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Liliam Kechichian (archivo, mayo de 2022).

Foto: Federico Gutiérrez

El Senado homenajeó a Matilde Rodríguez Larreta, Elisa Delle Piane y María Ester Gatti

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Las tres mujeres presidieron la Comisión Nacional Pro Referéndum contra la ley de caducidad; su lucha está “en el registro indeleble de la sensibilidad uruguaya”, dijo Kechichian.

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Leído por Abril Mederos.
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La Cámara de Senadores homenajeó el martes a Matilde Rodríguez Larreta, Elisa Delle Piane y María Ester Gatti, quienes presidieron la Comisión Nacional Pro Referéndum contra la ley de caducidad. La iniciativa se da a tres días de una nueva Marcha del Silencio, en la que se conmemora el asesinato el 20 de mayo de 1976 de los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, los militantes William Whitelaw y Rosario Barredo, y el secuestro del médico Manuel Liberoff, que permanece desaparecido.

En las gradas se encontraban Rodríguez, viuda de Héctor Gutiérrez Ruiz, Rafael Michelini, hijo de Michelini y Delle Piane, y Mariana Zaffaroni, hija de María Emilia Islas, que continúa desaparecida, y nieta recuperada de Gatti.

La senadora frenteamplista Liliam Kechichian, que fue la encargada de la oratoria, comenzó hablando de la salida de la dictadura. “La salida de la dictadura no fue producto de una dádiva ni un regalo de la providencia, fue resultado de una estrategia trabajosamente consensuada y valiente de quienes nos oponíamos, que construyó junto al pueblo organizado la garantía y fortaleza imprescindibles a la hora de traspasar el poder de quienes lo habían usurpado durante casi 11 años”, expresó.

“Una larga noche que nunca debimos vivir se cerraba, abriendo puertas y ventanas”, sostuvo Kechichian, quien agregó que el “anhelo de pacificación” sólo se podía dar con la construcción de “verdad y justicia”. Sin embargo, la restauración democrática estuvo marcada por la aprobación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (15.848), votada en 1986.

“A dos años de una tendenciosa interpretación política por ley de los hechos del pasado, que encorsetaba las humanas expectativas de verdad, justicia y reencuentro de los desaparecidos que el país se había comprometido a llevar adelante”, contó Kechichian, la asociación Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos anunció que impulsaría un referéndum para anular la ley.

Marcha del silencio, el 20 de mayo de 2015.

Foto: Santiago Mazzarovich

El 22 de febrero de 1987 se instaló la comisión presidida por las homenajeadas. La campaña tuvo diversas consignas: “todos iguales ante la ley”, “la democracia no tiene deuda” y “hay suficientes firmas”, enumeró la senadora. “Un inolvidable 19 de diciembre de 1988 la Corte Electoral confirmó que habría referéndum y, de la mano de estas tres mujeres que estamos homenajeando, la sociedad uruguaya toda descubrió cuánto espacio ocupaban las ausencias. Lo que vivimos esos meses está en el registro indeleble de la sensibilidad uruguaya”, señaló Kechichian.

El “voto amarillo” se impuso por 57% frente al “voto verde”, que obtuvo 43%. Esa votación “partió aguas, abrió heridas y validó lo peor del pasado”, consideró Kechichian. “Pensar en estas tres mujeres es recordar a Frugoni en aquello que decía: ‘Grandes en las derrotas y pequeños en las victorias’. En pocos días muchos marcharemos por verdad y memoria con las mismas convicciones que anidaron a estas tres mujeres; no se nos ocurre otra forma de honrarlas”.

Kechichian señaló que las tres homenajeadas son la síntesis de “orígenes sociales, políticos y culturales diversos”, que se reunieron “por sus tragedias personales y por la mayor tragedia colectiva de la historia del Uruguay hasta estos días. No se me ocurre una síntesis más justa de sus tiempos que ellas tres enfrentadas al enorme desafío que asumían”.

“¿Qué es entonces lo que las emparenta, lo que las engrandece a nuestros ojos, lo que nos conmueve? Sin duda es su temple, su vocación y su coraje, pero sobre todo su humanismo. Su irrestricto compromiso con la vida, el haber confrontado la más dolorosa circunstancia, sin perder su capacidad de amar. No hay política sin humanismo, por el contrario, el humanismo es la esencia y la razón de la política”, señaló.

“Les dio ejemplo”

El senador del Partido Nacional Sergio Botana se refirió a la lucha de Rodríguez, exdiputada nacionalista y actual directora de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia. Contó que él integró la comisión del interior de la Campaña Pro Referéndum y subrayó que “Matilde marcó la impronta de la campaña. No fue una campaña oscura, fue una ola de esperanza”.

“Dijimos que no queríamos venganza sino justicia, que queríamos seguir creyendo en nuestras instituciones, que queríamos mantenerlas confiables. Con Matilde queríamos transmitir a las generaciones futuras que esta generación había estado a la altura, que tuvimos que hacer lo que había que hacer, sin medir costos ni consecuencias. Que se defendía una democracia de la gente, sin tutores ni mandones”, señaló. Botana sostuvo que al final ganó “la reconciliación nacional” y se aceptó el resultado, “como debe ser”, pero no se “abandonó la determinación de conocer la verdad, tampoco la de reconocer la democracia”.

“Matilde abrió camino a la mujer en la acción pública, lideró con generosidad y sensatez, defendió lo que había que defender. Fortaleció las instituciones. Jamás abrigó el ánimo de la venganza. Matilde sí que supo cumplir. Cumplió con su deber de madre, con su deber ciudadano, con su deber con el Toba. Al pasado lo enfrentó con valentía, al presente con coraje cívico, a las generaciones por venir les dio ejemplo y les enseñó la esperanza”, concluyó.

“Contrarias a la verdad”

El senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech también habló en el homenaje y adelantó que, “por la naturaleza de este acto”, no iba “a controvertir algunas afirmaciones que se han hecho en sala”, que a su juicio son “equivocadas” y “hasta contrarias a la verdad”.

Destacó que pertenece al 57% de los ciudadanos que votaron amarillo y expresó: “Lo votamos en la convicción de que estábamos efectuando una contribución a la pacificación del país. Lo hicimos con un ánimo incuestionablemente democrático. Debo decir que este pronunciamiento del año 89 fue luego ratificado en 2009. La voz del pueblo, voz sagrada, vox populi, vox dei, dice el adagio latino, no puede ser criticada, sospechada, rechazada”.

“Nuestras grandes mayorías nacionales siempre buscaron la reconciliación, el perdón, el olvidar los enfrentamientos y me temo que muchas veces algunas reivindicaciones tienen la máscara de la venganza”, sentenció.

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