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“Poder incorporar más trabajadores que elijan a Uruguay para desarrollar su actividad es una oportunidad”

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Migrantes. La reciente oleada exige un “cambio cultural” y adecuación normativa.

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Con motivo del Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, la semana pasada se realizó en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) un panel sobre la política migratoria de Uruguay y se presentaron algunos datos actuales sobre la migración y su relación con el mercado laboral.

El secretario ejecutivo de la Junta Nacional de Migración, Andrés Freire, hizo una exposición sobre la política migratoria a partir de la resolución presidencial 576, del 29 de agosto de 2016, que homologó el “Documento marco sobre política migratoria en Uruguay”, aprobado por la Junta Nacional de Migración días antes. En este documento se identifican cuatro grupos poblacionales a los que dirigir las políticas de manera integral: la población residente con propensión migratoria (política de retención), la población extranjera que llega a Uruguay (política inmigratoria), los uruguayos que vuelven al país (política de retorno) y la población uruguaya que reside en el exterior (política de vinculación). Freire dijo que la llegada de migrantes “es el aspecto más novedoso”, y que “hay que ver si esta tendencia de una inmigración creciente se consolida en el tiempo en los próximos años”, algo que “es una incertidumbre para los investigadores”.

La coordinadora de la Unidad de Migración del MTSS, Rosanna Lamónaca, resaltó los principios que guían el documento, como “el reconocimiento del derecho a migrar, igualdad de derechos entre migrantes y nacionales, la igualdad de género, la no discriminación, el valor de la integración sociocultural y la protección a aquellos migrantes que están en especial situación de vulnerabilidad”, y destacó “lo de vincular la migración al desarrollo”. “Piensen que Uruguay ha transitado por otros momentos en los que la migración era vista más desde el control o de la seguridad. Que la veamos ahora ligada al desarrollo me parece bueno”, opinó. Agregó que el MTSS quiere saber más sobre los migrantes: “¿Qué conocemos de los trabajadores migrantes? ¿Cómo ingresan al mercado laboral? ¿Qué ocupaciones tienen? ¿Cómo capitalizamos las competencias que traen? ¿Cómo pesa la condición migratoria en la inserción laboral? ¿Quiénes son los trabajadores migrantes vulnerables?”.

Por su parte, el especialista regional en migración laboral y empleo juvenil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el español Guillermo Dema, destacó que la política migratoria de Uruguay “es lo mejor que tenemos en América Latina”. “Esto no es una cosa que dice un funcionario de la OIT, sino que es algo que dijo el Comité de Naciones Unidas, que da seguimiento a la Convención [sobre la Protección de los Derechos] de [los] Trabajadores Migrantes”, sostuvo.

La responsable de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones, Alba Goycoechea, expresó que hay que conocer más sobre “los aportes y las contribuciones” que están haciendo al país los migrantes y en especial las mujeres migrantes, y sobre estas afirmó que están “más afectadas por la discriminación” porque “no cuentan con protección, están lejos de su hogar y muchas de ellas, lejos de sus familias y sus hijos”. “Esto trae impactos psicológicos, lo que dificulta el empoderamiento para poder proyectarse mejor en el mercado laboral”, consideró.

En tanto, la coordinadora del Área de Derechos Humanos de la Unidad Académica de Extensión de la Universidad de la República, Flor de María Meza, destacó que Uruguay “ha adoptado y ha avanzado en medidas importantes para promover la igualdad racial con respecto a las manifestaciones históricas de discriminación hacia la población afrouruguaya”. “Sin embargo, estas medidas no han eliminado el problema, de modo que sigue existiendo una discriminación interseccional de facto hacia las mujeres afrouruguayas”, advirtió.

Por su parte, el director representante de los trabajadores en el Banco de Previsión Social (BPS), Ramón Ruiz, destacó que el movimiento sindical uruguayo ha defendido históricamente la igualdad de derechos entre los trabajadores migrantes y los uruguayos, y afirmó que Uruguay “es un país amigable” para los extranjeros porque no impone requisitos para ingresar al país y se adquieren “inmediatamente los derechos laborales, el acceso a la salud, a la educación, a la seguridad social y a otras prestaciones”. Informó que de los 34.000 trabajadores migrantes registrados en BPS “aproximadamente la mitad han obtenido documento uruguayo”, y que figuran entre los primeros países de origen Argentina, Cuba, Brasil y Venezuela. También expuso datos sobre las edades y rubros de ocupación (ver gráficos).

Ruiz remarcó que si bien se avanzó para que los trabajadores extranjeros puedan registrarse en el BPS con el documento del país de origen, existen dificultades para quienes no han obtenido aún la cédula uruguaya para acceder al Sistema Nacional Integrado de Salud “por un tema de forma, normativo y que hay que tratar de resolver”.

“Otra de las cosas que deberíamos revisar es el tiempo que estos trabajadores deberían tener de residencia para acceder a pensiones no contributivas”, agregó como problema.

