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Daniel Salinas, ayer, en el Senado.

Foto: Federico Gutiérrez

Salinas defendió las medidas aplicadas para combatir el coronavirus pero reconoció que “la restricción de la movilidad hubiera influido 15% en la reducción de la mortalidad”

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La introducción de la variante P1 influenció 85% y explica, según el ministro, el volumen de personas fallecidas; Arbeleche dijo que la oposición está más enamorada del gasto que de los resultados.

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Leído por Andrés Alba.
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Las más de 12 horas de interpelación a los ministros de Salud Pública, Daniel Salinas, y de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, oscilaron entre dos polos opuestos, previsibles: la convicción de los legisladores del Frente Amplio de que se podría haber evitado buena parte de las muertes por coronavirus si se hubiera reducido la movilidad y si se hubiera ampliado el paraguas de protección social para que las personas pudieran quedarse en sus casas, y la de los legisladores oficialistas y los representantes de los ministerios de que la estrategia del gobierno fue efectiva, a la luz de los números actuales.

El senador frenteamplista Daniel Olesker, miembro interpelante, formuló 76 preguntas sobre la estrategia sanitaria en las que abarcó políticas de salud y económicas. Uno de los capítulos fue sobre el concepto de muertes evitables, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) abarca a los fallecimientos causados por un evento o una enfermedad que podrían no haber sucedido con la intervención médica oportuna y apropiada o con medidas de salud pública, detalló el senador. Según puntualizó, “la tesis” en la que basaron la interpelación es que la cantidad de muertes se debe a “malas decisiones políticas”.

“La mitad de las muertes en Uruguay eran evitables si se hubieran tomado medidas de reducción de la movilidad, como sugería la comunidad científica”. Daniel Olesker

En su alocución, Olesker hizo referencia a varios cálculos de muertes evitables en Uruguay, para concluir que tanto por la comparación internacional como por la evidencia científica sobre la relación entre movilidad y contagios, y hasta por cuestiones más específicas, como el Día de la Madre, “tenemos una aproximación que por distintas vías nos lleva a que hay un número de muertes evitables que es no menos de 40% de las muertes y puede llegar a 60%. Decimos que la mitad de las muertes en Uruguay, por metodologías rigurosas, eran evitables si se hubieran tomado medidas de reducción de la movilidad, como sugería la comunidad científica”.

En particular Olesker se refirió a una investigación de la Universidad de Columbia en la que se compara a Uruguay con otros países de similares características. Ese estudio indica que “en un período en el que hubo 4.000 fallecimientos, se podrían haber evitado en el orden de los 2.500 fallecimientos”. Asimismo, señaló que “si en abril hubiera habido una política fuerte, estricta, de reducción de la movilidad se hubiera evitado entre 2.500 y 3.000 muertes, que significa la mitad de las personas que fallecieron.

En relación a la estrategia económica, Olesker planteó que “el país fue víctima del ajuste fiscal, se priorizó las cuentas públicas a la salud de la gente”, lo que derivó en que Uruguay hoy sea más pobre y más desigual y tenga menos empleo, según el legislador.

Olesker mostró dos gráficos con información del Fondo Monetario Internacional sobre la proporción del producto interno bruto (PIB) que representó el gasto de los países en la implementación de medidas contra la covid-19 y los llamó “gráficos de la vergüenza”. “Uruguay ocupa el lugar 164 en 181 países”, dijo en relación al que mostraba el gasto de países emergentes. El segundo incluía a todos los países, y coloreaba con rojo los que gastaron menos de 2,5% del PIB, hasta llevar al verde, que eran los que gastaron entre 7,5% y 10% del PIB. “Básicamente estamos igual que África y que algunos países de América, y es generoso este gráfico porque Uruguay gastó 1,2%, 1,3% [del PIB] según el informe de la ministra”, disparó.

“Comparen con los que quieran”

Salinas y Arbeleche estaban sentados con la bancada del Partido Nacional y de Cabildo Abierto, enfrentados al legislador interpelante. En el medio, había una mesa en la que se sentaron asesores de ambos ministerios que hicieron algunas intervenciones. Ambos ministros tenían su espacio repleto de papeles resaltados con todo tipo de colores; además de sus celulares, Arbeleche tenía una tablet y Salinas una laptop y un conjunto de biblioratos. En un momento de la tarde, el frenteamplista Alejandro Sánchez le pidió al ministro que los quitara, porque no le veía la cara. En cuanto pudo, Salinas los ordenó todos a su derecha.

“Nunca se tuvo que decidir a quién dejar vivir o morir, eso es una enorme hazaña”. Daniel Salinas

“Es una crisis no anunciada, no había un escenario de contingencia a nivel de la OMS”, apuntó Salinas cuando comenzó su exposición. Repasó el paquete de medidas desplegadas y señaló que se debió mejorar el primer nivel de atención y en particular las consultas telefónicas, “un gran debe del gobierno anterior para el sector público”. A su vez, defendió lo hecho en materia de “vigilancia y diagnóstico” del virus, y resaltó que se pasó de tener un laboratorio de vigilancia genómica de Salud Pública a tener 27.

