La Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales (IMPO) es un organismo de derecho público no estatal que tiene como principal cometido la difusión de la normativa nacional vigente. Por sus características institucionales, no recibe fondos de rentas generales y depende de sus reservas. Al cierre del primer año, los nuevos responsables de su gestión están “muy preocupados” por su situación económica.
El director general del IMPO, Miguel Lorenzoni, detalló a la diaria que recibió al organismo sin las cuentas cerradas de 2024. Puntualizó que tampoco se “había anticipado nada” durante la transición sobre alguna complicación económica. Esto llevó a que recién una semana después de asumir el cargo, sobre fines de marzo, aparecieran las malas noticias. Ese fue el momento donde se conoció el resultado del ejercicio del año 2024, el cual era de casi 30 millones de pesos de pérdida.
Según detalló Lorenzoni, el último antecedente de esas características era el del año 2020, cuando el resultado operativo fue negativo en el orden de los 22,5 millones de pesos. Luego de ese episodio, marcado por el contexto de la pandemia, en los años 2021 y 2022 el organismo “se había recuperado”, comentó el jerarca. Sin embargo, ya en 2023 se reportó “una baja muy fuerte” en el resultado operativo, que pasó de los 33 millones de pesos en el año anterior a un saldo positivo de sólo 300.000 pesos.
Con ese escenario sobre la mesa, las nuevas autoridades se dedicaron los primeros meses a “explorar” el por qué de esos resultados. El director general del IMPO detalló que se realizó “una secuencia histórica” de las cifras del organismo, donde se pudo concluir que desde 2016 los únicos cierres negativos fueron los cerrados para los años 2020 y 2024. Para ejemplificar el carácter excepcional de la situación, el jerarca puntualizó que la variación negativa entre el ejercicio 2022 –último año con amplio margen favorable– y 2024, fue de 60 millones de pesos.
Lorenzoni comentó que ahora la gestión se está manejando “sobre la base de las reservas” del organismo, las que, sin embargo, no dan “ni cerca para completar el período”. En ese sentido, comentó que se decidió “empezar a actuar” sobre la situación económica tomando algunas medidas.
La reducción del gasto y el cobro de deudas
Con una situación actual de poco margen económico, Lorenzoni detalló que se ha decidido avanzar en lograr la reducción de algunos gastos operativos de cara a 2026. Por lo pronto, se han “revisado” algunas contrataciones –por ejemplo, en materia de limpieza– dejando sin efecto aquello que se entendió “innecesario”. Según el jerarca, esto permitiría una reducción del gasto en 2026 de siete millones de pesos. Asimismo, hace tres semanas se abrió una ventana para el retiro incentivado de funcionarios. En ese caso, se espera un ahorro de unos 15 millones de pesos.
Además, Lorenzoni explicó que se ha avanzado en “revisar todas las líneas de negocio” del IMPO y, sobre todo, las que estén “dando pérdidas”. En caso de que se determine que alguna de ellas “no es rentable” pero debe seguir desarrollándose por razones de función pública, el jerarca apuntó que se buscará que sea “lo más eficiente posible”.
Más allá de la reducción del gasto, las nuevas autoridades del IMPO también trabajan en el aumento de ingresos. Concretamente, Lorenzoni explicó que se creó un protocolo para el cobro de deudas por parte del organismo, algo que no existía y fue cuestionado en 2022 por parte de la Auditoría Interna de la Nación.
A la llegada de las nuevas autoridades, entre organismos de la administración central y gobiernos departamentales, le debían al organismo 65 millones de pesos. Luego de la puesta en vigencia del protocolo, se ha logrado cobrar 12 millones de pesos. Lorenzoni enfatizó que de los 65 millones de pesos que se deben, 55 millones de pesos se encuentran concentrados en un total de 25 instituciones.
En ese sentido, y más allá de los 12 millones de pesos que fueron cobrados, puntualizó que hay un “proceso bastante avanzado” para obtener el pago de otras instituciones. “Eso nos permite ir ganando tiempo para tomar las medidas de fondo que permitan tener la estabilidad financiera que nosotros pretendemos”, comentó el director general del IMPO.
El ejercicio 2025 y la auditoría
Lorenzoni aseguró que se espera que 2025 sea otro año de resultado negativo, superando lo que fueron los casi 30 millones de pérdida en 2024. “Hubo algunas medidas que se tomaron a fines del año pasado y a comienzo de este que, seguramente, tengan una incidencia significativa en los números”, explicó, en referencia al ejercicio 2025 y apuntando contra decisiones tomadas al final de su mandato por la administración anterior.
Entre las acciones que se tomaron sobre el final del período anterior, y que se espera que afecten el ejercicio 2025, aparecen algunas modificaciones de índole salarial y la decisión de remodelar la sala de eventos Felisberto Hernández. Para esto, se preveía de un desembolso de entre 35 y 40.000 dólares, pero se terminó pagando unos 100.000 dólares, más de la mitad, por la nueva administración.
Debe tenerse en cuenta que hasta julio de 2024 el director general del IMPO fue Fernando Abellá. Luego de su cese, asumió en su lugar Marcelo Norman. Lorenzoni apuntó que hay “informes” del asesor contable de este que hacían referencia a un desenlace negativo en el ejercicio 2024, pero que fueron “desestimados” para incurrir en acciones como la ya mencionada reforma de la sala de actos.
Aun con todo lo determinado en estos meses, dada la compleja situación, se ha decidido contratar una auditoría externa para indagar en los distintos hechos que llevan a la actual situación del IMPO. Lorenzoni remarcó que se busca llegar a un “estudio pormenorizado” para determinar “cuáles fueron las decisiones y las no decisiones” que dieron paso al “desequilibrio” que atraviesa el organismo.