Ingresá

César Vega, del Partido Ecologista Radical Intransigente, ayer, en el Paraninfo de la Universidad.

Foto: Alessandro Maradei

Charla multipartidaria sobre los posibles impactos de UPM no contó con representantes del FA

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Asistieron referentes de nueve partidos y todos se mostraron en contra del proyecto.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Ayer de noche en el Paraninfo de la Universidad de la República tuvo lugar una mesa redonda sobre los posibles impactos del proyecto de la planta de celulosa UPM2, organizado por Movimiento por un Uruguay Sustentable, con referentes ambientales de todos los partidos políticos que siguen en carrera luego de las elecciones internas, menos del Partido Digital y del Frente Amplio (FA). No obstante, antes de iniciada la charla se leyó una nota del Espacio 567 (Partido por la Victoria del Pueblo), que pertenece al FA, en la que informaron que no les fue posible estar presentes en la actividad, pero que reafirman su postura que “interpela” las “dificultades” para “profundizar” el debate sobre temas ambientales dentro de la fuerza de gobierno. Se agregó que el conflicto radica en las “enormes diferencias” entre las “ventajas comparativas declaradas” y los estudios realizados por movimientos sociales. “No sólo nos preocupan esas inconsistencias, también hacemos especial énfasis en el impacto de la calidad del agua superficial y subterránea, que ya se encuentra comprometida en todo el país”, se sostuvo en el comunicado.

César Vega, del Partido Ecologista Radical Intransigente, fue el primero en tomar la palabra. Dijo que el río Negro, sobre donde se ubicará la planta, tiene un caudal “diez veces menor” que el río Uruguay, lo que significaría la “extinción del río en un breve plazo”. Mientras tanto, subrayó, el fósforo, que es “altamente contaminante” por ser puro, se verterá sobre el agua, recorrerá el río Negro y se “juntará con el que está volcando” la otra planta de UPM, seguirá por el río Uruguay hacia abajo, pasando por Conchillas, y “se agravarán los problemas de cianobacterias que hoy tenemos”. Luego, Vega pasó un audio con declaraciones de Tabaré Vázquez del año 2004, “en plena campaña electoral”, antes de ganar su primera presidencia, en las que se oponía al proyecto de Botnia, la primera planta de celulosa.

Carol Aviaga, senadora del Partido Nacional, subrayó que “el agua es la riqueza de nuestro país” y que “no hubo una evaluación ambiental para ver si era posible o no” construir una nueva planta de celulosa. “El río Negro ya tiene graves problemas, está totalmente contaminado, y en vez de empezar a tomar medidas para solucionarlo, se autoriza una nueva planta ahí, con todas los cuestionamientos científicos que existen”, finalizó.

Por su parte, Ofelia Gillespie, del Partido Independiente, dijo que el contrato de UPM2 “se mete con la laicidad” porque “van a las escuelas rurales a decirles qué fantástico que es UPM”. “¿Qué se espera? ¿Que se pierdan más tierras fértiles? El aumento de la contaminación ni lo hablan porque es más que obvio. El trazado de las vías es un horror. Los trenes son de ocho cuadras, van a 80 kilómetros por hora y tienen elementos volátiles. Porque todos pensamos en los troncos, pero cuando vienen los químicos, ¿qué onda?”, preguntó.

Por último, Elizabeth Gómez, del Partido Colorado, subrayó que no se está dando permiso para que se instale una pequeña o mediana empresa sino que es una “megaconcesión” en la que el Estado “tiene arte y parte”. “Nos va a dejar una deuda en cuanto al medioambiente de la que todos nos vamos a tener que hacer cargo. Una vez que las aguas se contaminan es muy difícil volver atrás”, indicó.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura