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Álvaro Delgado.

Foto: Mariana Greif

Álvaro Delgado: “Preferimos sacar 30% y ganar, en lugar de sacar 35% y perder”

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El senador blanco confía en la capacidad de Lacalle Pou de negociar una coalición de gobierno “amplia y sin exclusiones”, que garantice una “mayoría operativa” en el Parlamento.

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Es una de las personas más cercanas a Luis Lacalle Pou y más identificadas con su proyecto político. El senador Álvaro Delgado está seguro de que esta vez sí llegó la hora de conformar una coalición de gobierno opositora, porque en Uruguay se configuró un “ecosistema de cambio”. En esa hipótesis, Delgado dijo que Tabaré Vázquez es garantía de una transición “institucional y republicana”. Además, aclaró que las auditorías que tienen previsto implementar no serán una “caza de brujas” y adelantó que la ley de urgencia incluiría temas como la legítima defensa policial y la no obligatoriedad de la ley de inclusión financiera.

¿Cómo has visto la campaña del Frente Amplio (FA)?

El FA no tiene una sola campaña, tiene varias. Creo que Martínez es un candidato aislado, y eso coincide con que este FA es el más radicalizado de los últimos 15 años, por el peso que tienen el ala ortodoxa del Partido Socialista, el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Partido Comunista. En esta elección no hay contrapesos. Este FA no ha logrado generar acuerdos y tender diálogos con ningún otro partido, tal es así que el resto de los partidos de la oposición hablan de votar un cambio. Eso se trasladó a la campaña electoral. También creo que pesó cómo cada partido solucionó sus procesos internos; muchos apostaban a una posinterna complicada del Partido Nacional [PN] y eso no pasó, porque la fórmula se resolvió rápido y bien. Luis la misma noche de su triunfo les empezó a hablar al resto de los partidos de la oposición. El FA, objetivamente, tuvo grandes problemas con la elección de su candidata a vice. Y hoy no veo a Martínez con todo el FA atrás; veo al MPP haciendo su campaña basada en [José] Mujica, a [Óscar] Andrade y a [Carolina] Cosse haciendo otra campaña. Algunos ni siquiera nombran al candidato a presidente, es un síntoma de que tenés un candidato que no tracciona y que no enamora. Esa falta de rumbo incide en el tono de la campaña, se nota el nerviosismo y genera un clima propicio para las rispideces.

¿Qué temas priorizarían en una ley de urgencia?

Van a entrar temas muy diferentes, como la legítima defensa policial y la no obligatoriedad de la ley de inclusión financiera. Ahí tenés temas sin conexión entre sí que van a estar.

¿Qué plazos manejan?

Los plazos son acotados y similares a los que tiene la ley de presupuesto. Pensamos negociarla y acordarla con los partidos que van a integrar la coalición de gobierno; es uno de los temas que vamos a poner arriba de la mesa para formar esa coalición. Hay que prepararla previamente, antes de asumir el gobierno, para que idealmente ingrese al Parlamento los primeros 15 días de marzo.

¿Podría incluir aspectos de la negociación colectiva?

Creo que fuimos claros en dos cosas. Primero, hay aspectos de las exigencias de la Organización Internacional del Trabajo que compartimos. El gobierno tiene plazo hasta el 1° de noviembre para cumplir, hay que ver qué hace. Segundo, somos partidarios de generar ámbitos de diálogo. No es decir “esta es mi ley de urgencia y de aquí no me muevo”. Me quejé mucho por actitudes soberbias del FA producto de contar con mayorías, y ahora vamos a un escenario en el que nadie tendrá mayoría. Vamos a una coalición histórica de cinco partidos, algo que seguramente revitalizará la negociación política y nos va a dar mayor calidad democrática y legislativa. Hace unos días Luis planteó que si nos toca ganar, el 25 de noviembre a uno de los primeros actores que va a llamar es al PIT-CNT. Está claro que para una ley de este tipo, por más que contemos con una mayoría operativa, es necesario habilitar canales de diálogo, que siempre enriquecen. Pero está claro que en la ley de negociación colectiva incluiríamos una norma que no habilite las ocupaciones en los lugares de trabajo privados, y eso podría estar en una ley de urgencia. Partimos de la base que negociación colectiva sí, que los Consejos de Salarios también, que vamos a crear un Consejo Técnico Superior Tripartito, asociado al Consejo Superior Tripartito, para manejar indicadores y aspectos técnicos. Por ejemplo, si vamos a medir la productividad tenemos que ir midiendo indicadores que tienen que salir por acuerdo, que es lo más difícil.

