“Contento y aliviado”, así se siente Leandro, uno de los brasileños radicados en Uruguay que este domingo se acercaron a la Huella de Seregni para esperar los resultados electorales del balotaje en su país, que enfrentaba al presidente Jair Bolsonaro con el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva. El triunfo del histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT) se festejó entre gritos, abrazos, lágrimas y bailes en la sede del Frente Amplio (FA), ubicada en el Centro de Montevideo.
“Pero igual pensando qué pasó que tanta gente puso su voto a Bolsonaro; lo pusieron por cuatro años y lo querían poner cuatro años más”, siguió Leandro, que, como tantos otros en la sede del FA, esperó los resultados con una camiseta del Flamengo, que este sábado ganó la final de la Copa Libertadores, el torneo de clubes de fútbol más importante del continente. También dijo estar “preocupado porque la bancada de los diputados y senadores que fueron electos [en la primera vuelta] es horrible para que Lula pueda gobernar”.
Ana, otra brasileña radicada en Uruguay, también dijo a la diaria que la victoria de Lula es un triunfo ante “la barbarie”. “Es vencer al fascismo, no a la derecha. No era una cuestión de derecha o izquierda”, dijo, y recordó que Lula, para ganar, se alió con un histórico rival como Geraldo Alckmin para que fuera su candidato a vicepresidente, además de conformar una alianza con otros partidos. “Tenemos a Lula junto con Alckmin, que era como pensar [Luis] Lacalle Pou con [Yamandú] Orsi. Tuvimos que votar una chapa que no era la que normalmente funcionaría porque era entre democracia y barbarie”, apuntó.
La Huella de Seregni recibió a decenas de personas con camisetas rojas, el color con el que se identifica el PT, y algunas con la cara pintada. Había gente en la planta baja y en el primer piso, con perfiles distintos. Abajo, gente sentada compartía unas pizzas y escuchaba la transmisión de la CNN de Brasil, proyectada en una pantalla gigante. Arriba, la imagen televisiva también estaba disponible pero los oídos se prestaban a un grupo que hacía sonar música brasilera y durante toda la jornada hubo quienes se animaron a bailar, aunque una vez confirmada la victoria de Lula, aquello parecía una discoteca.
A medida que el porcentaje de votos de Lula se iba acercando al de Bolsonaro comenzaron a escucharse los primeros cánticos: “Ole ole ole ola, Lula Lula”. Cuando se llevaban contados 67,76% de los votos emitidos, el candidato del PT pasó al frente por primera vez, situación que no tendría marcha atrás. La gráfica pasó a marcar 50,01% de los votos a favor de Lula y la alegría fue generalizada. Tan sólo cuatro semanas atrás, cuando la Huella de Seregni fue sede de una instancia de idénticas características por la primera vuelta, el ambiente había sido mucho más calmo y unos cuantos se habían ido de capa caída no sólo porque la victoria se había postergado sino porque Bolsonaro había pisado firme con un porcentaje de votos que no registraban las encuestas.
A medida que avanzaba el escrutinio y se hacía irreversible la tendencia al alza del líder del PT, más gente empezó a acercarse a la sede del FA. Y cuando la CNN puso una placa de breaking news empezó el griterío, porque se sabía lo que venía. La noticia era que Lula había alcanzado la cantidad de votos necesaria para convertirse en presidente de Brasil por tercera vez, lo que provocó abrazos, lágrimas y más cánticos: “El pueblo unido jamás será vencido”.
Piñeiro: Hay que “poner atención a esas señales”
La actividad fue organizada por la comisión de Cultura del FA, que preside Gabriela Iribarren. Según dijo a la diaria, se decidió “en el marco de uno de los objetivos de la comisión, que es que la Huella de Seregni sea un espacio cultural”. La comisión, que inició luego de que Fernando Pereira asumiera la presidencia de la fuerza política, pretende que la sede partidaria convoque a “gente que de pronto no se arrima a estos espacios por otras causas de corte político tradicional”, y para eso invitan a grupos musicales o de otras ramas artísticas.
Con respecto al triunfo de Lula, Iribarren manifestó que “es muy importante para todo el FA y la región pensar que las fuerzas democráticas realmente aunadas puedan volver a gobernar” con un perfil “por lo menos de centro izquierda”.
La vicepresidenta del FA, Verónica Piñeiro, estuvo en Brasil junto al comando del PT para esperar los resultados. En diálogo telefónico con la diaria, manifestó que esta fue “una elección muy importante no sólo para Brasil sino para la región”, y que el triunfo de Lula es “una muy buena noticia para América Latina”. En este sentido, se mostró confiada en que la asunción al gobierno de varias fuerzas progresistas en la región implique un “giro a la izquierda” que también abarque a Uruguay en 2024. “Puede ser parte de lo que se viene, pero cada país es cada país”, apuntó.
Con respecto al porcentaje de votos de Bolsonaro, que estuvo por encima de lo que preveían las encuestadoras, dijo que “es llamativo” y pidió “poner atención a esas señales”. Por otro lado, celebró el discurso de Lula tras la victoria, “apostando a unir al país”, y resaltó que “hizo mucho énfasis en la protección ambiental, al cuidado de los biomas, de la Amazonia, en volver a insistir en una política de protección para evitar la tala indiscriminada de la selva Amazónica”. Piñeiro manifestó que es importante escuchar propuestas en ese sentido “en un contexto de deterioro” en el que “la crisis climática empieza a tener una gran afectación sobre los más vulnerables”.