Este lunes el directorio del Partido Nacional (PN) recibió al expresidente de OSE Raúl Montero, al exsubsecretario del Ministerio de Ambiente Gerardo Amarilla y al exdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Fernando Blanco, quienes se desempeñaron en esos cargos durante el gobierno de Luis Lacalle Pou. Los exjerarcas mostraron varios informes a raíz del anuncio del Poder Ejecutivo de cancelar el proyecto Neptuno, que implicaba construir una planta potabilizadora en Arazatí, San José.
Luego de la sesión, el directorio blanco publicó un comunicado en el que “lamenta la decisión anunciada”, que implica “un retroceso en la búsqueda del fortalecimiento del abastecimiento de agua potable para el área metropolitana, con una fuente alternativa que aseguraba la disponibilidad de agua para la zona más poblada del país”.
“Esta decisión desaprovecha un trabajo serio e interinstitucional, con aportes técnicos y académicos de primer nivel, que también recogieron la opinión de la ciudadanía en diversas instancias, que buscaba establecer políticas de Estado en un tema tan sensible como la seguridad hídrica”, se agregó en el comunicado.
Por último, el directorio recomendó a la agrupación parlamentaria del PN “realizar un seguimiento de las decisiones institucionales, sus consecuencias jurídicas y ambientales, además de promover las instancias parlamentarias tendientes a fortalecer el sistema de abastecimiento de agua como derecho constitucionalmente reconocido y evitar perjuicios mayores para el Estado y la sociedad”.
Luego de la sesión, en conferencia de prensa, Delgado señaló que cuando estaban en el gobierno, “las empresas internacionales que venían” decían: “No podemos creer que Uruguay dependa de una sola fuente de agua potable”. “Ya todos lo vivimos en la sequía [2023] y supimos en lo que estuvimos. Fue duro cuando dependíamos de una sola fuente de agua para potabilizar la zona metropolitana, el sistema de Santa Lucía”, subrayó Delgado.
En tanto, Amarilla dijo que la decisión del gobierno “tira por la borda cuatro años y medio de estudios, de trabajo serio”, y sostuvo que el proyecto Neptuno implicaba una fuente “alternativa que da certeza de seguridad hídrica para toda el área metropolitana, que no solamente incluye a Montevideo sino también a Canelones”, y sobre todo a San José. Agregó que en la zona este de ese departamento hay “algunos problemas vinculados con la presencia de arsénico en el agua subterránea”. “Entendemos que es un retroceso en un tema que debería ser política de Estado”, acotó.
Por su parte, Montero subrayó que el proyecto de Arazatí “era muy sólido” y que el Río de la Plata es fuente de agua potable desde hace casi 100 años para Colonia, de “un montón de décadas” para Juan Lacaze y desde “muchísimos años para Buenos Aires”, por lo tanto, no se debe tener “un terror ancestral al agua del Río de la Plata”, porque “no tiene ningún sentido”.
Por último, Delgado volvió a referirse a la sequía de 2023. Dijo que vivió el proceso, “la angustia y la desesperación de todos los uruguayos”. Agregó que en aquel momento hicieron “todo lo que había que hacer para asegurarle a la gente agua apta para consumo humano y que no se quedaran un día sin ella”.
“Pero supimos lo que es el estrés de [tener] una sola fuente de agua potable. Acá tiene que ver con algunos conceptos más ideológicos que técnicos, pero esperemos conocer las características jurídicas del contrato. Después, lamentar que si no estuviera esta decisión de cancelar el proyecto, seguramente el mes que viene se estaba empezando a construir y en 2027 ya había una fuente alternativa asegurando que, por más que viniera una sequía como la de 2023, nunca íbamos a tener el estrés que tuvimos por no haber hecho la obra 15 años atrás”, finalizó.