Las intoxicaciones por gas monóxido de carbono se incrementan durante el invierno, especialmente en los más fríos, como el que estamos viviendo. Entre el 1º de enero y el 15 de julio de 2018 el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT) del Hospital de Clínicas de la Universidad de la República recibió 106 consultas por sospecha de intoxicación con monóxido de carbono, según un informe de las doctoras María Noel Tortorella y Amalia Laborde al que accedió la diaria. “De acuerdo al protocolo de diagnóstico y tratamiento de la mesa de guardia del CIAT se consideraron casos confirmados 97 de los 106”, expresa el informe. Todas las consultas fueron hechas por profesionales que se desempeñan en instituciones del Sistema Nacional Integrado de Salud.
La distribución de consultas a lo largo del año muestra la incidencia de las formas de combustión en el hogar, cuya severidad aumenta en los períodos más fríos.
Tal como reseña el Ministerio de Salud Pública, “el monóxido de carbono es un gas que se produce frente a una combustión incompleta, ya sea por mala entrada del aire, por consumo de oxígeno del ambiente o por desperfectos en los sistemas o aparatos utilizados”. Según los datos del CIAT, los principales problemas fueron generados por las estufas a gas, y les siguen los calefones a gas, las garrafas de gas con panel o accesorio y los braseros. La mayoría de las consultas corresponden al departamento de Montevideo (59), y le siguió Maldonado (27).
El monóxido de carbono es “un tóxico invisible en el hogar”, explicó el CIAT en un afiche que elaboró en 2016 para la Administración de los Servicios de Salud del Estado. Se considera “invisible” porque no se percibe, ni siquiera produce olor; ocurre ante una mala combustión de gas, supergás, leña, nafta, carbón, querosén y otros combustibles. “Si hay humo, hay monóxido de carbono, pero si no hay humo también puede haber monóxido de carbono”. Las personas más vulnerables son embarazadas, niños pequeños, adultos mayores, personas con anemia, fumadores y personas con patologías cardíacas o respiratorias.
Para evitar intoxicaciones
Síntomas: dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, dificultad para respirar, palpitaciones, debilidad muscular, pérdida repentina del conocimiento o coma.
Recomendaciones:
Asegurarse de que los artefactos de calefacción funcionen correctamente (deben ser inspeccionados por técnicos especializados)
Mantener una entrada de aire en los ambientes cerrados
No pernoctar con artefactos de calefacción encendidos
No utilizar braseros dentro del hogar (son para espacios abiertos)
No utilizar hornallas ni horno para calefaccionar el ambiente
Revisar chimeneas y salidas al exterior de estufas
Calefones a gas deben colocarse en espacios abiertos y nunca dentro del baño
No dejar motores encendidos en lugares cerrados
Ante la duda, se puede llamar al CIAT: 1722
Fuente: CIAT y MSP.
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