La despedida de José Mujica en el Palacio Legislativo fue, por sobre todas las cosas, popular. Afuera, sobre avenida Libertador y sus calles aledañas, las miles y miles de personas que este miércoles se acercaron a decirle adiós al expresidente de la República fueron formando poco a poco y de manera improvisada una fila que, al menos sobre las cinco de la tarde, ya tenía entre siete y ocho cuadras de extensión.
Uniformados con camisetas de color negro con la frase estampada “No me voy, estoy llegando”, los “gurises” del Movimiento de Participación Popular (MPP), algunos de ellos visiblemente agotados por la intensidad de la jornada, repartían botellas de agua entre la gente que, con algunas banderas del MPP, pero más que nada banderas frenteamplistas, esperaba el ingreso para su momento de despedida.
Javier llegó desde el Cerro. Resolvió ir al velatorio apenas se enteró de la noticia del fallecimiento de Mujica. Desde entonces, “estuve pensando en él y por eso lo vine a ver”, dijo a la diaria, apoyado sobre una de las vallas colocadas por la Policía, y remarcó: “Lo quería un montón”.
“Era divino, fue el único presidente pobre”, dijo también a la diaria Teresa, mientras bajaba la escalera del Palacio Legislativo, y confesó que nunca pensó que viniese tanta gente. “Vengo de la Médica, me atendí y me vine directo para acá, dije 'voy a seguir luchando'”, agrega, con una sonrisa.
Con la misma emoción, pero con otro talante, Daniel contó a la diaria que viajó desde Las Piedras para despedir a “un gran político” que “dio todo por el pueblo”, “con sus errores y sus defectos, como todo humano”. “Mucha gente critica y da palo, pero estos momentos no son para criticar”, añadió.
Antes de Javier, Estela y Daniel, y otros miles que hacían fila, salió del Palacio Legislativo Ignacio Errandonea, referente de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. Aunque tuvo “poco trato personal”, algo así como “un par de entrevistas y nada más”, estuvo presente en el velatorio de Mujica porque, “más allá de los acuerdos y discrepancias, primero que nada fue un luchador social que dedicó toda su vida a lo que él entendía que era lo mejor, y lo mejor no para él, sino para toda la ciudadanía”.
A pocos días de una nueva edición de la Marcha del Silencio, Errandonea dijo a la diaria que durante el gobierno de Mujica se “restableció la pretensión punitiva del Estado”. “Cuando veíamos que se cerraban las puertas de la Justicia, avanzamos gracias a resoluciones que se tomaron en su gobierno”, resaltó.
“Un jefe sin nombrar de los que sentimos que pelear por la justicia social vale la pena”
Para el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, Mujica dejó “un legado que tiene que ver con una filosofía de vida y con una forma de sentir que se puede cambiar el mundo”. En diálogo con la diaria, Pereira definió a Mujica como “un jefe sin nombrar de los que sentimos que pelear por la justicia social vale la pena”. “Lo que deja es una cantidad de ideas, pero además una cantidad de amores y una capacidad de dar sin pedir que es envidiable”, expresó.
“Me quedo, como ahora hablé con Lucía [Topolansky], con la última charla, que fue imponente, sobre por dónde puede caminar el desarrollo para que dé prosperidad económica y también calidad de vida, [porque] él siempre le sumaba eso, que no es sólo desarrollarse económicamente, porque si no podemos ser felices, si no accedemos a la cultura, si no podemos discernir bien las cosas que tenemos encima de la mesa, no podemos ser felices totalmente”, reflexionó el presidente del FA.
A 200 metros de la puerta de entrada al velatorio, y ya con 37 minutos en la fila, el exintendente de Montevideo Daniel Martínez dijo a la diaria que “el legado más importante” de Mujica es el mensaje de que “no todo es oportunismo”. “Eso es lo más importante que dejó el Pepe, porque en una época donde parece ser que hay que promover el odio para ganar elecciones, el Pepe tendió puentes”, expresó.
Para Martínez, el histórico dirigente del MPP pasó “un mensaje que no es el que la nomenclatura institucionalizada del poder dice que es el correcto, y yo creo que eso hace que sea un grande y que pase a la historia”. “Y después otra cosa: los de la izquierda somos genios en que el grueso de la gente no nos entienda, muchas veces hablamos para militantes, y el Pepe supo hablarle a la gente y olfatear lo que la gente quería como nadie”, agregó.
Desde la oposición, el intendente electo de Florida, el nacionalista Carlos Enciso, dijo a la diaria que Mujica fue “un personaje caudillesco que representó muchos valores que tradicionalmente la izquierda tal vez no tenía en su agenda”, en referencia al vínculo del FA con el interior del país. Apuntó además que si bien “no fue el único”, “fue una figura clave, por su peso político, su investidura y su popularidad, para que sectores que después de la dictadura venían de un proceso de guerrilla, de enfrentamiento y de escepticismo con la democracia tradicional se insertaran al sistema democrático”.
Enciso, quien fue copartícipe del famoso exabrupto de Mujica contra Cristina Fernández de Kirchner, dijo haber tenido “una muy buena relación” con él: “Siempre teníamos algunas charlas sobre la región, sobre temas históricos, internacionales, a veces acordándonos de nuestro común amigo, el Tucho [Alberto] Methol Ferré, entre otras concepciones nacionalistas y latinoamericanistas que también él compartía”.
En la esquina de avenida Libertador y Avenida de las Leyes, luego de salir del Palacio Legislativo y con el sol ya cayendo, Nicolás Viera, senador del FA y dirigente del MPP, se detuvo un segundo para contemplar la multitud que todavía no había podido despedirse. “Yo creo que lo más grandioso de Pepe ha sido el amor a la vida que les ha transmitido a generaciones y generaciones, y esta cola que vemos acá para entrar al Palacio es el ejemplo más claro de eso que supo transmitir”, expresó a la diaria.
“Los viejos de izquierda del Uruguay lo que recuerdan siempre fue el entierro de Raúl Sendic, como un acto de masas en un sepelio, pero evidentemente Pepe nació para romper el molde”, afirmó Viera. A su modo de ver, incluso “en su ida de la vida” Mujica “sigue dando lecciones”. “Encontrarnos y vernos y abrazarnos es también recordar su legado, porque no había uruguayo que nos quisiera más unidos como pueblo que Pepe”, manifestó Viera.