Finalmente, remarcó que por la situación demográfica de Uruguay “se necesitan más trabajadores”, y dijo que “ojalá se puedan cambiar las tendencias”, “algo que es muy difícil, casi imposible, pero el hecho de poder incorporar más trabajadores que elijan a Uruguay para desarrollar su actividad es una oportunidad”. Concluyó planteando que “seguramente” en el próximo período de gobierno habrá que encarar una reforma de la seguridad social y que “tiene que haber un capítulo para analizar, discutir y proyectar cómo se va a comportar este tema”. “La reforma de la seguridad social es con diálogo o no es”, enfatizó.

Por último habló el titular del MTSS, Ernesto Murro, quien comenzó diciendo que “el mayor desafío que tenemos es el de un cambio cultural, en este y otros temas”, y señaló que si bien era el Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora no había ninguna mujer afrodescendiente participando en la actividad. “Por lo tanto tenemos que ver cómo somos capaces de motivar que esto sea así. Esto es responsabilidad nuestra. Hay que ver cómo logramos llegar a los directamente involucrados. Porque por más cosas que hagamos desde el gobierno o desde los organismos internacionales, si no llegamos a la gente directamente interesada no podemos hacer, aunque tengamos los mejores ideales, y ese es un desafío que tenemos”, sostuvo el ministro. Murro recordó que hasta 2008-2009 “éramos expertos en echar gente [del país] por razones políticas, sociales, económicas”, pero desde “hace sólo nueve años Uruguay empezó a ser un país de inmigración”. El ministro sostuvo que la Ley 18.250 (de Migraciones), que cumplió diez años, “es una ley ejemplar en el mundo”, por ejemplo porque “un trabajador no nacido en Uruguay” tiene “los mismos derechos que un trabajador que no nació” en este país.

Luego se refirió a lo que sucede en la ciudad canaria de Santa Rosa, “un pueblo de 3.000 habitantes donde hay 200 cubanos” que “cambiaron la vida” de la localidad; “la gente allí está aprendiendo, como tenemos que estar todos aprendiendo, a encarar esta realidad para transformarla positivamente”. “Porque el mundo y nuestra América Latina también están asistiendo peligrosamente de nuevo al racismo, al nazismo, al fascismo, a la discriminación como nunca creímos que iba a volver a pasar. Esto es gravísimo”, expresó.

Murro contó que cuando asumió al frente del MTSS se sorprendió porque había trabajando en la seguridad privada del ministerio dos trabajadoras migrantes, una peruana y otra dominicana, y que le preguntó a una “¿por qué está acá?” y la respuesta fue “porque ustedes no saben lo que tienen”. “Vengo acá, tengo la universidad gratis, tengo trabajo, estoy registrada en la seguridad social, veo al ministro todos los días; yo en mí país nunca vi a un ministro porque andaban rodeados de gente. Usted anda solo. Ustedes no saben lo que tienen”, contó que le dijo la trabajadora.

El ministro también sostuvo que la inmigración que está llegando al país “es diferente de la estructura de la población trabajadora del Uruguay”, porque los que están arribando vienen con entre 43% y 45% de formación terciaria y en Uruguay 40% “no ha culminado la enseñanza media”. “Esto tenemos que transformarlo en una fortaleza para el país”, afirmó, y advirtió que “hay que trabajar en el cambio cultural” porque ya hay algunas encuestas que “no consideran a la inmigración tan positiva como los que estamos acá”. “Eso es una responsabilidad y un desafío porque tenemos que hacer todas las cosas con la gente. El MTSS está instalado en un barrio poblado de inmigrantes y tenemos que ver cómo aprovechamos estas cosas y cómo hacemos de esto algo positivo, sabiendo que hay quienes van a querer hacerlo negativo”, finalizó.

Migrar y jubilarse

Los que migran a otro país en busca de trabajo en su mayoría piensan volver a su tierra natal en algún momento, después de ayudar con remesas a sus familiares o de juntar algún dinero. Sin embargo, en muchos casos los planes cambian y lo que fue una opción temporal se vuelve definitiva. Si bien el aporte a la seguridad social de los trabajadores migrantes es una ayuda para el sistema jubilatorio del país que los recibió, ellos pueden tener problemas para acceder a una jubilación. Por ejemplo, los aportes hechos en el país de origen y en el de destino se suman siempre y cuando haya un convenio entre ambos estados. Murro remarcó que hay tres convenios multilaterales a nivel mundial y que Uruguay participa en dos, en el de Iberoamérica y en el del Mercosur. El restante es entre los países de Europa. Sin embargo, también existen convenios bilaterales y Uruguay “es uno de los países del mundo que más convenios tiene”, porque “ha sido una política de estado de todos los gobiernos”. En este sentido, sobre los convenios más recientes informó que está aprobada y esperando ser concretada la ley para la firma de un convenio con Estados Unidos y que se está “pendiente del Congreso” de ese país, que se aprobó uno con Rumania y que se está negociando –ya hay un primer borrador– otro con Corea del Sur, que sería “el primer país de Asia” con el que se firmaría un documento de este tipo. Ruiz destacó que estos convenios también promueven la inversión extranjera, ya que hay empresas que podrían decidir instalarse aquí si existe la posibilidad de traer trabajadores calificados temporalmente y que estos vuelvan a su país de origen sin haber dejado de aportar para la jubilación.

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