Ingresá

Álvaro Delgado, Andrés Ojeda, Yamandú Orsi, Guido Manini Ríos y Pablo Mieres, el 7 de agosto de 2024, en el Parlamento.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Un “error grave” o una estrategia previsible: politólogos evalúan la decisión de blancos y colorados de no participar en el diálogo social

11 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Para los académicos consultados, el gobierno tuvo desaciertos en el proceso y Cabildo Abierto es el actor mejor parado en esta coyuntura para hacer valer sus demandas.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Podrán escuchar este artículo quienes estén registrados.
Escuchá este artículo

Tu navegador no soporta audios HTML5.

Tu navegador no soporta audios HTML5.

Leído por Mathías Buela
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El lunes, a dos días del lanzamiento oficial del diálogo sobre seguridad social, el gobierno recibió una noticia inesperada: tras la reunión de sus organismos de dirección, tanto blancos como colorados anunciaron que no participarían en la instancia. Luego se supo que tampoco lo harían el Partido Independiente e Identidad Soberana. La comunicación fue sorpresiva porque algunos partidos ya habían transmitido al gobierno quiénes serían sus representantes en el diálogo social.

Lo sucedido hizo que el presidente Yamandú Orsi adelantara la agenda de reuniones que tenía previstas con los partidos políticos para conversar de diversos temas y los encuentros se concretaron el jueves. De todos modos, no hizo que los partidos cambiaran su postura de no participar y tampoco esa fue la intención de las reuniones, aseguran desde Presidencia.

¿Se trata de un error de la oposición, que queda mal con sus electores en un país acostumbrado a los diálogos y consensos multipartidarios, o una estrategia ante la posibilidad de que se reviertan aspectos de la reforma jubilatoria aprobada por el gobierno de Luis Lacalle Pou, que además busca quitar legitimidad a la instancia de diálogo? ¿Es un episodio inédito en la vida política del país o sólo una decisión esperable que será rápidamente olvidada por una agenda política intensa? Con esas preguntas, la diaria fue al encuentro de los politólogos Daniel Buquet, Camila Zeballos y Jaime Yaffé.

“Ante la duda, es mejor oponerte”

Para Buquet, la postura del Partido Nacional (PN) de no participar en el diálogo social es esperable teniendo en cuenta que se trata del principal partido de la oposición y que tiene ya una “estrategia dominante” que consiste en que “su posicionamiento principal tiene que ser estar en contra del gobierno”. El politólogo resumió esa estrategia con una frase: “Ante la duda, es mejor oponerte”, y evaluó que es una estrategia “razonable”. Apuntó que el PN, al ser el principal partido de la oposición, “es el principal beneficiario del descontento con el gobierno y hacia ahí apunta, y a eso apuesta cualquier partido de oposición en cualquier país del mundo: que los descontentos sean suficientes o sean más como para ganarle el gobierno en la próxima elección”.

Indicó que se imagina al PN “oponiéndose de manera más o menos sistemática, tipo palo en la rueda”, a las iniciativas del gobierno, pero acotó que al mismo tiempo tiene que “cubrirse”. “Porque si el Frente Amplio (FA) les empieza a señalar ‘che, me trancás todo, te oponés a todo’, tendrán que matizar algo para decir que son una oposición constructiva y responsable y todo lo demás”, señaló.

Para Buquet, esta postura que adopta el PN no necesariamente le conviene al resto de los partidos de la oposición. En el caso del Partido Colorado (PC), consideró que hay “dudas estratégicas” y un “dilema existencial” respecto de “si seguir siendo un partido político o formar un partido común” en el marco de la Coalición Republicana. “Tengo la sensación de que desde la secretaría general del PC -que hoy ocupa el senador Andrés Ojeda- hay una tendencia a seguir al PN. Esto no es necesariamente malo, pero es mucho más discutible” su conveniencia, evaluó. Apuntó que la posición del senador Pedro Bordaberry, más matizada en relación con la no participación en el diálogo social, ejemplifica esta diferencia.

En este escenario, el oficialismo tiene la posibilidad de horadar “la etiqueta Coalición Republicana”, pactando con unos o con otros según sea el caso, señaló por su parte Zeballos. “Mostrar que hay posibles socios díscolos de esa etiqueta electoral para el oficialismo puede ser muy bueno. Ahora, cómo se traduce eso después en que el ciudadano lo vea es otro partido”, acotó.