Dijo que el ingreso de la variante P1, a mediados de febrero, fue un factor predominante para entender lo que sucedió en los meses siguientes, y apuntó que sólo Uruguay y Brasil tienen 100% de cobertura de esta variante más peligrosa. Agregó al respecto: “Tuvimos que soportar un tema muy severo [la variante] y dejamos el cuero, estamos en torno a mejorar la situación”. 

Tras mostrar distintas gráficas y rankings sobre mortalidad a nivel mundial por el coronavirus, afirmó: “comparen con los que quieran”, para luego mofarse de la expresión “gráfica de la vergüenza” que había utilizado Olesker. También destacó que con estos números Uruguay estaría entre los países más destacados de Europa, y remarcó que en este continente no tuvieron la variante P1 “ni tienen a Brasil de vecino”.

Más tarde, en su segunda intervención, reiteró que fue clave en el devenir de la pandemia el ingreso en febrero de la variante P1, que, según estudios científicos que aún no se han publicado, tuvo una transmisibilidad 250% mayor y 180% más de letalidad.

En cuanto a la pregunta que había hecho Olesker de si el MSP reconocía la correlación entre la movilidad y el número de contagios de covid-19, Salinas respondió que sí, que se reconoce esa correlación, pero que “no es la única, hay también medidas preventivas y vacunación. La movilidad pasa a tener un peso muy explicativo si no hay avance en las otras dos variables”, agregó. “Según algunos estudios que obran en mi poder, sin tener en cuenta la vacunación, la restricción de la movilidad hubiera influido 15% en la reducción de la mortalidad, pero la introducción de la variante P1 influenció 85%. Son datos científicos que tengo, son preprints de materiales que se van a dar más adelante”, acotó.

De todos modos, dijo que se adoptaron muchas de las medidas recomendadas por el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) en febrero para reducir la movilidad, como la suspensión de clases, la prohibición de fiestas y de espectáculos públicos, el límite de las reuniones, la extensión del horario de los shoppings, el cierre de los freeshops y la implementación del teletrabajo. Reconoció que era “difícil de cumplir” la recomendación del GACH de restringir la movilidad durante las 0.00 y las 6.00; afirmó que tampoco se cumplió la propuesta de cerrar los bares y restaurantes para que sólo pudieran vender mediante el reparto a domicilio, que tampoco se restringió la apertura de comercios y que no se limitaron los viajes interdepartamentales.

Olesker había criticado que el gobierno se había jugado exclusivamente a las vacunas que llegarían a través del mecanismo Covax, de la OMS, cuando todos los países estaban negociando desde antes de fines de 2020. Salinas respondió: “Hay que terminar con la leyenda urbana de que no se hicieron gestiones para traer vacunas” antes, “este ministro hizo un acuerdo no vinculante de compra el 13 de agosto [de 2020] con un laboratorio, para 30%” de la población a vacunar en el país, “lo que se sumaba al 20% del Covax. Lo tuve que poner en el freezer [la negociación] porque se estaban reportando en fase tres eventos adversos importantes”. Luego Salinas dio una pista de cuál era el laboratorio, cosa que no había hecho hasta ahora por la confidencialidad que debe guardarse en este tipo de negociaciones: comentó que tiempo después la Comisión Nacional Asesora de Vacunación terminó limitando su uso para personas mayores de 60 años, con lo que insinuó que se trataba de Astrazeneca.

Fuentes del MSP confirmaron luego a la diaria que, efectivamente, era Astrazeneca. En su defensa, el ministro dijo también a los legisladores que en enero Uruguay había autorizado el uso de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V, pero que el problema fue que el laboratorio no culminó el trámite.

“La oposición está más enamorada del gasto que de los resultados”

“Varias de las preguntas [de Olesker] se resumen en por qué no se dieron más recursos para enfrentar la pandemia. La oposición está más enamorada del gasto que de los resultados, el foco internacional estuvo puesto en el gasto y no en los efectos de la pandemia; no hay que evaluar políticas por cuánto se gasta sino por el impacto en la población”, señaló la ministra de Economía y Finanzas.

“No se puede hablar de que se escatimaron recursos y menos de que hubo ajuste fiscal”. Azucena Arbeleche

A continuación, repasó algunos datos comparativos: “El PIB en Uruguay cayó menos que en otros países de Latinoamérica”; “Uruguay es de los países de Latinoamérica donde la caída del empleo fue de menor magnitud, [aunque] no estamos satisfechos”; “el aumento de la pobreza, según la Cepal, ha sido menor en Uruguay que en el resto” del continente, y además, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, tras un aumento de los niveles de pobreza en 2020 por la pandemia, ese año terminó “con datos similares a los que había a finales de 2019”.

