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Gonzalo Civila

Foto: Pablo Vignali

Partido Socialista: la situación económica, el desempleo y la inseguridad “desgastaron” al último gobierno

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El sector frenteamplista criticó que dentro de la fuerza política hubo un “avance de discursos y medidas punitivistas”

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El Comité Central del Partido Socialista (PS) sesionó el fin de semana y no eludió la autocrítica respecto de la derrota electoral del Frente Amplio (FA) el año pasado. “Tal como habíamos definido en la última sesión del año pasado, nos propusimos avanzar en una discusión a fondo, crítica y autocrítica, que no evada temas incómodos ni simplifique el análisis en consignas o lo sustituya por el atajo fácil de señalar culpables”, sostuvo el partido en su declaración final, presentada tras el encuentro.

En cuanto a la evaluación del ciclo electoral y el proceso político nacional, el documento indica que en el PS coinciden en definir “el marco internacional y regional de los últimos años como un contexto de enormes desigualdades, signado a su vez por las consecuencias de una lucha por la hegemonía mundial que tuvo a América Latina como escenario de esta disputa”.

Para el PS, “además de un proceso de larga duración caracterizado por el fortalecimiento del capital y las corporaciones transnacionales y el debilitamiento de la capacidad regulatoria de los estados nacionales a nivel global”, la “alianza entre el capital financiero y los grandes medios de comunicación” se ha “recrudecido”, y eso ha producido “cambios relevantes en los términos de intercambio y se han agotado algunos modelos distributivos”.

A su vez, el PS sostiene que hay una “crisis acentuada de la representatividad de la política institucional” y “un avance del discurso antipolítico”, sumado a un “fortalecimiento de movimientos extremadamente conservadores” y a la “emergencia de nacionalismos de ultraderecha como respuesta al proceso de globalización y a los malestares de la democracia”.

“No obstante, se han expandido también algunas luchas vinculadas al feminismo, el ambientalismo y las agendas de derechos, así como otras expresiones de la movilización antisistema, en general con escasa incidencia de los partidos políticos”, matiza la declaración. De todos modos, se diagnostica “un auge del consumismo, el individualismo egoísta y las lógicas del miedo, el castigo y la estigmatización”.

En ese marco, se realiza un “análisis crítico y autocrítico” de los “distintos proyectos progresistas y populares latinoamericanos”, donde se advierte acerca de las “implicancias del deterioro de la credibilidad de los gobiernos y fuerzas políticas como consecuencia de desviaciones éticas”. “Coincidimos en señalar la fragilidad de los cambios en la base material de nuestras sociedades, y la enorme condicionante que significó la debilidad de la integración regional en materia productiva. En este marco, el enlentecimiento de un crecimiento económico muy dependiente de factores externos, sumado a la ofensiva de las clases dominantes y sus expresiones políticas, tuvo impactos sociales y políticos relevantes en la región”, asegura la declaración del PS.

Desde adentro

En cuanto a lo ocurrido a nivel nacional con la derrota del FA, el PS subraya la dificultad que se tuvo para “anticipar algunos de los efectos del marco internacional y regional” sobre el proceso político, además de para “establecer una relación virtuosa entre la política partidaria de izquierda y la sociedad”. “Más allá de las grandes conquistas de estos años, que cuidaremos y defenderemos como un legado, nuestros gobiernos tomaron algunas medidas que tensaron su base social y nuestra fuerza política tuvo dificultades para generar un diálogo fructífero con diversos actores que se tradujera en un cambio cultural que sostuviera las transformaciones y en una participación social activa a la hora de construir y defender las políticas públicas”, asegura el documento.

La declaración sostiene que en los últimos cinco años temas como la situación económica, el desempleo, la inseguridad y la violencia “desgastaron” al gobierno. “Por otra parte, el fortalecimiento de los aparatos represivos y el avance de discursos y medidas punitivistas dentro del propio FA generaron debates internos y desde nuestro punto de vista, condiciones que no favorecen el avance de una perspectiva nueva para el abordaje de los problemas de violencia y fragmentación”, asegura el PS.

La declaración no elude la tensa interna del propio partido, que “atraviesa, desde hace mucho tiempo, una etapa difícil, donde el internismo y la debilidad de inserción se han potenciado negativamente”. En ese marco, el PS reconoce que del análisis hecho surge “la necesidad de fortalecer la identidad ideológica y los marcos de convivencia fraterna”.

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