El acto estaba convocado para las 19.00, pero pasados 20 minutos seguía entrando gente ayer al Palacio Peñarol para presenciar el lanzamiento oficial de la campaña del precandidato del Partido Nacional (PN) Juan Sartori (Todos por el Pueblo).
En los minutos previos, un locutor, que no salió al escenario, fue arengando a la gente para que siguieran a Sartori en las redes sociales. Llamó a que desplegaran las pancartas para que las cámaras, que transmitían el acto en vivo, pudieran captar de dónde venían. Se podía ver que había gente de diversas localidades del país. En todas las puertas de acceso había jóvenes con remeras blancas que iban recibiendo a los participantes. “La gente se pelea por los gorros”, dijo una muchacha al ver cómo varias personas intentaban hacerse con algo del abundante merchandising que regalaban. En el acto de presentación, el 11 de diciembre de 2018 en el teatro Metro, también hubo reparto de gorros y boinas, pero ayer, con la contienda electoral a la vuelta de la esquina, el ansia por conseguir algunos de los distintivos pereció mayor. Esas banderas caseras o las que se nota que tienen varias elecciones faltaron, en su lugar se vieron pancartas con fotos impresas y hasta un cartel de cartulina y letras adornadas con brillantina. Como para dejar en claro a quién escucharían hablar, el locutor leyó una breve biografía de Sartori, destacando que vivió en Uruguay hasta los 12 y que es el “director” del club inglés Sunderland; “No nació rico, ni heredó nada, con su trabajo y capacidad para generar confianza hizo su fortuna”, dijo.
A las ocho de la noche bajaron las luces y se prendieron unos focos que parecían más de un concierto que de un acto político, en pantalla gigante se transmitió un video con imágenes de la recorrida de Sartori por el país y al final, con un giro casi cinematográfico, se simuló cómo se preparaba en los vestuarios y caminaba hacia el escenario. Entre los gritos de la gente, una batucada y una cuerda de tambores, el empresario devenido en político se presentó.
Lo más destacado de su discurso fueron las propuestas concretas, que venía prometiendo desde la presentación de su precandidatura. “Mi propuesta es precisa, vamos a crear 100.000 nuevos puestos de trabajo [...], para alcanzar la meta vamos a derrumbar las tres barreras que impiden reactivar el ánimo emprendedor y no dejan que vengan las inversiones: impuestos asfixiantes, ineficacias burocráticas y rigideces excesivas”.
Sartori también prometió bajar el costo de los combustibles; se preguntó “cuál es la razón por la que somos el séptimo país del mundo con la nafta más cara”.
Una tercera propuesta concreta fue la eliminación el IASS (Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social). “Vamos a eliminar las cargas impositivas a las jubilaciones. Esa exigencia contributiva es una vergüenza nacional [...] Un gobierno del PN encabezado por nosotros no va a descansar hasta liberar a nuestros jubilados de esa carga indebida e injusta, hace tiempo se les debe eso”, afirmó.
Si bien no hizo una mención clara a la interna de su partido, sí criticó al gobierno del Frente Amplio (FA), del que dijo que “agotó hace mucho tiempo su programa y no ha sido capaz de renovar su oferta política”. Aseguró que hará una “política de altura” y que no participará en campañas “negativas”, incluso ni con “los que por allí acumulan acusaciones” y causas en su contra.
Sobre el final del acto una de las personas que ayudaban con la organización se acercó a los periodistas e informó que no habría declaraciones. Alem García, el padrino político de Sartori, fue quien aclaró a la diaria algunas de las propuestas. Aseguró que la idea es que el precio del combustible deje de ser una “herramienta recaudadora”: con un gobierno de Sartori “no se aplicaría más este instrumento diabólico que está asfixiando a toda la economía nacional. ANCAP es una empresa eficiente, si al precio de los combustibles le sacamos los impuestos, que son el 50%, quedamos con los precios más bajos de la región”, concluyó.