El gobierno de Brasil informó este domingo que un operativo coordinado entre el Ministerio Público de Trabajo (MPT), que depende del Ministerio Público Federal, el Ministerio de Trabajo y Empleo y la Policía Federal culminó en la segunda semana de abril con el rescate de dos personas de nacionalidad uruguaya, un hombre y una mujer trans, que fueron “sometidos a condiciones análogas a la esclavitud” en el municipio de Planura, en el estado de Minas Gerais.
En un comunicado, el MPT informó que el caso “involucra tortura, abuso sexual y violencia”, y que incluso una de las víctimas tenía tatuadas en el cuerpo las iniciales de sus patrones, “como forma de demostrar que se trataba de una propiedad”. Las víctimas están siendo asistidas por instituciones que combaten el trabajo esclavo en Brasil y los empleadores están a disposición de la Justicia de ese país.
El embajador de Uruguay en Brasil, Guillermo Valles, indicó a la diaria que recibió este domingo las noticias de prensa y que de inmediato se activaron los contactos con las autoridades para confirmar los hechos y “proveer cuanto fuere necesario”. En tanto, desde la cancillería señalaron que están trabajando con el consulado “para poder acceder a toda la información necesaria para acompañar” a las víctimas.
Múltiples violaciones
Según la reconstrucción del caso que hizo el MPT, los empleadores utilizaron las redes sociales para establecer contacto con las víctimas, a quienes definió como “personas en situaciones de vulnerabilidad socioeconómica y emocional”, a las que les ofrecieron “falsas promesas de trabajo y apoyo”. A partir de las investigaciones, se determinó que una de las víctimas fue sometida durante más de ocho años a “múltiples violaciones: no recibía salario, no tenía historial laboral, trabajaba jornadas extenuantes sin vacaciones ni descanso y vivía bajo constante vigilancia y amenazas”. Asimismo, “los empleadores grabaron abusos sexuales y los videos se utilizaron como herramienta de chantaje y control emocional”.
La mujer trans informó que en julio de 2024 aceptó una oferta de trabajo con un salario de 700 reales mensuales (poco más de 5.000 pesos uruguayos). Sin embargo, en los hechos, le descontaron de su salario los gastos de alimentación, vivienda, internet y electricidad, lo que le dejó una remuneración de 100 reales aproximadamente. “Trabajó durante seis meses para los tres hombres; durante los primeros 90 días vivió con ellos con miedo de ser sometida a los mismos abusos” que el otro uruguayo en su situación, indicó el MPT. “Según ella, los patrones decían que él era ‘el esclavo de la casa’”, agrega la reconstrucción.
La jornada laboral en el caso de la segunda víctima “era de seis de la mañana a seis de la tarde, sin interrupciones para comer ni descansar”. Si bien “después de tres meses consiguió alquilar una propiedad por su cuenta, el contrato estaba a nombre de sus empleadores, lo que la mantenía dependiendo directamente de ellos”.
Los responsables fueron detenidos y se incautaron celulares, laptops y pendrives que serán analizados, informó la autoridad brasileña.