“No compartimos el concepto de gráfico de la vergüenza; vergüenza es mostrar sólo una cara, evaluar las políticas públicas por el gasto sin ver el resultado”, dijo en respuesta a Olesker.

Arbeleche recordó que el gobierno asumió en marzo de 2020 “con un déficit fiscal que era alto y comprometía el grado inversor”. Repasó que entre 2014 y 2019 aumentó en 14 puntos porcentuales la deuda neta medida en relación al PIB, y el año pasado, “como contracara del gasto realizado para sostener sectores y personas, no podemos ignorar que hubo un salto de la deuda de más de 12 puntos porcentuales, no se escatimaron recursos”. Frente a eso, la ministra aseguró: “No salgo de mi asombro al escuchar a Olesker hablar de ajuste fiscal”.

Sobre el interrogante de por qué no se gastó más, Arbeleche dijo que “hay que entender los límites que tiene el aumento del endeudamiento y la posibilidad de perder el grado inversor, lo que tiene consecuencias directas en el acceso a financiamiento”.

“No admitimos que nos den clase sobre el grado inversor porque cuando el FA llegó al gobierno lo tuvo que recuperar”. Mario Bergara

Se eligió otro camino

“Estamos convencidos de que se pudo volcar más recursos al combate de la pandemia”, sostuvo el senador frenteamplista Mario Bergara, y agregó que el FA no planteó que se tuvo que haber volcado un porcentaje de 4% del PIB, sino un punto más y anticipar otro punto de inversión pública. “Era una opción. Evidentemente el gobierno optó por no avanzar en esa dirección. Es legítima esa diferencia. Estamos convencidos de que la salud financiera del Estado uruguayo permite afrontar estos gastos de corto plazo, transitorios, sustentables”, apuntó. 

“No admitimos que nos dé clase sobre grados de inversión porque cuando el FA llegó al gobierno no heredamos el grado inversor. El grado inversor se había perdido en el gobierno anterior”, sostuvo, y agregó que como oposición sería irresponsable si plantearan medidas que pusieran en juego el grado inversor. 

“Muertes evitables son los miles de niños que no nacen por leyes pergeñadas en otras latitudes”. Guido Manini Ríos

“Miles de niños que no nacieron”

Para el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, la sola mención del “término ‘muerte evitable’ es una acusación” y manifestó que, a su juicio, “constituye una bajeza”. “Yo creo que hay muchas muertes evitables, pero no las que son fruto de una pandemia”, dijo, y seguidamente empezó a enumerar “muertes evitables” que pudieron evitarse durante los gobiernos del FA. 

“Hay muchos niños, miles de niños, que no nacen año a año por políticas que se han llevado adelante”, dijo, y apuntó que se aplicaron leyes que “son pergeñadas en otras latitudes, donde el objetivo es disminuir la demografía”, y se aplicaron en Uruguay, donde el demográfico es tal vez el problema más grande; [hubo muertes evitables] por no seguir políticas que estimulen el nacimiento de esos hijos creando condiciones dignas para el nacimiento”. 

También dijo que hubo muertes evitables por políticas de seguridad equivocadas y por no apoyar a una juventud que “no tiene luz en el horizonte” y “encuentra en la droga y, en definitiva, en la muerte el camino de su vida”. “A la hora de hablar de muertes evitables tenemos que darnos todos un baño de realismo. Asumir las responsabilidades que todos tenemos”, dijo, y agregó que muchos de los que hablan de muertes evitables “han sido protagonistas en el pasado no muy lejano y corresponsables de políticas que llevan a tanta muerte evitable”.

Vacunación

El subsecretario de Salud, José Luis Satdjian, dijo que en el continente sólo Uruguay y Chile superan el 50% de inmunización de la población, y que nuestro país está “en los primeros lugares del mundo”. Agregó que “85% está dentro del sistema”, es decir que ya se vacunó, está agendado o en espera.

En cuanto a las embarazadas, algo que había generado críticas de la oposición, recordó que en marzo de 2020 la OMS “decía que no había evidencia” de que esta fuera una población de más riesgo y en abril de 2021 “no recomendó la vacunación”. Sostuvo que, pese a esto, Uruguay continuó analizando el tema y el 5 de mayo, tras una reunión con la Sociedad de Ginecotocología, cambió la política y empezó a “dar prioridad” a las embarazadas para la vacunación. Señaló que al día de hoy 75% ya están vacunadas y el restante 25% “no ha solicitado agenda: las llamamos y en algún caso obtuvimos como respuesta que su ginecólogo no lo recomienda, lo que nos preocupa”.

Más tarde, el senador frenteamplista José Bayardi señaló que “las embarazadas murieron en gran parte porque no se bajó la movilidad, porque no se salió de la transmisión comunitaria de nivel cuatro y se contagiaron”.

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