En el Centro de Montevideo la calle Germán Barbato quedó cortada al tránsito en la esquina de Mercedes para que las militantes que participaron en el Primer Encuentro de Feminismos del Frente Amplio (FA) recibieran el cálido sol del mediodía, este domingo, frente a La Huella de Seregni, mientras escuchaban cómo sus referentes cerraban el evento. Dentro de la sede, varios niños y niñas jugaban en el espacio de cuidados, otros adultos buscaban frutas, calentaban agua para el mate, y compartían impresiones sobre el taller del que venían.
Es que la segunda jornada de este histórico encuentro, que comenzó el sábado 29 en el Club Platense, reunió por la mañana -en 15 talleres propuestos por las departamentales y otros espacios- a 1.600 mujeres, varones y trans frenteamplistas de los 19 departamentos del país y de Buenos Aires, que participaron para repensar los cruces, tensiones y aportes que pueden darse entre la izquierda y los feminismos.
A diferencia de la apertura –con el club colmado de participantes y tres mesas que, desde el escenario, fijaron los temas y parámetros por donde andarían los debates de la tarde–, el cierre se dio sin estrado, en la cercanía, con representantes de la Comisión Nacional de Cultura, de la Comisión Afrodescendiente Antirracista (CAA), de La Comité, de la Unidad Temática de Derechos de las Ciudadanas y de la Comisión Nacional de Organización. Dispuestas en un semicírculo entre los parlantes, fueron tomando el micrófono para evaluar los dos días de actividades. Estaban a la misma altura que las participantes: una imagen cercana a la metáfora feminista que tanto circuló en estas horas, construir espacios de participación desde la horizontalidad.
La integrante de La Comité Jenny Segovia dijo que “hay que visibilizar que para muches el feminismo es la puerta de entrada para nuestra fuerza política. Por eso queremos un FA que se declare feminista”. Esta propuesta busca explicitar una perspectiva de acción que “apueste a la transformación desde adentro, profundizando la horizontalidad en los espacios de participación política”. Que el FA se declare “feminista” fue mencionado en varias mesas de diálogo, a sabiendas de las resistencias que puede generar en la interna, como las tuvo en 2016 declararse un partido “antipatriarcal” y “antirracista”.
En este sentido, Alicia Esquivel (de CAA) remarcó que no alcanzaba con esas declaraciones, sino que “el antirracismo tiene que ser una política de Estado, que trascienda a los frenteamplistas”. Problematizó la condición de esclavos en la que llegó la población afro a Uruguay y dijo que, al ser un crimen de lesa humanidad, el esclavismo “no prescribe”. Otras compañeras de Esquivel dijeron a la diaria que buscarán desarrollar este concepto para sensibilizar a la población y pensar políticas estatales de reparación. Alicia también apoyó la propuesta de que el FA se declare “feminista”, como lo hizo la vicepresidenta del FA, Verónica Piñeiro, que expresó: “Seamos también feministas”.
El feminismo no sólo es “la puerta de entrada” para muchas militantes en el FA, sino que es una perspectiva y una práctica que hace que muchas se queden, cuando, a pesar del desencanto, el desgaste, la falta de respaldo en ciertos planteos o la dificultad de ser escuchadas y validadas en organizaciones mixtas, el feminismo es “lo que nos salva”, como dijo el sábado la militante comunista Tatiana Antúnez en la mesa de diálogo sobre violencia de género en el FA.
Parece entreverado, pero es simple: “Sin izquierda no hay feminismos. Y sin feminismos no hay izquierda”, como recordó Piñeiro el sábado al abrir el Encuentro.
Para el presidente del FA, Fernando Pereira, “los temas del feminismo son los más atacados por la derecha uruguaya y ahí el FA tiene que estar parado para defender sus postulados”. También consideró que este encuentro “cambia al FA”, porque siempre que las mujeres se encuentran “transforman la realidad”, y valoró que el partido está “lleno de mujeres con ganas de animarse a gobernar”.
Por su parte, Patricia González, presidenta de la Comisión Nacional de Género, Feminismos y Diversidad del FA –a cargo de desarrollar el encuentro-, reconoció que no se leyó una declaración final porque todavía no tenían elaborada una síntesis, y que las reflexiones recogidas en mesas y talleres se volcarán en las discusiones sobre las bases programáticas que tienen por delante para elaborar un programa y una nueva propuesta electoral. Pero valoró que estas instancias permitirán mañana tener “unos problemas distintos a los de la semana pasada”. Y llamó a construir el segundo Encuentro de Feminismos.
Esto puede ser de otra manera
Tras el encuentro, La Comité apuesta a que “en cada rincón haya frenteamplistas que comprendan mejor las desigualdades”. Consultado por la diaria, Daniel Olesker dijo que “abordar la desigualdad de género de manera transversal es una prioridad para un futuro gobierno del FA, en especial en las cuestiones de empleo y vivienda, que afectan más a las mujeres que a los varones”. Y consideró que “las bases programáticas que estamos discutiendo incorporan muy bien esta perspectiva”.
En tanto, Gabriela Iribarren, al frente de la Comisión de Cultura, definió la realización del encuentro como “una iniciativa sorora y fundamental que nos muestra que esto puede ser de otra manera, que el cambio también debe ser cultural y que hay que deconstruir para construir” otra política.
La sensación de estar viviendo un momento potente de compañerismo fue expresada por diversas personas presentes, en saludos, en abrazos, en comentarios como el de una joven de Florida que se volvía a su ciudad “nutrida de saberes, de experiencias, de formas de militar que me llevo para compartir con otros; especialmente, cómo trabajar lenguaje inclusivo y pensar en las disidencias”. Ella vino a la capital junto a un amigo que milita desde los 15 años en el FA, aunque orgánicamente desde el último año y medio. Él fue uno de los asistentes a la mesa de diálogo sobre masculinidades, otro punto fuerte del encuentro, porque en espacios feministas cuesta pensar en la participación de varones. Si bien la invitación era abierta a toda la militancia, sin discriminación de género, hubo resistencias y rechazos a la participación de varones por entender que se podían generar espacios poco seguros para algunas militantes, “por tener que compartir con abusadores o violentos”, dijeron a la diaria. Otras, en cambio, piensan que “hay que cambiar la idea de que el masculino es el enemigo”. Una propuesta que algunos militantes plantearon fue extender talleres sobre nuevas masculinidades y espacios de reflexión junto a Varones por la Igualdad en comités de todo el país.
La mesa sobre Maternidades Feministas también tuvo una gran asistencia. Allí se planteó la importancia de incorporar la subjetividad materna de las personas que militan, pensar qué pasa con los papás que paternan y militan, incorporar espacios de cuidados en todos los locales de militancia y reflexionar sobre cómo las infancias impactan en estos lugares (no es sólo poner un rincón infantil). Cómo ver “la potencia de un sujeto que cría y materna y pensar en crianzas feministas (no sólo en maternidades) es un desafío por delante, porque los cuidados son responsabilidades colectivas, indistintamente de quiénes gestan”, comentó Sabrina Martínez, que asistió a esa mesa y coordinó el domingo un taller de Educación Sexual Integral junto a Elisa Michelena. En este espacio hubo mucho interés en aprender herramientas para llevarlas a los comités y comentarios críticos sobre el conservadurismo que tienen también los votantes del FA, que les cuesta incorporar perspectivas de la diversidad, otros modelos de familia, y han resistido estos temas incluso en la currícula escolar.
Para seguir el intercambio, el FA celebrará el 25 de agosto el Día del Comité de Base con la consigna “Cuando nos juntamos pasan cosas buenas”.