La inserción internacional del país fue uno de los temas en debate en la pasada campaña electoral. La molestia de la entonces oposición con la política llevada adelante en esta materia por los gobiernos del Frente Amplio quedó documentada en el “Compromiso por el país” firmado por los partidos que a la postre constituyeron la actual coalición gobernante. “Tras años de una política exterior movida por las ‘afinidades ideológicas’, el país ha quedado encerrado en un Mercosur bloqueado y aislado del mundo”, lamentaban los firmantes. Y se proponían una serie de objetivos vinculados al comercio exterior, entre ellos, impulsar “una estrategia de diversificación de mercados y mejora de las condiciones de ingreso de bienes y servicios uruguayos”, “trabajar por una flexibilización de las reglas del Mercosur relativas a la búsqueda de otros acuerdos comerciales por parte de los estados miembros” e “impulsar nuevos acuerdos comerciales, especialmente con los principales países del sudeste y sur de Asia”.
En esta materia, y por distintos motivos, las acciones del gobierno uruguayo no trascendieron las gestualidades. Los reclamos de la administración de Lacalle Pou de mayor flexibilidad en el Mercosur durante las cumbres del organismo generaron discusiones, rispideces y titulares de prensa, pero no cambiaron de hecho las condiciones de las negociaciones extra bloque.
Tampoco se logró avances significativos en la negociación de cara a un acuerdo de libre comercio con China. En julio del año pasado Lacalle Pou anunció el inicio de negociaciones con el gigante asiático -un objetivo que también persiguió en su momento la última administración de Tabaré Vázquez- y se llegó a elaborar un estudio de prefactibilidad, pero este año el gobierno chino dejó en claro que prefería negociar en conjunto con el Mercosur, al tiempo que el bloque se opuso tajantemente a la voluntad del gobierno uruguayo de negociar en solitario.
Pero no sólo no se lograron acuerdos de libre comercio con socios relevantes para Uruguay, sino que no se firmó ni envió al Parlamento ningún acuerdo de este tipo con ningún país. Según un relevamiento realizado por la diaria con base en los acuerdos firmados y enviados al Parlamento para su ratificación durante la gestión de Francisco Bustillo al frente de la cancillería (julio de 2020-octubre de 2023), hubo 21 acuerdos en dicho período. La mayoría fueron en materia de defensa (ver gráfico), y en este caso sí con socios relevantes como Brasil, China y Estados Unidos (con este último país en realidad se trató de un reenvío del acuerdo suscrito en 2012, pero que había naufragado en el Parlamento porque el Frente Amplio no consiguió las mayorías necesarias para aprobarlo).
En cambio, en el período sólo figuran dos acuerdos sobre comercio. Uno de ellos es un protocolo adicional al tratado de libre comercio (TLC) suscrito con México en 2003, y el otro es un acuerdo con Guatemala “sobre cooperación en materia de comercio” que crea una comisión bilateral de cooperación económico-comercial con el objetivo de identificar temas relevantes y oportunidades en el comercio bilateral.
En cuanto a los países con los que Uruguay firmó acuerdos, el 38% fue con países de América, 24% con países de Europa, 19% con países de Asia, e idéntico porcentaje con países de África.
Además, en el período, Uruguay envió para su ratificación en el Parlamento ocho acuerdos suscritos al interior del Mercosur sobre lucha contra la corrupción, comercio de servicios, reconocimiento de estudios, comercio electrónico, cooperación y asistencia jurisdiccional, traslado de personas, funcionamiento del Parlamento del Mercosur e indicaciones geográficas.
“Fracaso total”
Para el politólogo Gerardo Caetano, la política exterior del gobierno ha sido “fallida” con relación a los propios objetivos que se trazó. Aseguró que la “diplomacia presidencial” que se puso en práctica, y que tuvo a Lacalle Pou como protagonista en las cumbres, “marcando con dureza una postura crítica a los socios del Mercosur, sobre todo Argentina, y apostando al famoso pacto de caballeros con (el presidente brasileño Jair) Bolsonaro”, fue “un fracaso total” y “el gobierno uruguayo quedó aislado en la región”. “Bolsonaro nunca lo respaldó. Incluso quien le ha dado mejor perspectiva es Lula, aun cuando muchos operadores del gobierno apostaban a Bolsonaro como la mejor hipótesis”, señaló Caetano.
En materia de libre comercio, con Europa “no se avanzó absolutamente nada”, y tampoco hubo logros en las negociaciones con China. “Si uno toma los objetivos de la política exterior de este gobierno y si busca la forma en que se llevaron adelante, hacés el balance y es un fracaso enorme”, sentenció. Además, afirmó que se cometieron “errores graves”, por ejemplo cuando se dijo que “estábamos a un paso del TLC con China” y que eso “no tenía una repercusión geopolítica” porque “era comercio”, en plena guerra entre Rusia y Ucrania. “Son cosas que configuran errores garrafales”, consideró.
Caetano concluyó que “ningún objetivo se cumplió, hubo humo generalizado, se decía una y otra vez que estábamos cerca del TLC con China, que Uruguay estaba por salirse de la jaula de oro del Mercosur, que Estados Unidos estaba esperando por nosotros, que la Unión Europea quería negociar con Uruguay”, pero nada de eso sucedió.