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Nicolás Olivera (archivo, setiembre de 2021).

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Nicolás Olivera: “Me quiero quedar con la sensación de que Paysandú está cambiando”

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El intendente sanducero habló sobre los planes para el actual período y los cambios que entiende se comienzan a observar a nivel de la vialidad, el tránsito y otras áreas.

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Antes de fin de año la diaria pudo entrevistar al intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, que habló sobre diversos proyectos que ha realizado o pretende concretar en el departamento bajo su gestión. Mencionó, entre otros asuntos, que a nivel del tránsito “la orden no es salir a matar a todos con multas”, sino “bajar la siniestralidad con campañas”. A su vez, consideró como la eventual “obra más ambiciosa” del período la posible transformación del edificio del “corralón” en la sede única de la Universidad de la República en Paysandú.

¿Muchos reclamos en el interior?

Sí, pero acá en la ciudad también. En Puntas de Buricayupí hacía más de 100 años que no tenían agua potable. Si eso no te rebela, hermano... No tenían agua potable. A nivel de servicios esenciales lo que la gente te reclama en el interior es mucho más esencial que lo que te pueden pedir en la ciudad. Te reclaman cosas como el agua, la caminería, vivienda. En Buricayupí hasta el camino para entrar estaba horrible. Una mujer hace no menos de seis meses hacía trámite en UTE teniendo una columna enfrente; si quería, se colgaba de la luz y no pasaba nada, en el medio de la nada. Ella estaba haciendo el trámite como corresponde, yo puse en Twitter, ese día que fui, algo así como “una vergüenza sin luz, sin agua”, y enseguida se contactaron conmigo la gente de OSE y UTE.

¿Cómo es un día normal en la intendencia?

Un día normal arranco a las 7.00 o un poco más, dando una vuelta. Todos los días por un lugar distinto. Se me pone “ir a tal lado” y voy y veo cómo están la limpieza, los cordones, el pasto. Voy con el chofer. La agenda la empiezo a las 8.30 o las 9.00. Trato de dejar huecos a las 11.00 o 11.30 y tengo un listado diario de en dónde estamos trabajando con Vialidad; de un día a otro el cambio que podés ver está en la vialidad. Hay obras menos dinámicas, como el cordón cuneta, a esas no voy tan seguido. A la tarde, desde las 14.30, empiezo a recibir gente nuevamente, y trato de dejar otro hueco. Salgo a dar vuelta por las oficinas, ando mucho en Tránsito, en Recaudadora; si vas y marcás presencia, la gente siempre te dice algo.

En materia de tránsito se ha visto más permisividad, ¿se controla menos?

En ese sentido hago fe en alguien que sabe, que es Lucas Faccelo. Ahí hemos delegado, él conoce mucho y la idea es apuntar a cosas gruesas. Es un tipo estricto, no es un tipo de oficina. La formalidad de lo que implica Tránsito tuvimos que resolverlo poniendo gente que conozca mucho; él está para lo de afuera, adentro hay otra gente para temas de convenios, Sucive [Sistema Único de Cobro de Ingresos Vehiculares]. La orden no era salir a matar a todos con multas; la idea es bajar la siniestralidad con campañas, con recomendaciones en videos, en productos audiovisuales que se van difundiendo, con lo del chaleco, con el casco ‒que hay que apretar‒, entre otras cosas.

¿La zona azul de estacionamiento tarifado se ha mantenido?

Se suprimieron algunas partes de la zona azul. El sistema va a cambiar. Se hizo licitación y la ganó un desarrollador de Paysandú. Conceptualmente va a cambiar, [aunque] vas a pagar para estacionar, eso no cambia. En enero o febrero habrá cambios. En cuanto al funcionamiento, la idea es que la persona cuando llegue al centro no se tenga que preocupar por encontrar el lugar y pagar un tiempo que no sabe cuánto va a gastar. La idea es facilitar, quitar problemas a la gente. Se le cobrará a la vuelta, yo sugerí esa idea. Es para que la persona esté más cómoda y, por ejemplo, se van a agregar medios de pago.

