A principios de abril, el hospital del Banco de Seguros del Estado (BSE) empezó a recibir “expacientes covid” -como se dice en el ámbito asistencial- que estaban en CTI de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y requieren hacer un tratamiento de rehabilitación. En diálogo con la diaria, Fernando Repetto, médico y sub gerente general del BSE, informó que hasta el lunes de tarde el hospital había recibido cinco pacientes y se estaba coordinando el ingreso de otro más. “A medida que hay pacientes para sacar de los CTI o de los cuidados intermedios de los distintos hospitales de ASSE, si entran dentro del protocolo de rehabilitación, que es lo que puede hacer el hospital del BSE, se coordina el traslado”, explicó. Relató el caso de una paciente que “llevaba más de 60 días en el CTI y llegó con problemas para movilizarse, para caminar”, y “luego de una semana de tratamiento con fisioterapia ahora se reincorpora, está caminando”.
El hospital del BSE se dedica a la atención de personas que sufrieron accidentes laborales o que tienen enfermedades profesionales crónicas. De ahí que el área de rehabilitación sea su fuerte. Repetto destacó que además de contar con recursos humanos especializados, el centro tiene un importante equipamiento tecnológico, con aparatos que son únicos en América Latina. Este fue un punto que se potenció en la gestión anterior, cuando se inauguró, en agosto de 2019, la actual sede del hospital, ubicado en la avenida José Pedro Varela casi Propios.
La atención de personas con covid-19 se da a raíz de un convenio firmado entre el BSE, ASSE y el Ministerio de Salud Pública (MSP) el 30 de marzo, mediante el cual el hospital le vende servicios a ASSE.
Repetto explicó que la atención está a cargo de un equipo multidisciplinario integrado por internistas, neumólogos, fisiatra, fisioterapeutas y “algún intensivista”, y que dependiendo de la situación del paciente, puede sumarse apoyo psicológico y de psiquiatría. Quienes trabajan son parte de la plantilla de funcionarios del BSE. Repetto agregó que para habilitar este sector de internación se incorporó personal para fortalecer servicios de apoyo, entre ellos de laboratorio, radiología, limpieza y cocina.
“Hay una respuesta importante desde el punto de vista humanitario, desde el punto de vista médico y desde el punto de vista sanitario, y sobre todo pensando en la rehabilitación del paciente”, dijo.
El mecanismo de derivación está aceitándose todavía. Repetto comentó que “fue necesario ajustar un poco el protocolo” y “darlo a conocer a los directores y encargados de los CTI porque no tenían claro cuál era el procedimiento y pensaron que a lo mejor teníamos capacidad para tener CTI y para tener respiradores, cuando en realidad no es eso lo que se planificó”, explicó. “Lo que se planificó es sobre todo hacer rehabilitación y poder sacar pacientes que están en CTI ocupando camas durante muchos días”, especificó, y añadió que sólo van allí si requieren rehabilitación. Según Repetto, este convenio “favorece al paciente y a todo el sistema en el entendido de que, en mayor o menor grado, también estamos liberando camas para otros pacientes que lo puedan necesitar”.
El sector para la rehabilitación de personas que tuvieron covid-19 se ubica en el tercer piso del hospital. El convenio establece que dispondrá de 50 camas; por el momento se habilitó un módulo de 25 camas, la mitad de ellas están en salas individuales y la otra mitad en habitaciones para dos personas.
Repetto comentó que en esta primera etapa sólo podrán concurrir usuarios de ASSE, pero acotó que el director general del Sistema Nacional Integrado de Salud, Luis González Machado, ha barajado la posibilidad de que se pueda habilitar el ingreso de pacientes de mutualistas, porque se entiende que el hospital del BSE tiene una propuesta específica de rehabilitación con la que no cuentan otros centros. De todos modos, no es lo que habilita este convenio.
Accidentes laborales y otras patologías
El hospital fue inaugurado con una capacidad de 125 camas; Repetto comentó que el promedio de ocupación está entre 60 y 80 camas, y que siempre hay que dejar una porción libre por si ocurre un siniestro grande. Detalló que en este momento hay 60 personas internadas, y que en los primeros meses de la pandemia hubo una caída del número de internaciones debido al descenso de la movilidad y de la actividad similar, que llegó a ser de 30 personas.
Las principales lesiones de partes blandas –tendinopatías por actividades repetitivas, por ejemplo en la pesca o en los frigoríficos- y los problemas de columna y cervicales siguen siendo los más frecuentes, dijo Repetto, y mencionó también los casos de fracturas y traumatismos por golpes. Salvo en la disminución del volumen de consultas durante los primeros meses de la pandemia, no se han registrado cambios significativos en las consultas.