”Con respecto al homicidio, no tengo ningún elemento contra el señor ni contra ningún otro ciudadano”, declaraba el viernes 22 de febrero, en rueda de prensa, la fiscal Mirta Morales, a cargo de la investigación para determinar quién mató al grafitero Felipe Cabral en el barrio Punta Gorda. En aquella oportunidad, la magistrada imputó por tráfico de armas interno al hombre de 77 años que estaba detenido y que vivía en la casa lindera a donde murió el joven. Tras una solicitud de allanamiento, en su domicilio se habían encontrado varias armas: un rifle, tres escopetas, otras armas y municiones, pero no el arma homicida.
Los primeros días de marzo se hizo una reconstrucción del crimen en la zona donde se cometió el crimen, en rambla República de México y Belastiquí. Según pudo saber la diaria, las pericias de la Policía Científica aportaron indicios importantes para la investigación, entre ellos que el proyectil que asesinó a Cabral se disparó efectivamente desde la casa vecina. La fiscal Morales ya está al tanto de estas conclusiones y continúa con las investigaciones para terminar de determinar las responsabilidades penales.