En el mismo sentido que Buquet, Yaffé consideró que lo que sucedió esta semana con el diálogo social “está en línea con una actitud general o una estrategia de poca propensión de la oposición a colaborar con el gobierno”. Opinó que la oposición “arrancó con un talante bastante duro en términos de su modo de relación con el gobierno”.

Teniendo en cuenta que la oposición es “un conjunto diverso, no sólo porque está compuesta por varios partidos, sino porque dentro de cada partido hay diversas corrientes”, se ha ido imponiendo “la línea de los sectores menos dispuestos a tener una actitud abierta a la colaboración con las iniciativas del gobierno”, consideró Yaffé.

Un “grave error” y una situación “extraordinaria”

Para Zeballos, en cambio, la decisión de la oposición es “un grave error” porque blancos, colorados e independientes, con “matices” internos y, sobre todo, en el PC, “no están tomando en cuenta el ciclo que tiene el gobierno”. “En un primer momento, por lo general, los partidos tienden a cooperar entre sí. Después empiezan un proceso de diferenciación, ponele que a mitad del tercer año y en el cuarto, y en el cuarto y quinto empieza más la competencia. Ahora me parece que se entró ya en una oposición muy acérrima”, afirmó. Agregó que en un primer momento se podía pensar que esta actitud estaba condicionada a que todavía el ciclo electoral no había terminado (porque faltaban las elecciones departamentales) o a la competencia interna que estaba teniendo el PN por el directorio, pero ahora queda claro que la estrategia “es directamente ser una oposición que no le va a dejar pasar mucho al gobierno”.

Zeballos dijo que ve “con cierta preocupación” la decisión de la oposición respecto del diálogo social. “Todo el tiempo hablamos de que nuestra democracia es una democracia de partidos, que nuestra Constitución es una Constitución pensada para los partidos, pero ahora da la sensación de que los partidos políticos o quienes están encabezando alguna fracción de los partidos políticos no lo están tomando en cuenta de esa manera”, señaló. Remarcó que se trata de una situación “extraña, extraordinaria, porque por lo general vos te podés abstener de votar en particular en algún punto, ya cuando [el proyecto] está en el Parlamento, pero esto de negarse a participar en un diálogo... es una caricatura”.

Recordó que el FA participó en los diálogos propuestos por el gobierno anterior, y lo mismo hicieron los actuales partidos de la oposición en el ciclo de gobiernos del FA. Valoró que los argumentos que dieron los partidos de la oposición para no participar, que tuvieron que ver con una eventual “subrepresentación” en el espacio de diálogo y con los temas que se discutían, son “muy infantiles” y “bastante flojos de papeles”, y que, por otra parte, referentes de la oposición han explicado de formas distintas por qué no participan. “No tienen una línea argumentativa sólida, iban y venían”, apuntó.

“Creo que les puede generar un grave problema a esos partidos políticos, porque en realidad cuando uno vota en este tipo de democracia representativa, está delegando un poco las decisiones, y yo creo que a los electores de esos partidos les hubiese gustado que al menos se sienten y discutan”, consideró Zeballos en relación con el perfil de los electores uruguayos. Aquello del “país de los consensos” y la voluntad acuerdista en Uruguay “es un poco mito y un poco realidad”, evaluó la politóloga, pero “los mitos ayudan mucho a construir realidad”. “La política necesita mucho de relato y discurso. Y si vos empezás a minar esa idea del ‘país de los acuerdos’ desde tu lugar de partido político, ya parece un poco insólito”, indicó.

Evaluó que en algunos sectores de la oposición se está dando un proceso de radicalización, influenciado también por el contexto regional y global, pero aclaró que esto no sucede en todos los casos, y mencionó, por ejemplo, el talante “dialoguista” del intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, que fue el único referente importante del PN que asistió al lanzamiento del diálogo social. En cambio, el senador Javier García “está en esta de radicalizarse” y “está desconocido”. “Me parece que se está adelantando mucho, porque puede desgastarse su figura de opositor acérrimo”, consideró. En el caso del PC, también hay algunos actores “que son extremadamente radicales en pensar que todo está mal”, como Ojeda, y después “diputados de Bordaberry que no actúan de esa manera, ni el mismo Bordaberry”, opinó Zeballos.