En la eventualidad de que el FA pase a ser oposición, ¿lo convocarían para negociar esa ley de urgencia?

Es una pregunta para después. Luis ha sido claro en que aspira a incorporar a la oposición al contralor del gobierno, en los entes autónomos. Seguramente la primera negociación [de la ley de urgencia] será con los partidos que integren la coalición. Queremos que esta coalición notoriamente tenga un correlato a nivel del Poder Ejecutivo, con ministros que tengan peso político en el Consejo de Ministros, y que van a estar en consulta permanente.

En las negociaciones de noviembre, en caso de que se confirmen los datos de las encuestas, ¿cómo tienen previsto articular a todo el arco opositor?

Hay que ver el resultado electoral. Suponiendo que el PN lidere la oposición, la coalición no sería una coalición de candidatos sino de partidos políticos. Ese no es un dato menor, porque más allá de las opiniones de los candidatos, los acuerdos en materia programática los firman los partidos políticos. Esto implicará reuniones con cada uno de ellos, seguramente en base a documentos. Es lo que me imagino, porque tampoco es algo que esté hablado.

En el caso de Manini Ríos da la impresión de que partido y candidato serían la misma cosa. ¿Hay alguna preocupación particular al respecto, que según las encuestas sería lo novedoso de esta elección?

A mí lo que me preocupa es que haya una mayoría operativa y que lo que acordemos en materia de líneas programáticas, ya sea para incluir en una ley de urgencia o en la ley de presupuesto, tenga garantizado los votos en el Parlamento. Mayoría operativa en el Parlamento, un correlato en el Poder Ejecutivo, y después una ancha espalda política. Estamos apuntando a un llamado sin exclusiones.

¿Qué puntos programáticos en común tienen el PN y Cabildo Abierto (CA)?

Uno que me acuerdo rápido es la no inclusión financiera. También el tema de la regla fiscal, que es algo que ha estado en todos lados. O la legítima defensa de la Policía, ellos han hablado de eso también.

Ernesto Talvi había planteado que lo separaba un océano de Manini, y el Partido Independiente (PI) ha dicho que no integraría una coalición con CA. ¿Estas cuestiones no complican el armado de esta coalición?

Creo que no, porque es tan importante lo que está en juego que la gente nos va a empujar a limar todos los matices y a priorizar lo importante: armar una coalición de gobierno operativa, que solucione los grandes temas. Nos estamos jugando 20 años para adelante, esta es una elección histórica por muchas razones. Yo creo que, más allá de algunas declaraciones que son producto de la campaña electoral, los votantes de estos partidos van a terminar empujando a todos los candidatos hacia un mismo lado.

Si con el Partido Colorado y CA llegan a las mayorías, ¿invitaría igual al Partido de la Gente y el PI a la coalición?

Tiene que ser lo más amplia posible.

¿Es posible que Lacalle Pou articule un mismo discurso para CA y el PI? Uno piensa, por ejemplo, en Guillermo Domenech y Conrado Ramos, y la distancia es enorme.

Una cosa son las declaraciones y otra las acciones. Luis va a tener un lineamiento base sobre por dónde va a ir el gobierno. Cada partido planteará luego sus propuestas. Yo le tengo fe a Luis, que ha generado y cultivado la relación con todos los partidos y candidatos. La coalición es con los partidos, en acuerdos, líneas de trabajo y medidas, que algunas son legislativas y otras son administrativas. Cinco partidos no implica alinear cinco identidades ideológicas. Es más, seguramente lo que tenemos que hacer es cambiar ideología por pragmatismo. Lo que vamos a acordar son ideas y lineamientos de gobierno, y cada uno va a tener su perfil ideológico.

