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Partido de Fútbol Caminando de integrantes de UNI 3, en Costa Azul Nuevo.

Foto: Gianni Schiaffarino

Fútbol caminando: una disciplina deportiva que busca ganar terreno en Uruguay

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Destinada mayormente a la tercera edad, ofrece la oportunidad de volver a estar en contacto con la pasión que despierta jugar al fútbol.

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El fútbol representa una de las tradiciones más importantes de nuestro país. Ya sea como hinchas, aficionados o profesionales, la emoción que despierta en buena parte de la población hace que sea el deporte que más eligen los uruguayos.

Pero ¿qué ocurre cuando una persona desea practicar este deporte y se ve impedida de hacerlo por limitaciones físicas que tienen que ver, fundamentalmente, con una edad avanzada?

Para dejar de lado estas dificultades, una nueva disciplina se juega en Uruguay y propone una nueva forma de jugar y disfrutar del fútbol: caminando.

Llevada a cabo por la universidad para adultos mayores UNI 3 Entre Arroyos, ubicada en el balneario La Floresta, en el departamento de Canelones, esta disciplina invita desde noviembre de 2023 a personas de la tercera edad y a aquellas que tienen limitaciones físicas a estar en contacto con el deporte que tanta pasión concita en nuestro país.

Creado en Inglaterra en 2011, el walking football se propuso adaptar el fútbol tradicional para hacerlo más inclusivo y para que más personas puedan volver a sentir, o sentir por primera vez, la adrenalina y la emoción de vestir una camiseta, jugar en un equipo o celebrar un gol, y todo esto evitando el riesgo físico.

Bernardo Dabezies, impulsor de UNI 3 Entre Arroyos desde sus inicios en 2021, fue quien impulsó en Uruguay esta nueva modalidad deportiva que trajo desde Europa.

En diálogo con la diaria, explicó cómo fue el proceso: “Hace casi dos años, un día estaba viendo un video sobre la pobreza en Reino Unido y el contexto difícil que estaba viviendo por aquel entonces. En ese video le hacen una entrevista a un médico que más tarde iba a ver un partido de fútbol caminando. En el video se veía a personas mayores jugando un fútbol en el que las reglas fundamentales eran no correr, no marcar a presión cuando el rival está de espaldas y evitar que la pelota supere el 1,80 metros para no tener que cabecearla y para evitar que se dispute entre dos jugadores con la cabeza. Cuando lo vi, pensé: esto es para nosotros”.

“Investigando vi que existía la Walking Football Association en Inglaterra. Ahí tenían un reglamento que fui traduciendo y adaptando a las reglas y al lenguaje del fútbol uruguayo. Esto lo vi en 2023, y el primer partido que jugamos fue el 11 de noviembre de ese año”, agregó.

En Uruguay todos los partidos se juegan en dos tiempos de 20 minutos, con un entretiempo de 10 minutos, y no hay fuera de juego.

Partido de Fútbol Caminando de integrantes de UNI 3, en Costa Azul Nuevo.

Foto: Gianni Schiaffarino

Si bien el reglamento marca que la cantidad de jugadores por equipo debe ser siete (un golero y seis jugadores de cancha), según Dabezies, “esto depende del tamaño de la cancha y la cantidad de gente que vaya el día del partido”.

“Es un juego que requiere mucha habilidad en el pase y, sobre todo, en la recepción. Si te pasan una pelota demasiado larga no llegás caminando, si te la pasan demasiado fuerte no la podés dominar”, afirmó. “Para jugar se requiere viveza, ingenio”, aseguró.

En sus redes sociales se pueden ver videos, fotos e invitaciones a encuentros y a partidos.

Recreación y salud

“Es muy divertido y nos tomamos mucho el pelo”, asegura Dabezies, quien maneja el grupo de Whatsapp del equipo, donde hay unas 35 personas, de las cuales entre 12 y 15 se reúnen todos los martes y sábados a jugar.

Dabezies considera que el fútbol caminando, tal como ellos lo entienden, tiene dos componentes fundamentales: defender la filosofía de esta disciplina con un objetivo únicamente recreativo y preservar la salud de los jugadores y las jugadoras.