La politóloga valoró que, en un contexto de creciente “polarización afectiva e ideológica que hay en los electorados” en Uruguay, esto “se va a traducir también un poco en nuestros parlamentarios o en nuestros dirigentes políticos”. “Entonces hay obviamente una incidencia del contexto y una lectura de la realidad apresurada. Me parece que si estos líderes pensaran de esta manera en 2027 o 2028 quizás les saldría mejor la jugada, pero ahora es como que se les puede desgastar mucho el discurso”, dijo.

Yaffé, en cambio, dijo que no observa que “los comportamientos de los componentes de la oposición uruguaya estén condicionados por lo que está pasando en Argentina o en Brasil”, sino que “responden a dinámicas intrapartidarias locales”, y tampoco cree que haya “un proceso de radicalización” en la oposición. Opinó que esta negativa de la oposición no parece ser “una negativa definitiva a participar en un diálogo con el gobierno que atienda las demandas sociales sobre este asunto”.

Para Buquet, lo sucedido con la negativa a asistir al diálogo social es “muy poco relevante”: “Es un hecho casi simbólico, te diría”. Opinó que lo importante será que lo que se acuerde en el ámbito del diálogo social “sea potable para la mirada económica del gobierno”, en particular para el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone. Planteó que por un lado el FA “está obligado a hacer algo” para mostrar que está “cumpliendo”. Para eso no basta con convocar al diálogo, sino que “tiene que reformar algo, o por lo menos hacer un intento de reformar algo”, y al mismo tiempo “no desestabilizar el sistema, o sea, mantener la línea ortodoxa del manejo de los equilibrios macroeconómicos”.

Por otra parte, Buquet afirmó que los partidos han probado en la oposición “las dos principales estrategias”: la más cooperativa, “me voy a mostrar responsable y voy a decir que no está todo mal lo del gobierno y que ahí donde haya una buena idea hay que apoyarla”, y la otra, “básicamente, está todo mal con este gobierno”. “La actitud ganadora en principio es esta última, y le ha servido al FA y le ha servido a la oposición. Muchos intuyen que la cosa va por ahí, y eso va a pasar y no es dramático”, acotó.

Señaló que el FA va a buscar “cobrarle” esta actitud al PN, pero eso “pasa rápido”, porque la oposición está cuestionando el formato y no es que esté diciendo “no dialogamos con el FA”. “Sí, les van a pegar, pero ellos van a zafar o a intentar zafar con este argumento, y no va a dar para mucho más. Porque [el ámbito del diálogo social] va a tener que empezar a trabajar y la política va a ir por otro lado mientras tanto. Entonces, esto va a dejar de estar en el tope de la agenda medio rápido. Si yo fuera del gobierno, tampoco estaría diciendo cada vez que salten los blancos: ‘pero ustedes ni siquiera quieren dialogar, mirá cómo no fueron al diálogo’, yo qué sé, lo puedo decir una vez, dos veces, ¿cuántas veces lo vas a decir?”, inquirió.

Diálogo social o contrarreforma

Otro punto señalado por los politólogos tiene que ver con la conveniencia para los partidos de la oposición de participar en un ámbito en el que la reforma jubilatoria aprobada por el gobierno anterior será centro de cuestionamientos, a juzgar por las posiciones previas de los actores que participan.

Para Buquet, el diálogo social instalado “apunta a una contrarreforma”. “Yo creo que en ese sentido quien esté más o menos satisfecho con la reforma, de alguna manera, va a tener que defenderla. Entonces, más allá de que no estamos hablando de votar una contrarreforma, estamos hablando de participar en un diálogo, yo creo que si ellos [por la oposición] se meten, los va a dejar incómodos”, valoró.

Zeballos consideró en cambio que acotar el diálogo social a la discusión sobre la reforma jubilatoria de Lacalle Pou parte de “un error conceptual”, y destacó que el diálogo propuesto “trasciende eso” y aborda temas vinculados con la infancia, entre otros. “Ahí me parece que está el error de los partidos políticos de no participar, de hacer una lectura muy minimalista del diálogo”, afirmó.