¿Puede haber un gabinete de tres o cuatro partidos?

Esperamos que la coalición tenga su correlato en el Ejecutivo, obviamente condicionado por lo que pase el 27 y cómo se componga el nuevo Parlamento. Ahí ponderás qué apoyo popular y cuántas bancas tiene cada partido que integra la coalición.

¿Esos números van a fijar el marco de la negociación?

La democracia funciona así. Se necesita una coalición de gobierno y una mayoría operativa, en el Senado y en Diputados.

¿Y cuáles son los ministerios negociables?

Si vamos a negociar, definir cuáles son los ministerios negociables no sería una buena forma de empezar bien. Luis ha definido tres como prioridades para el PN: Azucena Arbeleche en Economía, Pablo Bartol en Desarrollo Social y Pablo da Silveira en Educación y Cultura. Y después dijo: “Y punto. A partir de ahora, si voy a una negociación, voy a ir justamente a una negociación”.

¿Y los ministros de la oposición los van a nombrar los partidos de la oposición? ¿Qué tanto va a incidir Lacalle Pou?

Va a ser parte de la negociación. Propondrán nombres, pero la palabra final siempre va a ser del presidente.

Leal ha dicho que Manini Ríos podría ser el ministro del Interior de Lacalle Pou. ¿Lo descartás? (Nota: un día después de esta entrevista, esto fue descartado por el propio candidato blanco).

Gustavo Leal está fuera de control. Le agarró un vedetismo importante producto de que sale mucho en la prensa y que además lo nombraron como posible ministro, pero el tema no se arregla con el ministro, se arregla cambiando de gobierno. Entonces, lo que diga Leal de quién puede ser ministro del Interior en el gobierno de Lacalle Pou me tiene, con mucho respeto, sin cuidado. No lo tomo en cuenta. Lo segundo: empezar a hablar de los ministros de Lacalle Pou va en el mismo sentido que el contenido de la ley de urgencia. Partimos de una premisa que me parece muy sana y es real: hay alternancia de poder y cambio.

¿Y no hay conversaciones? Es un ministerio clave...

No hay nada. Él va a negociar una serie de propuestas y dentro de eso algún ministerio, con su correlato en el Parlamento. La ponderación de la integración del Poder Ejecutivo va a estar condicionada por la integración de la bancada parlamentaria, así que es imposible avanzar en eso. No va a ser un gobierno del PN, sino un gobierno encabezado por el PN en una coalición de gobierno.

Foto: Mariana Greif.

¿Es probable que anuncien nombres en noviembre, antes del balotaje?

Luis creo que obviamente va a empezar los procesos enseguida después de la elección de octubre. Es normal que lo haga. Ya lo viene cultivando, ya viene hablando de la coalición de gobierno. Seguramente haya algunos ámbitos, pero aún no está previsto un cronograma. Los nombres son consecuencia de lo otro. Primero vamos a ir a un acuerdo de hacia dónde vamos y de las propuestas que queremos, y después veremos los énfasis.

¿Los cuestionamientos a Arbeleche ponen en cuestión que sea ministra de Economía?

No sólo la respaldo, sino que coincido con lo que dijo. Creo que fue muy malinterpretada. Ella dijo que Uruguay debe mantener, más allá de algunos problemas fiscales que tiene, el grado inversor. Es notorio que nosotros creemos que cuanto mejor, mejor; no que cuanto peor, mejor. Lamentablemente está planificado que haya 2,5% de déficit fiscal este año, y vamos a terminar en 5%. Son 3.000 millones de dólares que estamos financiando con emisiones y deuda, con un nivel de desempleo de nueve puntos y algo, que son 170.000 uruguayos sin laburo; hay otro tanto de subempleo, más récord de empresas de concordato y de seguro de desempleo, y entre 190.000 y 200.000 uruguayos en asentamientos. El país que encontramos es un país complicado, que no aprovechó la situación de bonanza, y obviamente el umbral de tolerancia de la gente cambió, porque está pasando peor y sufre del bolsillo. Hay cosas que quizás antes las dejaban pasar, por eso creo que hay un ecosistema de cambio en Uruguay, y muchos que votaron al FA sienten que están engañados, desencantados o descreídos. Comparto lo que dijo porque fue malinterpretada. Ella habló de que para nosotros es necesario que se mantenga el grado inversor en Uruguay. Nosotros vamos a hacer lo imposible, porque es clave para estar en el mundo, para las decisiones de las empresas que puedan llegar a invertir. Uruguay tiene un nivel de inversión muy bajo, de los más bajos de los últimos tiempos.

