Este domingo en la feria de Tristan Narvaja sólo se vendieron alimentos y productos de limpieza en los puestos de la calle que lleva ese nombre. La decisión la tomó la Intendencia de Montevideo (IM), pero según contó a la diaria el secretario general de la comuna, Fernando Nopitsch, eso fue así sólo para el corredor principal de la feria, entre las avenidas 18 de Julio y Uruguay. En el resto del mercado, la comuna no prohibió la venta de otro tipo de insumo porque las autoridades entienden que, “sin desmedro del tema del coronavirus”, hay “un problema de fondo”: “la gran cantidad de gente que vive de hacer en la feria”, planteó Nopitsch.
El secretario general contó que el funcionamiento de la feria este domingo fue bueno: “Las distancias [entre los puestos] eran correctas; los feriantes trabajaron bien, y están usando tapabocas y guantes”. La IM dispuso controles con funcionarios de la unidad del Servicio de Convivencia Ciudadana; además, se contó con el control de unos 40 policías que colaboran con la comuna y una reserva de efectivos del Ministerio del Interior (MI).
Nopitsch remarcó que el problema con las ferias es que mucha gente que trabaja allí vive de eso, y no siempre de la venta de frutas y verduras. Manifestó que este domingo la cantidad de puestos de la “periferia” era menor que la del fin de semana anterior, pero que es prioritario atender esta situación, a la que calificó de alarmante: “Hay una cantidad de gente que nos plantea problemas de fondo, gente que tiene muchos problemas porque no tiene dinero; amenazas de desalojo; gente que no tienen para comer, etcétera”. Dijo que mientras las autoridades sanitarias no tomen una decisión, la comuna no prohibirá los negocios “de la periferia”, “por lo menos no mientras no haya una solución para la situación social de la gente”. Por el momento, recordó, ninguna resolución prohíbe la instalación de ferias que no sean de alimentos.
La feria en la que este problema se hizo más visible fue la del barrio Piedras Blancas. Nopitsch sostuvo que se trata de la “única que está como fuera de control”, porque es “distinta”: “No es una feria de frutas y verduras que después se extendió, sino una feria muy particular”. Allí se repitió la situación de la semana pasada, contó el secretario general de la IM, aunque en menor medida, debido a que intervinieron equipos del Municipio D y el MI, que “le pedían a la gente que no se aglomerara”.
Para Nopistch, “la cuarentena, que cada vez se va haciendo más grande, tiene que estar acompañada de medidas sociales que por lo menos traten de buscar soluciones para la gente que no tiene ingresos”. “Es muy difícil pensar que alguien que no tiene nada para comer se quede en su casa”, expresó.
El miércoles la IM repartirá 10.000 canastas de alimento. Cada una alcanzará para abastecer durante 15 días a una familia tipo. “Pero con eso no solucionamos el problema de fondo: tiene que haber una decisión del gobierno nacional para atender esa situación”, subraya el secretario general.
Fuentes del MI dijeron a la diaria que los operativos policiales en las ferias se realizaron con éxito. “Hubo mucha menos gente en comparación con el fin de semana pasado. El comportamiento de los feriantes fue muy bueno, se respetaron las distancias entre los puestos y las medidas de higiene”, sostuvo un jerarca de la cartera.
Tampoco es una opción
Este fin de semana, la Intendencia de Canelones (IC) relevó el funcionamiento de todas las ferias de las localidades del departamento. El director de Contralor de la comuna, Álvaro Suárez, contó a la diaria que hubo un “acatamiento muy importante” de las medidas dispuestas por el gobierno departamental. Este fin de semana, de un total 4.040 feriantes –que disponen de unos 600 puestos–, sólo 911 (22,5%) concurrieron a las ferias, distribuidos en 1.500 puestos. En Toledo concurrió sólo el 4% (10 de 270) de los feriantes y en Barros Blancos, el 8% (56 de 670). En tanto, las dos ferias de Las Piedras tuvieron una convocatoria de 37% de 600 (Batlle y Ordóñez) y 19% de 900 (Bicentenario), y la de Colonia Nicolich, 33% de 150.
En las últimas semanas, la IC dispuso ampliar el horario de las ferias, ampliar el espacio físico de estas para separar los puestos y disminuir “el espacio de venta” de productos “que no sean tradicionalmente de primera necesidad”, sostuvo Suárez. No obstante, subrayó que para la comuna no es una opción prohibir las ferias o los puestos que no sean de productos comestibles o de limpieza. “No está en consideración, a menos que haya medidas del gobierno nacional”, aclaró. Asimismo, dijo que algunos sectores sociales encuentran otros productos de primera necesidad en las ferias que no son comestibles ni de higiene: “Si en tu casa tenés un cortocircuito y vas a la feria a comprar un enchufe, es un producto de primera necesidad”, además de ser la fuente de ingreso de muchas personas. Según dijo, las ferias cumplen un rol “regulador” del mercado.