“El primer componente es que esto está dentro de la filosofía de deportes comunitarios, donde hay fines recreativos y no competitivos y lo que importa es la solidaridad, la integración y el disfrute. El segundo es la preservación de la salud. Lo que hacen las reglas que inventaron en Inglaterra y que nosotros adaptamos acá es proteger al jugador. Por eso no se cabecea, no se marca de atrás, etcétera. A su vez, tratamos de no aventar la pelota, porque si le pegás demasiado fuerte podés lesionar a alguien”, expresó.

En relación con los hombres, las frases más frecuentes van por el lado de “ya había colgado los botines y ahora me vuelvo a poner los cortos para jugar”, asegura Dabezies, pero en el caso de las mujeres es muy distinto: “Para las mujeres de más de 50 años, que en su niñez o en su juventud nunca pudieron jugar al fútbol porque estaba mal visto, poder hacerlo es muy valioso. Por ejemplo, a la goleadora, que lleva 29 goles en 30 partidos, la dejaban jugar al fútbol sólo si hacía ballet”.

Partido de Fútbol Caminando de integrantes de UNI 3, en Costa Azul Nuevo.

Foto: Gianni Schiaffarino

“Que a una abuela que jugó cuando era niña solamente con sus hermanos o sus primos, que nunca jugó en una cancha con camiseta, con un juez, con líneas, con arcos con redes, etcétera, vos le ofrezcas la posibilidad de jugar junto a otros, donde se divierta, se sienta respetada y se hagan goles... Todo esto tiene un enorme valor”, agregó.

La universidad para la tercera edad

UNI 3 es una organización civil sin fines de lucro que no depende del Estado ni de organizaciones privadas. Funciona como universidad abierta para la educación no formal de adultos, inspirada en el movimiento de educación surgido en Francia. A partir de 1972, esta forma de enseñanza se expande a varios países europeos y ese mismo año se funda la primera Universidad de Adultos Mayores, en Toulouse.

Uruguay adoptó por primera vez este modelo de enseñanza en 1983. “En la actualidad hay 22 UNI 3 que cubren el territorio nacional brindando ámbitos educativos a más de 8.500 participantes en 581 aulas-taller, coordinadas por 535 animadores socioculturales (ASC) vocacionales, todos ellos absolutamente honorarios. Esta universidad es un laboratorio donde se trata de conocer, definir y atender la realidad del adulto mayor en situación de aprendizaje”, describe la institución en su sitio web.

En el caso de UNI 3 Entre Arroyos, su nombre surge con la idea de que el territorio abarcado sea el que se encuentra entre el arroyo Solís Chico y el Solís Grande: “La idea era que no fuera sólo un emprendimiento de La Floresta, sino de toda la zona, en la que hay alrededor de 20 balnearios: Costa Azul, Bello Horizonte, Guazuvirá, San Luis, entre varios otros. Hay 20 balnearios en 28 kilómetros”, puntualizó Dabezies.

Partido de Fútbol Caminando de integrantes de UNI 3, en Costa Azul Nuevo.

Foto: Gianni Schiaffarino

Todas las UNI 3 son autónomas o independientes unas de otras a la hora de establecer su modo de funcionamiento. En el caso de UNI 3 Entre Arroyos, sus únicos ingresos provienen del cobro de una cuota de 350 pesos por mes que da derecho a participar en dos talleres a elección; sólo se abona esta cuota si se participa, si un mes no se asiste no es necesario hacerlo. Si se desea participar en más talleres, se abona 150 pesos por cada taller elegido.

Actualmente cuentan con aproximadamente 300 personas inscriptas de distintas generaciones y con 20 talleres diferentes: baile, música, cine, literatura, idiomas, entre muchos otros. Además, brindan clases de apoyo escolar y liceal de forma gratuita.

“La gente valora un montón todo esto. Una de las frases más comunes es ‘la UNI 3 me cambió la vida’. No sólo les cambia la vida a las personas que concurren, también a nosotros mismos. Yo soy otra persona desde que me dedico a esto”, aseguró su impulsor.

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