¿A cuánto creen que se puede reducir el déficit al final del gobierno?

En el programa no hablamos de puntos para no quedar entrampados. Está claro que con este déficit no podemos seguir. Tenemos que hacer una reducción gradual, ir generando dos cosas: bajar el déficit y reactivar la economía a través de la inversión, y eso tiene un correlato en el empleo. Descartamos un mecanismo que el FA no descartó: la suba de impuestos. Vamos por el otro lado: la calidad del gasto y el ahorro, por eso hablamos de los 900 millones de dólares. Es un proceso gradual, pero sostenido. Lo segundo en que nos pusimos objetivos es en la baja de las tarifas de combustible.

¿Talvi podría aportar a la política económica en un gobierno presidido por Lacalle Pou?

Talvi es un economista de primer nivel y los aportes que pueda hacer van a ser bienvenidos. La ministra de Economía va a ser Arbeleche, pero si dijera más estaría contestando quiénes van a ser los ministros. Vamos a empezar a ponernos de acuerdo en hacia dónde vamos y en las propuestas que tenemos. Las coincidencias que tenemos en los programas de gobierno hay que plasmarlas en los proyectos de ley, y después les ponemos nombres a los ministros.

Tu sector tiene a varios ex frenteamplistas, como Gonzalo Mujica o Graciela Bianchi, ¿creés que ha sido la puerta de ingreso de esos “desencantados” del FA que mencionabas?

Nosotros le pusimos el eslogan: “404, la puerta de entrada al cambio y una puerta al futuro para todos”. Creo que sí. Hay un nicho de gente –como Gonzalo Mujica, que hacía 50 años que militaba en la izquierda– que habiendo votado al FA hoy está descreída. Es notorio que hay muchas personas enojadas. Primero se enojan con el partido porque no cumplió las expectativas –ni país de primera, ni gobierno honrado, ni la baja de 30% de las rapiñas ni que no iba a haber más impuestos–, y después se enojan con el sistema. Con esa gente el desafío que tenemos es que vuelvan a creer. Nosotros, a diferencia de algunos actores del gobierno que manejan mucha soberbia, con humildad tenemos que ser merecedores de esa confianza. Yo a esa gente no le voy a pedir que se haga blanca, le voy a pedir simplemente que nos preste la confianza, porque está buena la alternancia de poder. Creo que mucha gente se siente identificada con Gonzalo Mujica; una parte de los desencantados que dijeron “vamos a darle una oportunidad”.

Tu lista entonces no es sólo una lista blanca.

Es una lista inclusiva e incluyente, pero es una lista del PN. Obviamente, hay gente que hoy es militante del PN, pero que viene de orígenes diferentes. Ese es el concepto: algunos vienen del Herrerismo, otros del Wilsonismo, otros del FA, y hay mucha gente apolítica.

¿Y qué otra cosa diferencia a la 404 de la lista 40 o del Herrerismo?

