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Mario Bergara.

Foto: Mara Quintero

Mario Bergara: “Hoy el FA está mucho mejor parado” después del “cachote” de 2019

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El senador no dice “ni sí ni no” a la posibilidad de ser precandidato por Convocatoria Seregnista, pero llamó a “evaluar el riesgo” de que “se desvirtúe la naturaleza del espacio” por “determinaciones de índole electoral”

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Fuerza Renovadora, uno de los sectores que integra la alianza Convocatoria Seregnista-Progresistas (CSP), tuvo este sábado su Plenario Nacional, en el que reafirmó su intención de “lograr una presentación electoral común en el ámbito de CSP, y evaluar, llegado el momento, la posibilidad de que esta sensibilidad se exprese en una precandidatura presidencial propia”.

Entre los seregnistas, que resultaron terceros en la elección interna del Frente Amplio (FA) en diciembre del año pasado, el nombre que viene a la mente de la mayoría es el del senador Mario Bergara, quien ya atravesó una instancia de ese tipo en 2019.

En entrevista con la diaria, el exministro de Economía y Finanzas se refirió a las escasas menciones sobre dirigentes de la CSP en las encuestas de opinión pública de cara a las elecciones de 2024, en las que resaltan Carolina Cosse y Yamandú Orsi, y dijo que se debe “tomar” ese “dato de la realidad” a la hora de “definir los tiempos” para decidir una precandidatura. A su entender, no se puede esperar a estar a tres meses del Congreso del FA de diciembre de 2023 para lanzar una postulación. 

¿Cómo viene el trabajo de CSP? ¿En qué etapa está?

Tenemos un nivel de coordinación creciente y vamos camino a la organización de una instancia muy importante, que es el primer encuentro nacional de CSP el 15 de octubre. Estamos trabajando también para salir al interior a coordinar la organización en todo el territorio. Es una etapa de consolidación política y orgánica. CSP, como ámbito de coordinación y vocación de espacio político propio, tenía sólo dos meses cuando llegó a competir en la interna del FA y tuvo un muy buen resultado, en nuestra perspectiva, muy cerca de sectores que ya tenían un nivel de consolidación de estructura y de aparato militante mayor, como el Movimiento de Participación Popular (MPP) o el Partido Comunista (PCU). A partir de allí, el diálogo que continuó fue la consolidación de la idea de que este espacio llegó para quedarse. También planteamos el rol que juega CSP en el FA, tanto en los equilibrios políticos dentro del FA como en la perspectiva de la comunicación con la sociedad, que en última instancia se traduce en apoyo electoral. Como parte del proceso de autocrítica que hizo el FA, un elemento central fue que paulatinamente se fue alejando de la gente, de muchos estamentos sociales. Se perdió apoyo político y electoral en muchos sectores diversos, y por tanto es imprescindible fortalecer toda la diversidad del FA, porque cada espacio, cada sensibilidad, dialoga diferente con distintos sectores sociales. 

¿Con quién dialoga CSP?

Así como uno puede pensar en el MPP dialogando más fluidamente en ciertos espacios, el PCU en otros, CSP también tiene un espacio muy potente que fue una de las áreas donde los politólogos indicaron que se perdió apoyo en las últimas elecciones, espacios de capas medias, de pequeñas y medianas empresas, de trabajadores en algunos sectores, en el interior, de la intelectualidad, de estudiantes; ese es un espacio fundamental para nosotros. Así como también los politólogos plantean que el FA perdió apoyo en sectores más vulnerables y son otros los sectores del FA que de repente tienen más fluidez en ese diálogo. Para nosotros, fortalecer CSP es parte de un proceso que tiene que fortalecer todas las sensibilidades del FA.

¿A qué te referís cuando hablás de “equilibrios políticos dentro del FA” y del rol de CSP en ese aspecto?

A que hay distintas sensibilidades en el FA y no puede tener una lógica de que una sensibilidad se imponga sobre las otras, sino que tiene que reflejar un equilibrio como lo reflejó históricamente. Obviamente hay tres o cuatro sensibilidades principales por el apoyo político y electoral que tienen -el espacio alrededor del PCU, el espacio alrededor del MPP, ahora el espacio de CSP-, después pueden haber otras sensibilidades hoy un poco más reducidas -como el caso del Partido Socialista o algunas más-, pero la clave está en la visión de unidad, y presupone equilibrios.

