Tras desarrollarse una nueva mesa tripartita en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), representantes de la Federación de Obreros y Empleados Molineros y Afines (Foemya) –molinos de harina– y los empresarios, las negociaciones siguen sin avanzar, esto en el marco de la 10° ronda de los Consejos de Salarios.
En dialogo con la diaria, Marcelo Pereira, delegado de base del Molino Cañuelas, dirigente de la rama del trigo y a la vez integrante de Foemya, dijo que para los trabajadores hay algunos puntos considerados como “graves”, entre ellos, que los empresarios ajustaron su propuesta de aumento salarial de 0,75% a 1%, que sería un 2% total (un 1% por año). Los trabajadores piden 12% de aumento real (6% de ajuste por cada año acordado).
Explicó que los empresarios rechazan también la posibilidad de reducir la jornada laboral de ocho a seis horas –ya sea que se aplique progresivamente o no–, y que tampoco aceptan la posibilidad de contar con un psicólogo dentro de cada establecimiento de trabajo para tratar la salud mental de los funcionarios. Además, el delegado señaló que “ahora quitaron beneficios que no debían quitar, entre ellos, la antigüedad”.
Señaló que, con referencia a ese punto, las empresas entienden la antigüedad de una manera, mientras que los trabajadores la contemplan de otra distinta. Dijo que si un trabajador participa en una paralización durante cinco días consecutivos, pierde que le paguen la antigüedad. Esto puede cambiar según la firma, ya que en algunos molinos significa perder entre 900 y 1.000 pesos por cada año que el empleado trabaja para la empresa. “Es una jugada que hacen para desgastar”, afirmó.
Otro de los temas de enfrentamiento entre las partes es la falta de pago de las horas sindicales. Pereira expresó que como los convenios cayeron, los empresarios interpretan que “esas horas ya no cuentan”, lo que calificó como “una aberración”. Producto del resultado de esta reunión en la Dinatra, efectuada el pasado viernes, ahora los trabajadores solicitaron al MTSS una prórroga. “No tenemos apuro”, dijo, y agregó que “ahora son los empresarios los que quieren la cláusula de paz, nosotros no. Lo que tenemos que ver es cómo seguimos adelante”.
Luego de la reunión tripartita, los integrantes de la Foemya mantuvieron un encuentro, y allí fue que se resolvió solicitar diez días de tiempo, hasta la próxima instancia de negociación. Sobre la decisión de ejecutar medidas, comentó que “no vamos a definirlo aún porque vamos a repensar el conflicto”, y resaltó que, salvo en el ajuste en el salario real, no se avanzó en ningún otro tema. Para el dirigente, los empresarios también están apurados por cerrar un acuerdo porque “se viene la zafra en el sector”.
Pesé a la situación, Pereira manifestó que “no creo que ingresemos en un conflicto cerrado de nuevo, ya que algunas veces cambiamos la plataforma y hemos observado que no hay un avance sustancial. Entonces, comenzamos una huelga general en todos los molinos o vamos analizando qué se puede obtener, a no ser que suceda algo extraño”.
Consultado sobre la posibilidad de que el gobierno intervenga y laude ante la falta de acuerdo, manifestó que entiende que “se está dando margen a las negociaciones”, y sentenció que “tener que laudar no es bueno para el gobierno”. Para los próximos días, se analiza el día y lugar en que se reunirían representantes de todos los molinos a los efectos de analizar y tomar resoluciones, pero en conjunto. La convocatoria será en el interior del país.