Con varios compañeros fundamos Aire Fresco en 2009, fue la primera elección a la que nos presentamos. Sacamos tres diputados: dos por Canelones (Luis Lacalle Pou y Amín Niffouri) y yo por Montevideo. Ahí empezamos a recorrer todo el país con la idea de una lista al Senado. Fuimos creciendo y terminamos en 2013 con ocho diputados y algunos intendentes. Íbamos con la idea de que Luis tenía que encabezar una lista al Senado y volvíamos con la idea de la gente de que Luis tenía que ser candidato a presidente. Pasó y después pasó lo que pasó: entraron otros sectores, se formó el sector Todos, se abrió la cancha y se apoyó al precandidato, y esa vez hubo lista única al Senado. La 404 fue el espacio más votado. Ahora, en este escenario de mayor competencia, en el que el PN por primera vez abre varias listas al Senado, Aire Fresco fue el sector más votado en las internas; sacó la mitad de los votos de Luis. La 404 fue la más votada del PN y de la elección. Yo no hablo de listas oficiales, sino de listas naturales. La 404, además de ser una lista muy diversa, con gente que viene de todos lados, es inclusiva e incluyente, y obviamente es la forma natural de votar a Luis. Creo que esa es la forma más fácil de explicarlo. A Luis votalo con su lista, su gente y su equipo.

¿Van a darle cabida a la propuesta de Juan Sartori sobre MedicFarma? ¿Lo han hablado?

No está en el programa. No lo hemos conversado y no lo ha planteado tampoco.

¿Cómo es la relación ahora con Sartori?

Correcta.

¿Tienen la misma confianza que con Jorge Larrañaga?

Con Larrañaga tenemos más historia. Idas y vueltas, pero más historia. Con Sartori ahora compartimos estrados, chistes, bromas, y ojalá que además traiga votos.

El FA ha insistido en comparar las propuestas de Lacalle Pou con las de Mauricio Macri. ¿En qué se diferencian?

No me identifico ni con Macri ni con el kirchnerismo. Argentina tiene un sistema muy distinto al nuestro: elecciones de cuatro años y de medio tiempo, por lo que están siempre en campaña electoral. Pero hay medidas de Macri que se parecen mucho a medidas que tomó el FA. Es más: Tabaré Vázquez y Macri tienen una buena relación y hablaron de que era un gobierno casi progresista.

Pero se celebró un poco más el triunfo de Macri en el PN.

No nosotros.

Jaime Durán Barba estaba en la casa de Verónica Alonso.

Pero no nosotros; quizás donde tú mencionas y punto, con ninguno más. Me parece que es bueno circunscribirse a eso. Ni yo ni Luis estuvimos en la sede de Macri ni nos reunimos con Macri ni su equipo. Ninguno de los que estamos en el entorno más cercano a Luis lo hicimos. Y, obviamente, si gana Macri o Alberto Fernández la idea es tener la mejor relación posible, sin prejuicios ni preconceptos ideológicos. Luis va a generar el espacio de relación con quien gane en Argentina.

¿Y las auditorías que prometen no es algo similar a lo que hizo Macri en el arranque de su gestión?

Macri no hizo auditorías. Esa es la diferencia. Nuestras auditorías no están pensadas para ser una caza de brujas. Si encontramos un hecho con apariencia delictiva o ilicitud, va a la Justicia y lo resolverá la Justicia. Pero la idea de las auditorías es saber con qué te encontrás. Después de 15 años fuera del gobierno y de que del otro lado hubo mayoría propia, tiendo a pensar que, salvo algunos números, algunos escenarios pueden ser peores de los que hoy se proyectan. Entonces la auditoría tiene mucho de saber cuál es el punto cero. No es una caza de brujas. Obviamente en esto va a influir mucho cómo va a ser el nivel de la transición. Si la transición es fluida y la información también no vas a necesitar una auditoría tan profunda para conocer una cantidad de datos que posiblemente sean fluidos. Creo que Vázquez va a tener una actitud muy institucional de hacer una transición muy republicana. Apuesto y estoy convencido de eso, por más que al FA le cueste dejar el poder luego de 15 años.

¿Pensás que en las administraciones del FA hubo tantos casos de corrupción como los que se denunciaron del kirchnerismo?

En Argentina se judicializó la política. De la misma manera que no voy a permitir que nos digan que nosotros somos Macri, tampoco podemos cometer el atropello de decir que el FA es como el kirchnerismo. Es Uruguay. Eso no obsta que si en las auditorías encontramos hechos de corrupción los pasaremos para la Justicia.