El oficialismo suele hacer énfasis en un presunto desequilibrio del FA en favor de los sectores a los que denomina radicales. ¿Qué reflexión te merece?

Desde que se creó el FA, era “el de los comunistas”, después “el de los comunistas y los tupamaros”.

Hace poco Álvaro Delgado dijo que este es “el peor FA” porque es “el más radical”.

Parece una frase dicha en el 71, en el 85, en el 90, siempre la misma cantarola. Delgado podría aggiornarse un poco en la cantarola antifrentista. El FA gobernó 15 años. El cuco comunista, el cuco tupamaro, está ya medio alicaído. Querer asustar a la población con algo que ya no asusta a nadie.

¿Es seguro que CSP vaya a presentar una precandidatura propia?

Nosotros tenemos definido trabajar para una formulación electoral común con una identidad común, tanto a nivel nacional como en cada uno de los departamentos, y trabajar para tener una precandidatura propia en la interna. Hasta ahí llegó, por el momento, el acuerdo. Vamos a ver cómo avanzamos en las próximas semanas.

¿Vas a ser precandidato a la Presidencia?

Si te respondo eso, sería contradictorio con lo que te acabo de responder. No te puedo decir ni sí ni no. Lo que hay que definir primero es si CSP va a tener una precandidatura, después habrá que definir el nombre, pero no se puede poner la carreta delante de los bueyes. Lo que tenemos que hacer es seguir conversando, discutiendo y definiendo el proceso dentro de CSP. Nunca ayudó adelantarse a esas cosas, que en última instancia dependen del proceso de diálogo y negociación política. 

Has manifestado predisposición.

Yo lo que he manifestado cuando me han preguntado es que ya fui precandidato, por lo tanto una vocación en esa dirección es lógico que exista. Pero una cosa es hablarlo en términos genéricos y otra cosa ya es decir “en 2024 tal cosa”. Eso lo vamos a resolver colectivamente.

En el FA hay una especie de discusión sobre cuál será el momento propicio para hablar sin tabúes de precandidaturas. En tu opinión, ¿cuál es el momento?

No hay un momento, depende de los procesos. Cuando había tres líderes excluyentes como eran Tabaré [Vázquez], [José] Mujica y [Danilo] Astori, que estuvieron más de dos décadas liderando la fuerza política, no precisaban anunciar sus candidaturas dos o tres años antes, estaba cantado que eran los líderes del espacio. El FA está en un proceso de renovación de liderazgos y de candidaturas, entonces no es la misma circunstancia. Yo creo que hay que ir dando señales a tiempo porque casi ninguno de nosotros está consolidado como líder o posible candidato.

¿Pero qué significa dar señales “a tiempo”?

Cada uno le dará la dimensión temporal que entienda conveniente. Uno no puede esperar a estar a tres meses antes del Congreso del FA para definir si es candidato o no, hay que hacerlo con bastante más anticipación.

En las encuestas sobre candidatos casi no figura ni tu nombre ni ninguno de CSP. ¿Eso plantea una dificultad?

Sí, yo creo igual que por ahora las encuestas de carácter electoral hay que tomarlas con pinzas, pero al margen de eso está claro hoy que hay un par de precandidaturas instaladas [Cosse y Orsi], y por lo tanto si uno realmente apunta a que el espacio tenga una presencia mayor en el plano electoral, ya sea en la interna como en octubre, está claro que nosotros tenemos que tomar eso como dato de la realidad, que hay un par de precandidaturas ya instaladas, que no hay instalada una precandidatura del espacio nuestro, y ese es un factor que hay que tomar en cuenta a la hora de definir los tiempos para decidir.

¿Y sólo se tiene en cuenta para definir los tiempos o también para definir si van con una precandidatura o no?

Yo creo que es más para definir los tiempos porque la definición de trabajar para una precandidatura propia ya está tomada.

Se ha manejado que hay algunos dirigentes seregnistas que tienen vinculación con Orsi y que entienden que lo ideal sería apoyarlo a él. ¿Hay algún tipo de balance en ese sentido?

