La industria automotriz eléctrica no deja de crecer y romper paradigmas. Cada vez son más las personas que cruzan la vereda de los vehículos tradicionales, ya sea buscando menores costos, movidos por las promociones provenientes del Estado, o simplemente por mera consciencia ambiental.
En lo que a Uruguay se refiere, fue en 2020 cuando se inició la promoción de ventas de medios de transporte eléctricos con el objetivo de, entre otras cosas, bajar el uso de los combustibles fósiles y cuidar el ambiente. En ese año sólo se vendieron 200 unidades, la gran mayoría de la marca china BYD, pero fue un buen precedente para lo que vendría después.
Hoy, casi a finales de 2024, el panorama ha cambiado totalmente. Si bien los vehículos de combustión siguen acaparando el mercado, los medios de locomoción eléctricos se han convertido en una gran alternativa, por lo que se está cumpliendo el objetivo planteado a 25 años por parte del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), cuando Uruguay pasaría a ser totalmente carboneutral.
En diálogo con la diaria, el subsecretario del MIEM, Walter Verri, informó que “la primera transición energética” concluyó en el momento en el que gracias a las energías renovables –como la eólica y la biomasa– Uruguay “resolvió sus problemas de independencia energética”.
La gran mayoría de los vehículos eléctricos son importados desde China, seguidos de España, Alemania y Bélgica. Los meses más activos en ventas son junio, julio, agosto y noviembre.
Esto no habría sido posible sin la creación de la Ley 16.832 (de marco regulatorio energético), que permitió que el país fuera categorizado como “verde” y en el cual “aproximadamente el 96% de la energía que se consume viene de fuentes renovables”. Como consecuencia, Uruguay pasó de ser un mero importador a poder darse el lujo de exportar excedentes energéticos.
Verri agregó que a partir de ese momento, que coincidió con la asunción de la actual administración de gobierno, se comenzó a trabajar en la segunda transición energética. El subsecretario la denominó como “un lento proceso de descarbonización de los sectores más duros, como el transporte y la industria”, producto de los costos y del tiempo que puede llevar este desarrollo; sin embargo, apostar a la movilidad eléctrica ha sido clave “para contrarrestar el efecto invernadero”. Si bien reconoció que a los transportes pesados, como barcos o aviones, se les dificulta hacer esa transición –por los costos que lleva–, recordó la importancia que ha tomado el hidrógeno verde en estos últimos tiempos.
Así como el primer pilar de la segunda transición es la movilidad eléctrica, Verri definió a la eficiencia energética como el otro punto importante en este asunto, ya que “cuidar la energía renovable es casi más importante que generarla”. A la hora de elegir elementos de uso cotidiano, como, por ejemplo, bombas de calor –en vez de las típicas calderas– o lámparas led –en detrimento de una incandescente–, la contaminación del ambiente es mucho menor y se brindan “mejores prestaciones”.
La marca BYD es la más vendida del mercado, seguida de Volvo y Jac.
Consultado por los avances esperados en este punto de la transición, el subsecretario afirmó: “Venimos muy bien. El parque automotor de vehículos eléctricos crece cada vez más a raíz de que cada vez es más accesible y sus prestaciones son mejores. La serie de beneficios fiscales que hemos incorporado para seguir por este camino también nos han servido. Además, nada hace pensar que el próximo gobierno no quiera seguir por la misma línea. En materia de eficiencia energética hay un fideicomiso que fomenta buenas prácticas”.
Sobre el denominado programa Subite, de incorporación de vehículos eléctricos, que es implementado por la Dirección Nacional de Energía del MIEM, Verri comentó que el efecto fue “muy bueno,” dado que “el llamado efectuado a los 100 conductores se agotó rápidamente” y se logró el objetivo deseado en la fase de descarbonización. El objetivo de Subite fue “promover la incorporación de la movilidad eléctrica en todo el territorio nacional”, apoyando “la adquisición de un máximo de 1.000 motos eléctricas y 100 triciclos de carga eléctricos en total”, según informó el MIEM en el llamado. Los beneficios otorgados fueron el reintegro “de 10% del valor de compra del vehículo (aplican topes para motos: 250 dólares para motos y 450 para triciclos)”, descuento “en la factura de UTE (monto único de 2022 pesos por concepto de energía para el suministro asociado al vehículo)”, premio monetario “por Certificados de Eficiencia Energética”, reintegro “por concepto de ahorros energéticos una vez transcurridos los primeros 12 meses desde la adquisición del vehículo” y un seguro obligatorio del Banco de Seguros del Estado por un año.
Sin embargo, el subsecretario aclaró que Subite no fue el único programa creado, también han ayudado a las intendencias con subsidios, lo que tuvo como resultado que la gran mayoría pudieron comprar ómnibus eléctricos o están en proceso de adquirirlos.
El modelo más solicitado por los compradores ha sido el Seagull GS 2024, de la marca BYD, con un total de 1.071 unidades vendidas.
Verri cerró manifestando que la movilidad eléctrica ha avanzado mucho más rápido de lo que ellos mismos proyectaban y que seguirá por esa línea ascendente. Según el subsecretario, esto se debe a que los montos de los vehículos con tracción renovable se han vuelto más accesibles y a que cada vez hay más gente que confía en esta clase de medios de transporte por ventajas como el incremento de los cargadores rápidos y de la durabilidad de la batería.
Los cargadores rápidos fueron implementados por UTE y se han distribuido a lo largo de todo Uruguay para promover la movilidad eléctrica en el marco del turismo interno. El proceso concluyó este año, luego de duplicar la cantidad de estos cargadores en las rutas. Si bien ya existían los llamados “cargadores convencionales”, estos eran mucho más lentos y estaban más desperdigados en el territorio. El valor base de la conexión es de 40 pesos en los puntos de carga lenta y 97 pesos en los de carga rápida. En el último quinquenio, la venta de vehículos eléctricos creció 2.750% en Uruguay, y se espera que siga en una curva ascendente en los próximos años.
Un informe de la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU) indicó que en 2023 se comercializaron 648 automóviles eléctricos, superando los 629 vendidos en 2022, y 367 utilitarios eléctricos, en contraste con los 163 vendidos el año anterior. En ese informe, la ACAU había destacado el crecimiento sustancial en la categoría de SUV (vehículo utilitario deportivo, por sus siglas en inglés), en la que se pasó de 224 unidades vendidas en 2022 a 827 en 2023.
Para fin de año, se puede proyectar que la cifra aproximada de ventas totales sea de más de 5.500 vehículos, es decir, más de 2.000 unidades de las que se tenían pensadas luego del primer cuatrimestre, según la proyección estimada por la Intendencia de Montevideo.
Según un informe del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en los primeros tres meses de 2024 se vendieron 709 vehículos eléctricos, “lo que representó un 5,1% del total de los cero kilómetro vendidos en ese período y un 99% de crecimiento con respecto al mismo período de 2023”. Pero también han aumentado las ventas de otros tipos de vehículos, como los híbridos, que pasaron de 180 en 2017 a 7.536 en 2023. “Por su parte, los birrodados, triciclos y cuatriciclos eléctricos también han ganado terreno, pasando de 635 a 4.109. En este caso, es importante destacar la alta participación que tienen estos vehículos en el parque automotor de su segmento, ya que los triciclos eléctricos representan, en 2023, un 22% del total de triciclos en circulación, mientras que los cuatriciclos eléctricos representan un 17% (estas cifras eran 4% y 1% respectivamente en 2017)”, indica el informe del MTSS.