¿Fue un año bueno? ¿Cómo evalúa los 13 meses de gestión?

Lo dirá la gente. Fue un año de laburo. Para mí fue bueno. El tipo que te diga “hice todo lo que quería hacer” miente. Uno siempre hace menos de lo que quiere. Los procesos acá llevan tiempo, hay cosas que cuesta implementar; uno está todo el día metido en esto, respirando en la nuca. Llevo mucho control de los tiempos que insume cada proyecto, se cumplieron los objetivos en muchos casos y se van a empezar a ver otros pronto.

En la campaña hiciste hincapié en la vialidad urbana y que por eso los intendentes perdían la reelección.

La gente se merecía ver más. Me quisiera quedar con la sensación de que Paysandú está cambiando, eso de que vas por una ruta, pagás un peaje y la ruta está buena. La sensación de que no me están robando la plata.

Dentro del fideicomiso, ¿qué obras hay previstas para el período?

Estamos encarando la compra de maquinaria, eso está bastante avanzado. También están los proyectos de termas: comienza una etapa el 25 de enero, cuando se abra una licitación para cambiar todos los amenities de las termas de Guaviyú; se incluye baño, cambiadores, vestuarios, una piscina nueva que será semiabierta, obras en el auditorio y alguna cosa más. En Almirón las piscinas abiertas se están uniendo y también hay cosas previstas allí. En [la calle] 18 de Julio se harán tres cuadras desde Cerrito hasta Monte Caseros, para Avenida España hay una licenciada española trabajando. Largamos el concurso de obra y arquitectura para el estadio cerrado y también estamos contratando el masterplan de la costa [un estudio que se encomendó a una firma extranjera para reformar la costa sanducera].

¿Era necesario el masterplan?

Sí, era necesario, era un compromiso que asumimos todos los candidatos en la campaña electoral. Vino de la administración pasada y todos estábamos de acuerdo.

¿Fue positivo ese acuerdo?

Yo creo que sí, nos comprometimos en campaña, es bueno en tanto y en cuanto se invierta en cosas que queden, no para tapar agujeros, como se había previsto.

¿Se privatizará la motelería en las termas?

No es privatización, [pero] la intendencia no debería hacerlo, y de hecho creo que no prestamos un buen servicio. Pero ¿sabés lo que pasa? Son rentables, te entra plata y no los mantenés, pero como servicio es muy malo. También hay dinero para el teatro Florencio Sánchez.

¿Cuánto se ha gastado del total del fideicomiso?

Vamos pagando lo de la maquinaria y no ha llegado toda. Vino la planta asfáltica nueva. Te agrego que también se harán los pluviales de la calle Tacuarembó. Ya se hizo la licitación.

¿Se hará el hotel cinco estrellas en las termas de Guaviyú?

Con lo del hotel en Guaviyú creo que se perdió una oportunidad, se dejó pasar mucho tiempo. Se enfrió y ahora está muy difícil. Tuvo que tener otro empuje.

¿Cuál es el proyecto para el vertedero?

Cerrar el vertedero a cielo abierto. La idea es [trabajar] con una máquina que ya la compramos, que se ocupa de compactar los residuos no valorizables y encapsularlos. Hoy estamos tirando la basura así como llega y tiramos plata, dinero. Hay productos reciclables, hay cosas que tienen valor. La idea es llevar a un destino que debemos elegir, haremos un galpón, se deja ahí la basura y va a haber máquinas y cintas para que clasifiquen, eso lo haría una empresa que surja de una licitación que hicimos; estamos en proceso de adjudicación, se presentaron dos empresas. De ahí sacar lo que tenga valor y todo lo que no tenga valor va a una máquina. La intendencia compró una máquina que vale 500.000 dólares.

¿Es una buena idea que se destine el edificio del “corralón” a sede única de la Universidad?