No. Lo que tenemos definido es que vamos a trabajar para una precandidatura propia, eso sería contradictorio con ponernos a evaluar si preferimos no hacer eso y ver si nos acercamos al MPP o al PCU, a Orsi o a Carolina o a otro candidato que también pueda surgir. Si somos consistentes con el planteamiento político del principio, este espacio tiene un rol a jugar, con características propias, y hay que evaluar mucho el riesgo de que por determinaciones de índole puramente electoral se desvirtúe la naturaleza del espacio, hacia quién le habla y qué formas tiene de procesar la discusión política y de hacer política. Nosotros priorizamos la construcción y la consolidación de un espacio que tiene determinadas características, perfil y sensibilidad política, y eso para nosotros es prioritario. No sería fácil de explicar, por el momento, que por un tema de cálculo electoral muy anticipado uno corra el riesgo de diluir o desvirtuar la naturaleza del espacio que estamos construyendo. Llegado el caso tenemos que incorporar todos los elementos de la realidad para tomar definiciones, pero sería extremadamente anticipado estar conversando eso hoy, de si en vez de respetar lo que ya resolvimos nos ponemos a evaluar si nos convendrá ir con Orsi, con Carolina, con [Óscar] Andrade o con quien sea.

¿Cómo ves al FA para 2024?

Lo veo mucho mejor parado que hace un año, en un contexto de un gobierno que está en declive en la percepción popular y que está fracasando en sus políticas. Pasada la pandemia ya no hay muchas excusas, lo que está claro es que el gobierno no está resolviendo ni los temas económicos ni los temas sociales -cada vez tenemos más gente pobre, tenemos ollas populares, tenemos dificultades en un montón de aspectos, caída de salarios y de pasividades, problemas de la calidad del empleo-, y tenemos problemas en lo que se suponía que era el caballito de batalla de la coalición y que se suponía que estaban lográndolo durante la pandemia, que es el tema de la seguridad. El proceso de juntada de firmas y de referéndum, más allá de que el resultado desde el punto de vista de la derogación de los artículos no fue exitoso, fue un golpe para el gobierno, porque ellos estaban convencidos de que iban a ganar al galope, por diez puntos. De hecho inmediatamente después hicieron una pijamada en Anchorena el presidente, los ministros y el secretario de Presidencia y salieron de ahí con un nivel de agresividad y de insultos al FA alarmante.

El gobierno está en declive y las encuestas lo muestran, y el FA ha ido en un proceso inverso, de autocrítica y debate interno. Las elecciones internas conformaron una dirección política mucho más potente, se fortaleció el vínculo con la gente; con las firmas y con el referéndum, y con el proceso de “El FA te escucha” se está fortaleciendo ese diálogo que se había debilitado. Y todo el FA está parado oponiéndose a las políticas regresivas y denunciando cosas por la falta de transparencia y por todas las suspicacias que generan en la sociedad, como el caso de la entrega del monopolio en el puerto de manera ilegal, inconstitucional, violando todos los procedimientos de buena administración, y la entrega del pasaporte a un narcotraficante que fue funcional a que pudiera salir de la prisión y hoy esté prófugo de la justicia internacional, y que se dio cuando no tenía que haberse dado, porque es falso que el decreto de 2014 obligaba a dar ese pasaporte, se podría haber denegado perfectamente.

¿El FA está mejor que a esta misma altura pero del período pasado?

Por supuesto, es un mejor FA. Yo tenía una visión bastante crítica de cómo funcionaba y de algunos aspectos del accionar del FA antes de las elecciones de 2019. El FA tenía un talante de soberbia, le costaba escuchar, se había alejado de determinados estamentos de la sociedad, manejó con mucha demora todos los temas vinculados a las fallas éticas que hubo en el gobierno, no resolvió bien un montón de temas. Yo tenía una visión mucho más crítica del FA que la que tengo hoy. Yo creo que el FA ha aprendido lecciones. Aprendés lecciones cuando la sociedad te da un cachote. A veces ponemos el foco en que perdimos por poquito en el balotaje, pero si vas a la elección de octubre el FA tuvo una elección muy mala. Fue un cachote de la sociedad del cual teníamos que aprender, y creo que lo hemos hecho. Hoy el FA está mucho mejor parado tanto en el terreno político como orgánico y en la perspectiva electoral.

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