“La redistribución del ingreso en América Latina: un enfoque de microsimulación” es un trabajo realizado por investigadores de la región, en el que participaron Joana Urraburu y Rebeca Riella, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), que compara los sistemas tributarios en seis países latinoamericanos –Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela– a través de la microsimulación. Aprovechando las ventajas de estos modelos para evaluar el impacto de la política fiscal en términos de justicia distributiva, pobreza y recaudación, se realizó un ejercicio que aplica el Impuesto a la Renta a las Personas Físicas (IRPF) más progresivo de estos países –el de Uruguay– al resto para evaluar su efecto sobre la desigualdad y la recaudación del Estado. Se trata del primer modelo que permite estimar el rol redistributivo de los sistemas de impuestos y transferencias de forma armonizada para países sudamericanos.
América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo y presenta escasos resultados a la hora de reducir la desigualdad del ingreso mediante sistemas de impuestos y transferencias. Datos indican que, en general, contribuyen a reducir 2,7 puntos del coeficiente de Gini (una medida de la desigualdad internacional), mientras que en Europa reducen el índice en 20,9 puntos. La explicación, según los investigadores, se encontraría en “la limitación” de los sistemas impositivos regionales (que recaudan 21% del Producto Interno Bruto regional, según datos de 2014); su composición, “con una alta participación de impuestos indirectos” (51,7% del total) y un diseño “débil” de los más progresivos; y el “bajo” nivel de “gasto” social.
Los resultados de la microsimulación muestran “efectos dispares”, según los investigadores. Entre los seis países analizados, Colombia y Bolivia presentan los mayores niveles de desigualdad de ingresos, mientras que el más bajo es el de Uruguay. También encuentran una “alta disparidad” en términos de población viviendo en situación de pobreza, con menores niveles de incidencia, brecha y “severidad” de esta en Uruguay, y mayores en Colombia. El sistema más redistributivo es el uruguayo, donde la desigualdad disminuyó nueve puntos porcentuales, de acuerdo a la diferencia en el índice de Gini de los ingresos después de impuestos y transferencias. Del mismo modo, la pobreza se redujo 13 puntos porcentuales después de la redistribución pautada por dicho sistema. Por el contrario, el menor impacto redistributivo se encuentra en Bolivia y Colombia, donde la reducción en la desigualdad es de 2,4 y 2,6 puntos porcentuales respectivamente, y el impacto sobre la pobreza se mueve en un rango de entre 2,1 y 3,8 puntos respectivamente.
El estudio también realiza una simulación en la que se aplica el IRPF II de Uruguay –por ser el país más redistributivo– en los demás países. Si bien los resultados indican que fortalecería el efecto distributivo de los sistemas de impuestos y transferencias, lo haría en forma “modesta” en la mayoría de los casos, salvo en Venezuela, donde la aplicación del impuesto uruguayo reduciría la desigualdad 1,06 puntos porcentuales. En tanto, Argentina, Colombia y Bolivia también experimentarían una disminución en la desigualdad de ingresos de 0,15, 0,14 y 0,53 puntos en cada caso, mientras que en Ecuador el cambio de política no tendría mayores efectos. No obstante, los investigadores advierten, como resultado adicional, que a raíz de esta sustitución de sistemas se observan grandes incrementos en la recaudación de impuestos en todos los países.
Por su parte, el subdirector de OPP, Santiago Soto, consideró que este tipo de estudio “resulta fundamental para comprender mejor el sistema de impuestos y transferencias de Uruguay y visualizar su potencia para contribuir a la disminución de la pobreza y desigualdad” en el país. El documento está disponible en la web de la OPP.