Formalizamos el ofrecimiento a través de un oficio; si me preguntas cuál sería la obra más ambiciosa, te diría que es esa, ese proyecto. Tener una sede icónica, un edificio emblemático que sea un único lugar, enclave para la Universidad. Es al terreno y a una residencia estudiantil que nos comprometemos.

En cultura la pandemia no ha permitido mucha cosa, pero este año habrá carnaval. ¿Se destinó un presupuesto importante?

Sí, estaremos atentos a cuanta gente va. Recibió una moneda importante, me refiero al concurso. Ha sido un género de la cultura que ha recibido recursos... Como manifestación de la cultura, lo que te hace popular es a cuánta gente le gusta. Yo no soy del carnaval porque nunca nadie me invitó.

¿Se va la directora de Recursos Humanos, Lorena Abatte?

Se va. Una mujer muy profesional, razón por la cual es difícil conseguir gente de esa estatura. No paga bien la intendencia cuando querés conseguir gente calificada, los muy buenos están en otro lugar. Tiene que haber un componente de vocación importante, como el que tenía Lorena, que ha generado cambios en la cultura de trabajo. Profesionalmente quiere emprender algo, le ofrecieron un muy buen trabajo, es un desafío para ella.

En el predio de la ex Paylana, ¿hay un compromiso de la intendencia para hacer obras?

La intendencia va a adecuar espacios públicos para hacer un lugar lindo de habitar una vez que estén las cooperativas. Hay varias direcciones en contacto, y después estamos llevando adelante una idea para la otra parte que no se usa.

¿Se va a seguir colaborando con la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE)?

Siempre lo hacemos, la intendencia históricamente colaboró y tuvo un rol protagónico cuando los servicios no eran tan buenos. Hoy ASSE es un organismo que está fuerte, tiene recursos, debería haber una lógica transmisión. Me gustaría que ASSE viniera y se hiciera cargo de las policlínicas de la intendencia.

¿Se bajó el gasto de la intendencia?

Se bajó el rubro 0, hay menos funcionarios.

¿No ingresan por la Fundación A Ganar ahí?

Pusimos candado. Se ve en la calle, se ve en la calle.

¿En la parte territorial se van a seguir habilitando fraccionamientos? Hay quienes sostienen que son de carácter especulativo.

Nosotros hemos cambiado eso. Antes se habilitaban fraccionamientos con depósitos y alguna cosa más, donde no había ningún tipo de valor agregado. Se generó que vos tenés barrios privados y fraccionamientos que libran su calle al uso público. Se venía liberando la calle, la gente fraccionaba, generaba valor en la tierra fraccionando, y luego hay que recoger la basura, atender la calle, y la intendencia no compartió la ganancia. Si viene alguien a hacer un barrio privado, si mantienen la calle, si dan los servicios, nosotros no nos negamos.

Llegaste a la intendencia con apoyo de Mario Bandera y Bertil Bentos. Hay gente de sus grupos en el gabinete, pero ¿se escuchan sus opiniones?

Hay gente de ambos grupos y tengo contacto con ellos, nos encontramos en determinados lugares.

Viajaste a Buenos Aires en busca de inversiones, ¿es difícil atraer inversiones para el departamento?

Es difícil. Podés tomar la decisión de no ir y no vendrá nadie, o lo seguís haciendo. Te acordás de los 100 aviones por día que tienen que despegar; alguno llegará a destino.

Te tocó de cerca lo de las familias binacionales que no se ven.

Tengo a mi madre allá. Fuimos juntando a los grupos binacionales, hicimos la gestión con ASSE para que dispusiera test y mucha gente está cruzando con ese beneficio.

¿Lo de los CAIF es un tema cerrado? Los directores del INAU por Cabildo Abierto y el FA han sido críticos del proceso.

Está cerrado, sí: somos auditados por INAU permanentemente, se mejoró muchísimo la gestión.

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