En el tradicional discurso de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) del sábado, en el marco de la clausura de la Expo Prado 2023, en su 118° edición, el presidente de la institución, Patricio Cortabarría, resaltó las dificultades que tiene hoy el país en materia de inserción internacional y mencionó los problemas que ocasiona la actual situación del dólar a todo el sector agropecuario.
En la apertura de su discurso, ante todas las autoridades nacionales y departamentales presentes, comenzó diciendo que “hemos pasado uno de los años más complejos de los últimos 20. La sequía que sufrimos es considerada por muchos como una de las peores de la historia. Hace exactamente un año atrás rompíamos todos los récords de indicadores que generalmente medimos”.
En el pasaje de su discurso, Cortabarría afirmó que hay “reformas pendientes y negociaciones que demoran más de la cuenta. La inserción internacional es un debe, el acuerdo con la Unión Europea lleva más de 20 años y las negociaciones entre el Mercosur y Corea han encontrado dificultades para avanzar”.
El directivo dijo que la ARU reconoce la apertura de algunos productos, como el ingreso del arroz a Ecuador y del sorgo a China, pero agregó que “como país agroexportador necesitamos concretar acuerdos”. Expresó también que la ARU apoya la decisión, comunicada días atrás por parte del presidente, de acelerar las negociaciones para ingresar al acuerdo Transpacífico. “Buena parte de nuestro futuro se juega en esos mercados”, afirmó.
Acerca de la situación del dólar, dedicó unos minutos al tema y explicó que los datos del Banco Central del Uruguay muestran que el país está en el nivel más bajo del tipo de cambio real de los últimos 40 años con un desalineamiento del 15% respecto de sus fundamentos. “De hecho, en el propio informe del Banco Central se indica que esta brecha seguirá acentuándose y revirtiéndose, pero sólo parcialmente hasta finalizado el año próximo. Eso nos preocupa, pero también nos ocupa”, manifestó.
Luis Lacalle Pou, Fernando Mattos, Patricio Cortabarría y Rafael Ferber durante el cierre de la Expo Prado 2023.
Foto: Camilo dos Santos
Comentó que la ARU mantiene reuniones desde hace más de un año con el equipo económico del Ministerio de Economía y Finanzas y enfatizó que “al igual que todo el Poder Ejecutivo, nos transmiten que les inquieta, pero que hoy no tienen herramientas para solucionarlo. Coincidimos en los beneficios que brinda una baja tasa de inflación para toda la sociedad, pero dadas la persistencia y la magnitud actual del atraso cambiario, eso repercute sobre la rentabilidad de todo el sector privado, que es el que en definitiva mueve la economía”.
“Nos mantenemos firmes en la posición de no intervenir el mercado de cambios como así se lo solicitábamos a los gobiernos anteriores”, dijo el representante de la gremial, y afirmó que la tasa “es la estrategia, pero el problema real, el problema de fondo, es el déficit fiscal. Este déficit fiscal que se financia con deuda que ingresa como moneda extranjera y se vuelca al mercado en pesos para pagar gastos de estructura”.
Sobre el valor de los combustibles, dijo que “seguimos siendo de los países con los comestibles más caros y esto termina erosionando la rentabilidad del sector. Aquí sí un llamado de atención a todo el sistema político, que no permitió que se llevaran adelante los cambios necesarios en el mercado de combustibles que permitieran tener un gasoil más competitivo”.
En esa línea, reconoció que en los últimos gobiernos se generó un cambio de la matriz energética, “algo indispensable con una mirada de largo plazo. ¿Cuánto de ese cambio repercutió en una mejora en las empresas y en la familia? Hoy nuestras energías vienen del 90% de fuentes renovables, pero seguimos con tarifas similares a cuando importábamos combustibles fósiles”.
En otro tramo de su oratoria volvió a hablar de la sequía y dijo que “los efectos fueron devastadores para la agricultura de gran magnitud”. Mencionó que en primavera nacerán 455.000 terneros menos, lo que representaría la faena completa de dos meses y medio. “Sabemos el esfuerzo económico enorme que hizo la lechería para mantener un nivel de producción en base a suplementación. En las producciones más intensivas, como la vitivinicultura y frutales, las pérdidas de producción se estiman entre 30% y 50%. Estos datos son sólo una pequeña muestra de lo que significó, y el agobio que vivió el productor es imposible de transmitir con palabras”, dijo Cortabarría.
El dirigente también se refirió a la posibilidad de la negociación por tres frigoríficos. “Se hizo pública la posibilidad de que tres plantas frigoríficas cambien de propiedad. En Uruguay tenemos el marco jurídico para garantizar la libre competencia y el buen funcionamiento de los mercados. Esto no es perfeccionismo, esto es defender un mercado justo”.
Agregó que la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia tiene una vía que incluye lineamientos y criterios necesarios para llevar adelante el análisis de una posible concentración. “Independientemente de ello, de otorgar o no la autorización, la Asociación Rural ya solicitó y confirmó que será recibida”, dijo.
Cortabarría señaló que “para lograr un desarrollo económico y social, es indispensable incrementar la productividad. Así lo ha demostrado la granulosa uruguaya con un crecimiento de 70% de su producción en los últimos 20 años, cambiando la realidad del país; todos los que recordamos el interior lo vemos. Pero productividad en el sentido más amplio. Es decir, aumentando el producto por hectárea, pero con innovación, cuidando los recursos ambientales y con tecnología aplicada en cada proceso”.
En cuanto a la pandemia por covid-19, recordó que el país pudo sortear la difícil situación “con mucha entereza” y que se contó con sectores que siguieron trabajando, aunque otros se vieron imposibilitados de hacerlo. “Los productores ganaderos comprometimos el impuesto municipal, es decir, aportamos el 1% de la facturación bruta ganadera para dar apoyo al Fondo Covid. Lo hicimos conscientes de que la sociedad en su conjunto necesitaba de todos para salir adelante”, concluyó.