Han hablado del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y de la Administración de los Servicios de Salud del Estado. ¿Qué otros lugares están en la mira para las auditorías?

Queremos hacer la auditoría en general. En algunos tenemos menos datos, porque no estamos en los directorios, como ocurre con el Poder Ejecutivo, pero va a depender del nivel de la transición. En el Mides hay un agregado: se quiso hacer una investigación en una comisión investigadora y no se dejó.

Hace un mes dijiste que veías al FA desmovilizado y procesando una derrota, ¿lo seguís viendo igual?

Veo a un candidato del FA muy aislado y a cada sector del FA jugando su propia estrategia de conseguir una cuota en una porción de la bancada parlamentaria del FA. Están haciendo una elección más para la interna. Es un candidato al que le han soltado la mano. La contracara es la candidatura de Luis, con un estrado con todos los dirigentes, con aquellos que uno podía suponer que no iban a estar. Están todos. Los líderes departamentales y nacionales, todos respaldando al PN.

Sin embargo, en las encuestas los blancos también están por debajo de los números de hace cinco años. ¿Cómo lo interpretás?

No te olvides, para hacer todo el análisis, de que no había estos partidos de la oposición que hay hoy. El PN puede estar quizás tres puntos menos que lo que terminó la elección anterior (y el FA, diez menos), pero hay partidos nuevos que no estaban en la elección pasada. Y están del lado de los que quieren cambiar, no de los que quieren continuar con el FA.

¿Cuál sería el número mágico para que te quedes conforme el 27 de octubre?

Nosotros tenemos un lema: preferimos sacar 30% y ganar, en lugar de sacar 35% y perder.

¿Pero si están tan débiles no un escenario más difícil para componer la mayoría?

Peor sería tener un PN hegemónico en la oposición pero sin socios. Prefiero que la suma de la oposición asegure que haya un cambio en el gobierno antes que un PN hegemónico, pero en la oposición. Para el FA va a ser muy dificultoso sacar votos por fuera de los que saque ahora.

Si gana Martínez sin mayoría, ¿le garantizarían la gobernabilidad?

Nunca vamos a hacer nada que atente contra la posibilidad de que el gobierno gobierne, pero no creo que ese escenario se dé, porque la gente va a notar que hay un ambiente de cambio, y además porque hay sintonía entre los partidos. Si la gente ve que de este lado hay mayoría operativa para gobernar, creo que va a ser un retroalimentador negativo para la intención de Martínez y del FA. Después habrá que ver ley a ley, pero es un escenario que no está planteado. Es una pregunta muy de laboratorio hoy.

¿Cuánto debería prolongarse la negociación entre los partidos de la oposición después de la primera vuelta?

Creo que Luis va a hacer una negociación bastante rápida, al menos en los grandes lineamientos. Rápidamente, antes del balotaje tenemos que ofrecerle a la gente una fórmula que lidera un proceso de coalición y partidos políticos que la apoyan. Cuanto menos se dilate eso, cuanto más rápido sea mejor.

¿Esto significa que ya existen diálogos?

Hay vínculos, y Luis generó con cada uno de los actores un vínculo personal, además de político.

Julio María Sanguinetti ha insistido mucho con este tema, ¿pensás que va a seguir jugando un rol?

Insisto: las coaliciones no son con los candidatos, sino con los partidos.

Pero Sanguinetti va a ser secretario general del PC.

No sé cuándo va a ser eso. No sé si será en octubre o en noviembre. En esa interna no me quiero meter. Hubo un gesto de Sanguinetti con Luis de ir a su charla en la Asociación de Dirigentes de Marketing, que Luis lo destacó. Me parece que en toda la oposición está madurando el pensamiento de que esto es histórico y no podemos andar gambeteando. No podemos eludir la responsabilidad ni andar jugando a las escondidas. En este proceso tenemos que ser rápidos y claros. Queremos un cambio, que es por acá, y cuanto más rápido y claro, mejor.

