Los candidatos presidenciales de cuatro de los cinco partidos que obtuvieron representación parlamentaria en las elecciones de 2014 expusieron sus visiones tres consignas basadas en los tres ejes específicos de la masonería: libertad, igualdad y fraternidad, en el Primer Conservatorio Republicano: “Los candidatos piensan en Uruguay”, organizado por la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. El encuentro contó con la presencia de Ernesto Talvi (Partido Colorado, PC), Daniel Martínez (Frente Amplio), Pablo Mieres (Partido Independiente, PI) y Luis Lacalle Pou (Partido Nacional). En setiembre se organizará un segundo encuentro con el resto de los presidenciables.
El primer tema del conversatorio fue “Libertad: cómo garantizar la libertad de pensamiento, de opinión y de expresión. Laicidad y libertad de cultos”. Al comenzar su intervención, Martínez señaló que “garantizar la libertad en su total y absoluta expresión es un compromiso democrático y republicano que todos debemos asumir”. Para eso el “primer eslabón” es la “institucionalidad y el respeto a las leyes de la república”.
Sobre este punto, Mieres sostuvo que “uno de los asuntos centrales” es “garantizar la neutralidad del Estado”. El candidato del PI manifestó que una dimensión que le “preocupa particularmente”, es “la distinción de la frontera entre Estado, gobierno y organizaciones partidarias”. En esa línea, planteó que el gobierno debe entender que representa a toda la sociedad y no puede tener un ejercicio vinculado a un partido político, porque así “afecta la libertad”. Por eso aseveró que es necesaria la derogación de la “ley de medios”, que “afecta la libertad en sentidos muy variados al hacer un ejercicio de ingreso a la arena política sobre supuestas campañas de bien público”.
“La libertad de pensamiento y de conciencia es anterior a todo”, dijo a su turno Lacalle Pou, y prosiguió: “Uno piensa, es, y después actúa. Si de alguna manera la libertad de pensamiento o conciencia es cercenada, todas nuestras acciones posteriores lo van a estar”. Coincidió con el planteo de Mieres de derogar la “ley de medios”, que es “instrumental a una forma de entender el gobierno”.
En tanto, Talvi se centró en diferenciar los conceptos de libertad de culto y laicidad. “Son dos conceptos bien distintos” y “Uruguay ha encontrado un justo balance entre esos dos conceptos”, manifestó. Luego diferenció democracia electoral de democracia liberal. Manifestó que la democracia electoral “implica que los gobiernos son electos por elecciones más o menos periódicas, más o menos limpias, más o menos de participación universal, y que después gobiernan las mayorías”. Para el candidato del PC eso constituye “la antítesis” de la democracia liberal, que “se trata de limitar lo que las mayorías ocasionales pueden hacer en el ejercicio circunstancial del gobierno”. “La democracia si no es liberal no es democracia, la democracia liberal es lo que caracteriza a Occidente y es lo que todos estamos obligados a defender”, concluyó.
El segundo punto del conservatorio fue “Igualdad. Educación y construcción de ciudadanía: igualdad de oportunidades para la vida en sociedad”. El primero en hablar fue Talvi, que señaló que “la educación pública de calidad es el gran igualador real de oportunidades” y sostuvo que Uruguay “lo fue y dejó de serlo”. Para comprobarlo, expresó, “basta con mirar los números”: “38 de cada 100 chiquilines terminan el liceo a nivel nacional”. Reconoció que en los últimos 15 años “se ha intentado hacer cosas”, pero “fracasamos”. A su vez, volvió a plantear su propuesta de crear 136 liceos modelos.
En tanto, Lacalle Pou manifestó que “lamentablemente”, y a pesar de 16 años de crecimiento económico, no se han consagrado las condiciones de igualdad de oportunidades y aún se presentan situaciones de familias con necesidades básicas insatisfechas. En relación con el sistema educativo, señaló que necesario restablecer el proceso de elección de horas, y lograr “comunidades educativas estables” donde “los mejores docentes estén en los lugares en los que más se necesiten”. “Si hay que pagarles más, yo me voy a hacer cargo porque van a estar con los niños, jóvenes y adolescentes que más necesitan de esa instrucción”, aseguró.
En tanto, Mieres señaló que “la educación en cualquier sociedad humana cumple dos funciones básicas: socializar en normas y valores a las nuevas generaciones para incluirlas en un tejido social y en una convivencia más o menos armónica, y preparar a las nuevas generaciones para una inserción exitosa en su vida activa laboral”. El candidato sostuvo que esos propósitos no se cumplen en Uruguay, y por eso “el gran desafío es que la educación vuelva a ser el camino de ascenso social”, “que vuelva a ser el camino que el ciudadano, que los chiquilines, y que sobre todo los más humildes vuelvan a reconocer que es la salida para encontrar su lugar en el mundo”.
Martínez manifestó que “la crisis de la educación es inherente a una crisis estructural que el país ha tenido en los últimos 30 o 40 años”. El candidato del FA coincidió con el resto de los candidatos en que “es cierto que debe dolernos que 38% sólo de los estudiantes terminen y que la gente de las áreas más vulnerables sea la que no termine mayoritariamente”. En ese sentido, remarcó que su propuesta es establecer un seguimiento más general de los estudiantes “no sólo en sus carreras curriculares, sino también dónde nacen, qué tipo de integración familiar tienen y qué accesibilidad”.