Con referencias que han quedado plasmadas en espacios tan diversos como posteos de redes sociales, pancartas callejeras, remeras serigrafiadas, versiones taquigráficas y proyectos de ley, en los últimos años empezó a ganar terreno el relato de que las denuncias falsas por violencia de género son un “fenómeno” que crece en Uruguay. Tuvo especial protagonismo durante el debate previo a la aprobación de la ley de tenencia compartida y sobrevoló los distintos proyectos de ley que fueron presentados para introducir modificaciones a la Ley 19.580 –el que presentó el Poder Ejecutivo del expresidente Luis Lacalle Pou hablaba de que las denuncias falsas son un “hecho notorio”, el de Cabildo Abierto refería a un “submundo de denuncias falsas”, por poner algunos ejemplos–.
Sin embargo, hasta el momento, no hay datos en nuestro país que ratifiquen que las denuncias falsas representan un porcentaje significativo de los casos de violencia de género que llegan a la Justicia. Por lo tanto, surge la pregunta de cuál es la base que fundamenta estos relatos. ¿Qué hay detrás? ¿Qué buscan? ¿Quiénes los promueven? Algo de esto intentó desentrañar Narrativas sobre denuncias falsas: una investigación sobre desinformación y violencia de género, un proyecto de la diaria realizado por Mariana Cianelli, Stephanie Demirdjian, Marina Santini y Yamila Silva, que podrán encontrar a lo largo de seis artículos.
Una de las aristas rastreadas fue justamente la de los datos. En esa búsqueda, a través de pedidos de acceso a la información pública tanto a Fiscalía como al Poder Judicial, la diaria pudo comprobar que no hay datos sistematizados que sustenten un aumento o una presencia extendida de las denuncias falsas por violencia de género. Esto es porque no están tipificadas como tales y no se puede cruzar en una base de datos las condenas por “calumnia y simulación de delito”, que sería el equivalente a una denuncia falsa, con la información que contienen los expedientes sobre el origen o el motivo de la denuncia. Una fuente de la Fiscalía señaló que lo que se maneja entre fiscales es que las denuncias falsas por violencia de género existen, “pero no son relevantes estadísticamente”.
Antes de responder a la pregunta de quiénes promueven estos discursos en Uruguay, fue necesario enmarcar este fenómeno en un movimiento global, que crece en la región y en el resto del mundo, unido por el combate contra la “ideología de género”, un término que inventaron para englobar los derechos conquistados por los feminismos y el activismo LGBTI+.
En el contexto nacional, la diaria pudo identificar que existen al menos seis grupos que difunden estas narrativas, muchos con amplia llegada en redes sociales, que comparten argumentos y consignas, y tienen como principal blanco el ataque a la ley de violencia de género. Para el antropólogo social Pablo Camacho, que centró su tesis en Varones Unidos, algunos puntos en común entre todos son la “desinformación” y el “antifeminismo”.
La investigación también profundizó en el lobby de estos grupos, la incidencia en la votación de proyectos como la ley de tenencia compartida, en qué centran su discurso ante los parlamentarios, y quiénes son los políticos uruguayos que apoyan su agenda.
Además, el trabajo indaga en otros actores que ganan presencia en redes sociales de toda la región y también de Uruguay: abogadas y abogados que se presentan como defensores de hombres, los aconsejan sobre cómo proceder ante una denuncia por violencia de género y advierten sobre las denuncias falsas.
A su vez, el proyecto adelanta los resultados que arrojó la primera encuesta nacional para relevar las percepciones de la población uruguaya sobre las denuncias falsas por violencia basada en género, que realizó la Usina de Percepción Ciudadana entre el 18 y el 24 de abril de este año. Uno de los hallazgos del sondeo es que más de la mitad de la población considera que existen denuncias falsas por violencia de género y que son “bastantes” o “la mayoría”. Para la socióloga Teresa Herrera, integrante de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual y coordinadora de la Cátedra de Género y Generaciones de la Universidad Claeh, este dato no es “sorprendente” porque “hay un discurso hegemónico que dice que hay denuncias falsas”, que tiene como principal objetivo “culpabilizar a las mujeres”.