¿Para ustedes es más sencillo hablar con Sanguinetti que con Talvi?

Vamos a ir a hablar con el PC y posiblemente la primera negociación sea con Talvi, pero no lo sé. Luis va a empezar con los candidatos y después hablará con todos. Me imagino que los procesos de coalición pasarán por los partidos que vendrán con alguna propuesta o documento vinculado a lo programático. Eso se llevará a los candidatos y a los presidentes de los partidos. Viene por ahí, pero estamos haciendo futurología. Me imagino escenarios. Conceptualmente, cuanto más claro y más rápido, mejor. Que la gente sepa si cada partido está o no para el cambio y qué es lo que propone para colaborar o mejorar.

El dato de cuánto saquen el PC y CA es importante para ustedes.

Sí, y también cuánto saque Mieres y si integra o no el Parlamento, si entra Novick, cuántos seremos en la bancada del PN.

¿Vas a ser un actor del diálogo con el resto de la oposición?

Voy a colaborar, sin duda. Obviamente el que la va a llevar adelante va a ser Luis, como presidente electo, y Beatriz va a tener un rol, como vicepresidente electa, desde el Parlamento. Mi vínculo con los demás partidos políticos es notorio, así como la buena relación que tengo con los empresarios, sindicalistas y partidos políticos. En estos cuatro años como coordinador del PN la he venido solventado y voy a colaborar, sin duda.

¿Y te gustaría más estar en el Ejecutivo o en el Parlamento?

Te tendría que contestar con una frase de Churchill: la gente está más preocupada por ser importante que por ser útil, y a mí me gustaría ser útil. Si desde 2009 estamos creando este proyecto y esto termina cristalizándose, voy a colaborar con Luis desde donde él disponga.

¿Compartís el diagnóstico de Talvi sobre el ingreso de los funcionarios públicos? ¿Hay coincidencias allí?

El programa de gobierno habla de la no reposición de entre 17% y 21% de las vacantes en servicios no esenciales. Vamos a ir por ahí. Creo que hay un sobredimensionamiento del Estado en muchos aspectos, quizás está mal repartido. En algunas partes puede que se necesite más Estado o más eficiencia, y en otros menos Estado. No soy ningún ortodoxo en ese sentido, ni estatista ni muy liberal, soy muy pragmático. Después de la auditoría podré decirte en qué lugares se puede aplicar la no reposición de vacantes. No hay que olvidar que el FA en estos tres gobiernos, además de los 70.000 empleados públicos adicionales que hay, repuso todas las vacantes.

El antecedente de las intendencias blancas va por otro lado...

Cuando decimos que vamos camino a la austeridad es integral. No estamos hablando solamente de gobiernos centrales, y sé que hay un tema de autonomía, pero son procesos que obviamente se hablarán con las intendencias, a través de la OPP y otros organismos. Vamos a trabajar mucho con las intendencias, en todos los temas de descentralización.

Preguntas comunes

¿Cómo ves el tono de la campaña en estas últimas semanas?

Tengo la impresión de que en estos últimos tiempos se levantó el tono. Pero no parece, de todas formas, que haya habido discursos agresivos. El Uruguay en general, más allá de algún video apócrifo, no se toleran ciertas cosas. También es cierto que estamos en los diez días finales, y es normal que la campaña se vaya polarizando.

Si tu partido gana las elecciones del 24 de noviembre, ¿cómo te imaginás los primeros tres meses de gobierno?

Los grandes debes del gobierno están en seguridad y empleo, es lo que indican todos los estudios de opinión pública de un año a esta parte. En seguridad hay que dar rápido una señal de respaldo, político y jurídico, a la Policía. Luis ha dicho que en la primera semana de gobierno quiere reunirse con los 19 jefes de Policía, el ministro y el subsecretario del Interior para marcar metas y dar una señal de que se acabó la impunidad. Y otro punto clave es la ley de urgencia, que consideramos fundamental para tomar de nuevo el timón del gobierno, buscando un rumbo y encontrando soluciones.

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