senador Pablo Mieres, y también una delegación de ese partido que asistió a comisión la semana pasada. “Tenemos una posición general de tipo filosófica contraria a la llamada representación partidaria”, sentenció Hebert Gatto, integrante de la Mesa Ejecutiva Nacional del PI, según consta en la versión taquigráfica. Opinó que los legisladores son representantes de “la nación” y no de los partidos políticos. “La Constitución tiene determinadas causales que explican por qué y cuándo el legislador puede perder su banca, y en ninguna de esas hipótesis está prevista la posibilidad de una revocabilidad por el hecho de que el legislador se aparte de un partido. Es un principio absolutamente esencial y tiene que ver con la libertad del legislador en su expresión más profunda”, afirmó Gatto. Añadió que la iniciativa puede llegar a “convertir al Parlamento en una suerte de comité de delegados partidarios”.

El senador frenteamplista José Mujica intervino en la discusión para cuestionar que se le dé una “preeminencia absoluta al individuo recortado, sin el acuerdo y el pacto colectivo”, porque de ese modo “estamos golpeando muy fuerte la idea de representación”. “Con el máximo de los respetos, si uno lleva el planteo del doctor Gatto a fondo, el legislador debería elegirse rigurosamente en forma individual, y todos nosotros sabemos cómo funcionamos; sabemos que no es así, que hay una expresión colectiva que la dan esencialmente los partidos”, sostuvo Mujica.

En su segunda intervención, Gatto dijo que lo que importa no es “la democracia sola” sino “la democracia liberal”. “Si no entendemos que la democracia es democracia porque es liberal, en la actualidad es difícil seguir con este tipo de polémica”, consideró. Insistió en que los partidos políticos “son organismos de la sociedad civil” y no del Estado. “El Estado fascista es el ejemplo más claro del partido político inserto en el Estado, es el partido del Estado”, apuntó.

Efectividad y dignidad

El Partido Colorado no tiene una posición definida sobre el tema. Su secretario general, Adrián Peña, opinó en comisión que la “fuga de bancas” puede “afectar en algún punto la representación proporcional”, pero evaluó que la redacción del proyecto de ley es “discutible”. Hizo notar que la iniciativa no establece claramente de qué forma se procedería a quitarle la banca a un legislador que pase de un partido al otro a mitad del período. El proyecto remite para eso al artículo 115 de la Constitución; este dispone que cada cámara podrá “corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el desempeño de sus funciones, y hasta suspenderlo en el ejercicio de las mismas”, por dos tercios de votos de sus componentes. “Por igual número de votos podrá removerlo por imposibilidad física o incapacidad mental superviniente a su incorporación, o por actos de conducta que le hicieren indigno de su cargo, después de su proclamación”, añade la Constitución. Peña consideró que la propia ley tendría que establecer las características por las que se denunciaría al legislador. “Aquí se remite al artículo 115 y a otros procedimientos establecidos en la Constitución, pero son totalmente diferentes a esta circunstancia”, advirtió.

Peña se preguntó también qué sucede cuando un legislador no cambia de partido pero vota en sentido contrario a su fuerza política. “Desde el punto de vista práctico, cualquier legislador puede votar durante todo el ejercicio contrario a su fuerza política y no por eso va a perder su banca”, señaló, y consideró por tanto que la iniciativa sería “poco efectiva” y “no tendría efectos prácticos”.

En cambio, el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, defendió la iniciativa en su comparecencia a la comisión. Sostuvo que actualmente hay un proceso de “notorio debilitamiento de los partidos políticos, y en consecuencia de las institucionalidades democráticas”, y que es necesario fortalecerlos. “Concebir que quienes son titulares del poder representativo lo son a título personal y no en función de su lema deteriora enormemente los partidos políticos y termina vulnerando seriamente a la democracia”, remarcó.

El senador nacionalista Luis Alberto Heber había expresado a principios de junio en comisión que “hay un grado de indignidad” en una persona que se afilió a un partido político, fue electo por él y después “le saca la posibilidad de que pueda gobernar, cuando ganó las elecciones”.

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