Cabildo Abierto, el “pivot” y “eventual socio en emprendimientos varios”

La posición de los politólogos consultados tiene matices y diferencias en varios puntos, pero una clara coincidencia: Cabildo Abierto (CA) está jugando cómodo y se beneficia de su condición de “partido pivot”. Zeballos opinó que CA “entiende muy bien cuál es su rol en este Parlamento”, y si logra posicionarse como pivot, “siempre va a ganar la discusión, sea del lado que sea”. “Va a estar del lado de los ganadores, va a ser un excelente partido para Cabildo”, consideró.

Buquet señaló que CA “juega a dos bandas”, porque “nunca estuvo del todo cómodo en la coalición”, y en el caso de la reforma jubilatoria del período pasado, “trancó y logró una mejora para los futuros jubilados”. “Cabildo está jugando separado, ya casi como un eventual socio del FA en emprendimientos varios”. Acotó que “la literatura en general muestra” que cuando a un gobierno le faltan dos votos, la forma más conveniente de formar las mayorías necesarias “es conseguir esos dos votos y no más que esos dos votos”, porque “cuanto menos miembros haya para repartir, más grande es el pedazo que le toca a cada uno”.

Pronosticó que “probablemente haya diversas leyes que vayan a salir en Diputados con los votos del FA y de CA”. Y en el caso particular de reformas en materia de protección social, “Cabildo perfectamente” puede ser el socio que al FA le falta. “Porque no veo que Cabildo tenga alguna cuestión de principio contraria a esta visión, Cabildo es medio populista, nacionalista, popular”, enumeró.

Yaffé apuntó que CA “siempre fue” un “socio conflictivo” en la coalición durante el gobierno de Lacalle Pou y lo sigue siendo. Recordó que ese partido considera que la coalición no funciona como tal en este período de gobierno y que “ellos tienen las manos libres para acordar con el gobierno los asuntos que a ellos les interesan”. “Así que dado que del otro lado el gobierno necesita dos votos para alcanzar la mayoría parlamentaria, el escenario está totalmente armado para que en algunos asuntos muy probablemente Cabildo vote iniciativas del gobierno, siempre que logre lo que quiere a cambio y que el gobierno esté dispuesto a darle lo que quiere, y siempre que el gobierno no logre votos de otros lados”, proyectó. En ese sentido, valoró que CA “tiene una fuerza relativa en el sentido de que justo lo que tiene es lo que el gobierno precisa: dos votos”.

Además, Yaffé recordó que el FA ya acordó con Cabildo en iniciativas durante el anterior período de gobierno, y señaló que pese a la “distancia ideológica” que lo separa del FA, el sector mayoritario de la coalición de izquierda, el Movimiento de Participación Popular, “ha tenido una propensión bastante fuerte a tener una línea de diálogo abierta con Cabildo”. “Está todo el escenario establecido para que se pueda repetir esa convergencia entre CA y el FA”, pronosticó.

El gobierno “no jugó bien”

Para Zeballos y Yaffé, el gobierno cometió errores que llevaron al desenlace de esta semana. Zeballos consideró que el oficialismo “no calculó que le iba a ser tan difícil” conseguir apoyos para su agenda y “subestimó mucho la dificultad que iba a tener con la ausencia de los dos diputados en la Cámara de Representantes”. La figura del secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez, negociando con el diputado cabildante Álvaro Perrone los dos votos que le faltaban al FA en Diputados para aprobar la rendición de cuentas apareció “bastante tarde”, a juicio de Zeballos.

Por su parte, Yaffé evaluó que el gobierno “no jugó bien” para evitar que “predominara dentro de la oposición la postura más dura”. Afirmó que si al gobierno le interesaba que la oposición integrara el ámbito del diálogo social -y acotó que este es el caso porque precisa sus votos en el Parlamento-, tendría que haberla “involucrado desde el comienzo” en la conversación.

“El gobierno debería haber empezado por consultar a la oposición acerca del esquema en el que esta estaría dispuesta a colaborar y no presentarles un esquema ya armado sobre el que la oposición simplemente tuvo que decir que sí o que no”, opinó. Y acotó que si no se obtienen las mayorías parlamentarias necesarias, hay un “fracaso del proceso”, “salvo que CA participe no sólo para dar sus opiniones, sino para ser parte de un acuerdo general”. “Pero eso no parece algo a lo que el gobierno se pueda jugar de antemano” y el resultado “es muy incierto”, advirtió.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura